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“Sentido común. No balazo en el pie. No destruir lo que hemos construido en los últimos 40 años”, manifestó este martes el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, al manifestar el rechazo del Gobierno mexicano a los aranceles de 25 % al acero y al aluminio que la administración estadounidense aplicará a partir del 12 de marzo sin excepciones.
Es injusto, sostuvo el funcionario, porque “Estados Unidos nos vende más, casi 6 897 millones de dólares más de lo que exportamos. Por lo tanto su balanza es favorable”.
Ebrard anunció que la siguiente semana buscará al próximo secretario estadounidense de Comercio (quien tomará posesión estos días) para explicarle que por parte de México “no hay tal mil 600 % de incremento”, como se establece en los considerados del decreto del presidente Trump para aplicar el tarifazo.
“No nos gustan las tarifas, de acuerdo con los propios considerando del presidente Trump”, acentuó. “Y tomamos la palabra al presidente Donald Trump cuando habla de sentido común.
Superávit a favor de Washington
México es el principal destino de las exportaciones de productos sinderúrgicos totales de Estados Unidos, representando 52 % de sus exportaciones globales al cierre de 2024.
El superávit de Estados Unidos en sus transacciones con México es de 1.2 millones de toneladas anuales promedio desde 2015 y en 2025 alcanzó 2.3 millones de toneladas.
En cambio, las exportaciones de México a Estados Unidos han regresado a niveles de 2015-2017, argumentó Ebrard durante la conferencia de prensa presidencial de este martes.
Bumerán
Los gravámenes al acero y al aluminio podrían impactar gravemente en las empresas automotrices nacionales, incluidas Ford, GM y Stellantis, y hacer que los vehículos de esas compañías sean más caros para los compradores en el país, estimaron expertos.
“Los productores de acero tienen que encontrar formas de aumentar la capacidad, y el aluminio y el acero podrían escasear a corto plazo”, indicó Sam Fiorani, analista de AutoForecast Solutions.
“Producir vehículos tiene muchas partes móviles, y aumentar el precio de lo que es uno de los componentes más importantes del vehículo sólo va a elevar los precios de un producto que ya es caro”, remató Fiorani.
El precio promedio de transacción para un vehículo nuevo en Estados Unidos en enero fue de 48 641 dólares, según el Kelley Blue Book, una inversión considerable para un consumidor sensible a la inflación.
“Aranceles como estos no hacen nada para mejorar la industria automotriz directamente”, afirmó Fiorani.
Para el director general de Ford, Jim Farley, las primeras acciones de Trump en el cargo que también incluyen aranceles del 25 % sobre bienes provenientes de México y Canadá, aunque se aplazaron un mes ya están generando desafíos al fabricante de automóviles de Dearborn, Michigan.
El gobierno de Trump también ha trastocado la política de vehículos eléctricos establecida por el expresidente Joe Biden al afectar la infraestructura de carga de vehículos eléctricos, así como la revisión de las normas de emisiones de vehículos y rendimiento de combustible, todo lo cual podría influir en los planes de los fabricantes de automóviles para descarbonizar.
Las empresas automotrices ya han reducido algunos planes de electrificación debido a los cambios en el mercado.
“Estamos preocupados por los efectos en los productos de consumo como los automóviles’, dijo por su parte Glenn Stevens Jr., director ejecutivo de MichAuto, una asociación estatal de la industria automotriz.
“La preocupación siempre que tienes un escenario como este y no soy economista, pero sigo esto muy de cerca es que los beneficios a corto plazo de precios más altos para el acero y el aluminio para la producción nacional se ven opacados por una disminución en los efectos en la cadena de consumo”, evaluó el directivo.
Bruselas y Ottawa en pie de guerra
Entretanto, la Unión Europea y Canadá prometieron este martes una respuesta firme a los aranceles de Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, anunciados por el presidente Donald Trump.
Ante la arremetida de la Casa Blanca, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que “los aranceles injustificados a la UE no quedarán sin repuesta”, y prometió medidas “firmes y proporcionales”.
Esos aranceles afectarán con fuerza a Canadá, principal suministrador de acero y aluminio de Estados Unidos. También golpean a Brasil, México y Corea del Sur, importantes proveedores de acero.
El jefe del gobierno de Canadá, Justin Trudeau, adelantó este martes en París, Francia, que su país reaccionará “con energía y firmeza” a los aranceles anunciados por el Trump en Washington.
Otras reacciones
La federación del acero en el Reino Unido, UK Steel, teme que los nuevos aranceles propinen un “golpe devastador” a un sector ya en declive.
En Alemania, la locomotora económica europea, el jefe del gobierno, Olaf Scholz, dijo que el bloque europeo presentará un “frente unido, y expresó su esperanza de “poder evitar el camino equivocado de aranceles y contraaranceles”
Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noel Barrot, aseguró que la UE “respondería” como lo hizo durante el primer mandato del presidente estadounidense.
En tanto, Corea del Sur -otro país severamente afectado por los aranceles estadounidenses- optó por una postura más conciliadora con Washington.
El jefe de Estado interino, Choi Sang-mok, dijo que Corea del sur tiene la intención “proteger los intereses de empresas y reducir las incertidumbres al construir una relación próxima con la administración Trump y expandir nuestras opciones diplomáticas”.
Brasil
Brasil “no estimula ni entrará en ninguna guerra comercial”, dijo el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, durante un acto oficial. El gigante sudamericano es el segundo abastecedor de acero a Estados Unidos.
“El presidente Lula ha dicho siempre con mucha claridad: las guerras comerciales no le hacen bien a nadie”, añadió.
Brasil se ha posicionado como uno de los principales productores de aluminio primario a nivel mundial, en tanto en 2024 en la producción de acero, el gigante sudamericano fue el noveno mayor productor con 33,7 toneladas métricas, siendo su industria siderúrgica un exportador de materia prima a aproximadamente un centenar de naciones.