Pese a las advertencias de las autoridades sanitarias, millones de estadounidenses han viajado estos días por todo el país para celebrar este jueves el día de Acción de Gracias, en medio de la preocupación de que los casos de la COVID-19 puedan dispararse aún más.
“Viajar puede aumentar sus posibilidades de contraer y propagar la COVID-19. Posponer los viajes y quedarse en casa es la mejor manera de protegerte a ti y a otros durante este año”, recomendó el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Sin embargo, se prevé que más de 50 millones de personas se hayan desplazado por estas fiestas, las más populares de EE.UU., para ver a familiares y amigos. La cifra es un 10 % menor que la estimada en 2019, aunque en el caso del transporte aéreo el descenso estimado es la mitad de quienes se subieron a un avión el pasado año en estas mismas fechas.
La Administración de Seguridad de Transporte (TSA, en inglés), encargada de los controles aeroportuarios, ha señalado que es la semana con más afluencia de viajeros desde que en marzo comenzó la pandemia, con una media de un millón de viajeros diarios desde el pasado fin de semana.
Aeropuertos repletos
Las imágenes de aeropuertos repletos de pasajeros han provocado el enojo de Anthony Fauci, el principal epidemiólogo del país, que advirtió que “toda esa gente que está volando va a meternos en aún más problemas de los que ya tenemos”.
Las autoridades sanitarias temen que la circulación de personas y los intercambios entre núcleos familiares durante estas fiestas dispare aún más el número de contagios en todo el país, incluidas zonas que hasta el momento han conseguido mantener la pandemia relativamente bajo control durante este otoño.
Los contagios se están elevando a una velocidad no vista hasta el momento en el país, que lidera al mundo en número total de casos de covid, con más de 12,6 millones, y que en las últimas dos semanas ha experimentado 2 millones de casos nuevos, y ya acumula más de 260.000 muertos.
La expansión, además, se produce a lo largo y ancho de todo Estados Unidos. En los últimos días, ciudades como Filadelfia, Detroit, Los Ángeles, Mineápolis o Las Vegas han registrado cifras récord de contagios. Solo este miércoles, el país tuvo un registro de 2.439 muertes y 196.748 nuevos contagios.
Ausencia de liderazgo
A este sombrío panorama se suma la falta de liderazgo por parte de la Administración saliente de Donald Trump, por lo que están siendo los estados los que por separado están imponiendo las medidas que consideran oportunas para detener la extensión de la pandemia, aunque aún algunos no obligan a llevar mascarillas en lugares cerrados o donde no se puede mantener la distancia.
El presidente electo, Joe Biden, quien tomará posesión del cargo el próximo 20 de enero, se ha marcado como su principal tarea detener la extensión del coronavirus y aprobar las ayudas para los hogares más afectados por la parálisis económica a la que se ha enfrentado el país.
“Sé que nuestro país está agotado de la lucha. Tenemos que recordar que estamos en guerra con el virus, no entre unos y otros, no entre nosotros”, alentó Biden en un mensaje al país en el que instó a la unidad.
Estados como Maine, Minesota y Dakota del Norte ya han dicho que con la velocidad actual a la que se expande el virus es prácticamente imposible para ellos realizar un rastreo de contactos en línea con las recomendaciones del CDC.