Ahora que terminó la evacuación de Kabul y los refugiados afganos comenzaron a ser distribuidos por el mundo, a Estados Unidos le toca unos cuantos, pero el problema es cuántos y dónde serán colocados.
El gobierno federal se encarga de llevarlos hasta suelo estadounidense, pero, dado el matiz federal de la estructura política, los estados tienen la última palabra al decidir si los aceptan o no.
Hasta ahora, la mayoría de los estados han acordado aceptarlos y solo dos, Dakota del Sur y Wyoming, se han negado a hacerlo. Pero hay 13 que todavía no se han decidido: Florida, Alabama, Alaska, Montana, Idaho, Texas, Hawai, Kentucky, Tennesse, Missisipi, West Virginia, Louisiana y Maryland.
Tradicionalmente los estados son muy proactivos en el recibimiento de refugiados de países que han sido socios de Estados Unidos en los conflictos bélicos, pero, en cambio, son más reacios a acoger a refugiados de desastres naturales, crisis económicas o convulsiones políticas.
El gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam, cuyo estado ha sido uno de los primeros en comenzar a recibir refugiados afganos en las últimas semanas, dijo que estaba orgulloso de darle la bienvenida.
“Como veterano, estadounidense, como virginiano, creo que nuestro país se fundó realmente sobre la idea de que no importa de dónde o de qué tragedia vienes. Ahora desde una zona de guerra en Afganistán, eres bienvenido a este país para vivir el sueño americano”, dijo Northam, quien ha visitado los 14 sitios en Virginia donde se procesa a los refugiados.
La semana pasada, el presidente Joe Biden tenía previsto reunirse con los gobernadores que decidieron acoger refugiados, pero encuentro se retrasó después del atentado suicida cerca del aeropuerto de Kabul que mató a 13 miembros del ejército estadounidense y a decenas de civiles afganos. No está claro si se reprogramará.
“Estamos en contacto con gobernadores bipartidistas de todo el país que han levantado la mano para albergar temporalmente, ayudar a ubicar a los afganos vulnerables y darles la bienvenida a sus nuevas comunidades”, dijo un portavoz de la Casa Blanca, a la cadena Fox.
Si bien los republicanos, y muchos demócratas, han condenado rotundamente la retirada de Biden de la guerra de Afganistán, sí se ha logrado un apoyo bipartidista para ayudar a los afganos que trabajaron como traductores o en otras funciones al servicio de las tropas y funcionarios estadounidenses. Alrededor del 81% de los estadounidenses, incluido el 90% de los demócratas y el 76% de los republicanos, cree que Estados Unidos debería ayudar a esos refugiados, según una encuesta reciente de CBS News.
“Nuestra mancomunidad ha servido durante mucho tiempo como refugio para quienes buscan paz y estabilidad en medio de una crisis, y continuaremos ayudando de cualquier forma posible”, tuiteó el gobernador demócrata de Pensilvania, Tom Wolf.
“Esas personas nos ayudaron a protegernos. Ahora es nuestro deber ayudarlos. Hay que hacerlo”, añadió el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster.
El acuerdo entre los dos partidos para dar asilo a los afganos es de cierta manera algo poco común en estos tiempos. Cuando el expresidente Barack Obama quiso recibir 10.000 refugiados de la guerra civil en Siria en 2015, los republicanos se opusieron vehemente y 30 gobernadores de ese partido dijeron que esos refugiados no serían bienvenidos.
Este martes por la mañana OnCuba contactó ocho oficinas de prensa de los gobernadores que no se han decidido a recibir los afganos, pero ninguna quiso comentar. Las restantes cinco no contestaron a mensajes electrónicos.
La Casa Blanca todavía no ha dado un cifra exacta de cuantos afganos previsiblemente se instalarán en Estados Unidos. En 2019, las últimas cifras disponibles, había unos 132.500 inmigrantes afganos en Estados Unidos, según una encuesta realizada por el New American Economy, un grupo que apoya las políticas a favor de la inmigración. California tenía la población más alta, seguida de Virginia y Texas.
Entre los estados que están dispuestos a aceptar refugiados, algunos son más entusiastas que otros. No todos los gobernadores han emitido una declaración dando la bienvenida a los afganos con los brazos abiertos.
Incluso, muchos republicanos, que dicen respaldar la acogida de refugiados, siguen planteando dudas sobre si la Administración Biden está haciendo un trabajo suficientemente bueno al investigar el pasado de los refugiados afganos, y han planteado dudas sobre si esas investigaciones son lo suficientemente profundas como para impedir el ingreso al país de personas con un desconocido pasado terrorista.