Casi un mes después de que el Gobierno cubano anunciara la decisión de retirar a 8.332 galenos del programa “Más Médicos” de Brasil, la atención sanitaria es “crítica” en algunas de las zonas más remotas del país, mientras que la mayoría de las grandes urbes no han sentido el impacto de su salida.
Cuba ordenó el pasado 14 de noviembre la retirada de los médicos que prestaban servicio en Brasil a raíz de unas declaraciones del presidente electo del país, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien calificó a los profesionales como “esclavos” de una “dictadura”.
Este choque desencadenó el precipitado abandono de los médicos cubanos de los puestos de salud de Brasil y, como respuesta, el actual Gobierno, presidido por Michel Temer, lanzó un concurso para que doctores suplieran estas ausencias.
Prácticamente todas las plazas han sido seleccionadas por algún médico, pero menos de la mitad de los profesionales se han presentado por el momento en los municipios escogidos y aún quedan un centenar de puestos en los que no se ha inscrito nadie, todas ellas correspondientes a zonas de alta vulnerabilidad, especialmente en el norte del país.
Es una realidad muy diferente a la de grandes centros urbanos como Sao Paulo, donde se han inscrito facultativos para casi todas las plazas, mientras que otros profesionales han sido contratados de urgencia a través de acuerdos con hospitales privados.
No existe esta posibilidad en zonas del estado de Amazonas, al que corresponde el 77 % de las plazas que nadie quiere y que ahora está viviendo una situación “muy crítica”, tal y como las califica Jnna Andrade, voluntario del Consejo Indigenista Misionero que trabaja con comunidades del este del estado.
“No existen médicos; ni brasileños ni cubanos, no hay ningún tipo de atención médica”, es el tajante balance de la situación que hace Andrade en una conversación telefónica con Efe.
“Antes de que llegaran los médicos cubanos había problemas, y ahora que se han ido, los mismos problemas vuelven”, agrega.
Para recibir la asistencia más básica, los habitantes de estas regiones ahora tienen que desplazarse hasta 80 kilómetros para ser atendidos en ciudades más grandes por médicos brasileños, “que también son pocos”, puntualiza Andrade, y en el caso de necesitar atención de urgencia, las distancias se alargan hasta los 400 kilómetros.
Según el testimonio del misionero, la población indígena del este de Amazonas ha quedado exenta de atención sanitaria de “media y alta complejidad”, por lo que sus opciones son muy reducidas: “Reciben cuidados paliativos provisionales y a veces corren mucho riesgo de vida porque siguen enfermos o pueden morir”.
El presidente del Consejo de Secretarios Municipales de Salud del Estado de Amazonas, Januário Neto, califica la situación de la región como “de emergencia”.
“Nadie quiere venir aquí”, lamenta Neto, que es secretario de Salud del municipio de Manaquiri (Amazonía), en referencia al centenar de plazas a las que aún nadie se ha apuntado.
A casi 3.000 kilómetros dirección sur, la ciudad más poblada del país, Sao Paulo, vive una realidad muy distinta, en la que la salida de los médicos cubanos que allí trabajaban no ha tenido “ningún tipo de impacto” en la atención sanitaria, según uno de los supervisores de Salud de la ciudad, Wagner Gonçalves.
Según explica el técnico, el gobierno municipal realizó contrataciones de urgencia con los hospitales privados con los que normalmente cooperan y los nuevos médicos se incorporaron con inmediatez a sus puestos, una gestión habitual de “una estructura médica fuerte” que hace posible que “nadie se quede sin atención”.
La Unidad Básica de Salud Jardim Vitória, ubicada en uno de los barrios más carentes del este de Sao Paulo, Cidade Tiradentes, despidió el pasado 21 de noviembre a sus dos únicos médicos, que eran cubanos, pero la dirección y sus trabajadores aseguraron a Efe que todo continuó funcionando igual los días siguientes, con nuevos médicos del hospital privado Santa Marcelina.
Con alrededor de 100 plazas aún vacantes, el ministro brasileño de Salud, Gilberto Occhi, reconoció que la territorios indígenas son una prioridad, por lo que, como “plan B”, el Gobierno pretende abrir un nuevo concurso para atraer más médicos.
Esta vez, se ampliarán los requisitos para que puedan inscribirse brasileños formados en el exterior y extranjeros, y Occhi señaló que estas y más alternativas se transmitirán al equipo de transición del futuro Gobierno, que se hará efectivo el próximo 1 de enero bajo el mando de Bolsonaro.
Los propios afectados del pueblo votaron por Bolsonaro, por muchas mentrias y manipulación politica, demuestra que los países de América Latina tienen lo que ellos mismos se mercen, no hay de otra, han servido siemrpe a los intereses de Estados Unidos y han sido historicamente muy mal agradecidos con cuba que solo ha msotrado solidaridad en los peores momentos, siendo el país más agredido y bloqueado del Continente. es una verguenza que en la OEA se acuse a Cuba de violación de derechos humanos, cuando el continente entero tiene un largo historial.
Lo de los medicos no es un problema ideologico , es humano, pero la mafia cubano americana solo piensa en ideologia neoliberal
Fue Cuba quien sacó volando a los médicos cubanos. No es culpa de Brasil, ademas ya ellos están encontrando soluciones e incentivos para cubrir las plazas Carlos. Los jodios aqui son los medicos cubanos, que son manipulados y maltratados como esclavos, tienen que ir a donde los manden, aguantar que el gobierno se quede con el 75% de sus salarios. Los mas de 800 que han decidido no regresar estan castigados por Cuba a no ver mas a sus familias en 8 años ni tocar suelo cubano. Asi que mejor preocupate por los tuyos y deja de meter a USA, la mafia y la madre de los tomates en este asunto.