La precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren dice que, si resulta elegida presidenta de EEUU, creará una comisión federal que investigue la corrupción durante la presidencia de Donald Trump.
La senadora por Massachusetts dio a conocer un plan este martes que según su equipo de campaña “restaurará la integridad y la competencia” del gobierno después de la presidencia de Trump.
Warren dijo que se creará la comisión en el ámbito del Departamento de Justicia para que funcionarios del gobierno “rindan cuentas por sus actividades ilegales”. Añadió que pediría la renuncia de todos los funcionarios políticos designados por Trump y que anularía todos los contratos federales que fueran “producto de la corrupción”.
Dos semanas antes de las asambleas partidarias de Iowa que dan inicio a las primarias, Warren encabeza las encuestas en ese estado y, en el ámbito nacional, está entre los primeros junto con el senador Bernie Sanders, el exvicepresidente Joe Biden y el exalcalde de South South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. Los cuatro han denunciado presuntos actos de corrupción en el gobierno actual, pero la propuesta de Warren presenta un plan detallado para eliminar la influencia del actual mandatario si obtiene la candidatura de su partido y gana la elección en noviembre próximo.
Trump hizo campaña en 2016 con la promesa de eliminar la corrupción y bajo la consigna de “vaciar el pantano”. Asegura que lo ha logrado.
Los presidentes pueden recurrir a decretos para ejercer poderes amplios sobre el gobierno federal y crear comisiones, pero las investigaciones corresponden al secretario de Justicia.
Warren hace campaña con propuestas de cambios estructurales amplios al sistema político y económico, pero su plan de reestructuración de la burocracia federal se concentra en la logística inmediata de la gobernanza. Ha prometido que su gabinete incluirá un 50% de mujeres o personas no binarias y que anunciará los nombres para el 1 de diciembre, menos de un mes después de la jornada electoral. Dice que su gobierno cubrirá todos los puestos de alta y mediana jerarquía para el día de su juramentación en enero.
También promete que nadie que sea un cabildero actual tendrá puesto en su gobierno. Todo cabildero de empresa estará sujeto a un período de “enfriamiento” de seis años, y de dos años para el que no sea de una empresa.