El papa Francisco pidió este lunes disculpas por el mal causado a los pueblos originarios de Canadá en el primer día de una visita centrada en abordar décadas de abusos cometidos en instituciones católicas.
El gesto fue recibido con aplausos por una multitud de los pueblos originarios canadienses en la occidental provincia de Alberta, donde niños de varias etnias fueron separados de sus familias y sometidos a lo que hoy se considera un “genocidio cultural”.
“Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, dijo el papa.
“Las políticas de asimilación y desvinculación, que también incluían el sistema de escuelas residenciales, fueron nefastas para las gentes de estas tierras”, reconoció.
Centenares de personas, muchas con trajes tradicionales, junto con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, y Mary Simon, la primera gobernadora general indígena del país, estuvieron presentes en el acto.
“El lugar en que nos encontramos hace resonar un grito de dolor, un clamor sofocado que me acompañó durante estos meses”, dijo Francisco e hizo mención a los “abusos físicos, sicológicos y espirituales” padecidos por los niños.
Los líderes originarios colocaron en la cabeza del papa un atributo tradicional de plumas.