El Pentágono autorizó que más de 1.000 militares del servicio activo apoyen el plan de vacunación contra la COVID-19 en Estados Unidos, que con más de 26,7 millones de casos es el país más afectado en el mundo por la pandemia.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aprobó una solicitud de asistencia de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), aseguró el asesor del grupo de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, Andy Slavitt.
El funcionario aseguró que un primer contingente llegaría en los próximos 10 días a California, el estado que con 3,3 millones de infectados encabeza las estadísticas de contagios en el país. Slavitt indicó, además, que el Ejército ayudará a la FEMA a instalar hasta 100 puntos de vacunación masiva con capacidad de vacunar a miles de personas al día.
Según un documento del Departamento de Defensa difundido por medios locales, cerca de 1.100 integrantes del servicio activo se dividirán en equipos de 222 personas para sumarse a las tareas de vacunación.
Una sola dosis de vacuna podría bastar a quien ya pasó la COVID-19
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el cargo desde el pasado 20 de enero, se puso como objetivo en sus primeros 100 días tener 100 millones de vacunaciones, cifra que luego subió a 150 millones.
También este viernes el coordinador de suministros del equipo de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, Tim Manning, anunció que están tomando acciones para trasladar a Estados Unidos la fabricación de guantes quirúrgicos.
“Dependemos casi en un 100 % de los fabricantes extranjeros para que nos exporten los guantes quirúrgicos a nuestro país que protegen a los trabajadores de la salud, y eso es inaceptable”, señaló el funcionario, citado por el diario The Washington Post, y afirmó que están utilizando todas las autoridades para solucionarlo.
En específico, explicó Manning, la Administración de Biden usaría la autoridad de la Ley de Producción de Defensa para ayudar a construir plantas que fabriquen las materias primas destinadas a los guantes, con miras a que el país pueda producir más de 1.000 millones de unidades al mes. También indicó que están explorando las formas de aumentar la producción de máscaras N95.
Además, Manning anticipó que, amparados en la Ley de Producción de Defensa, buscarán elevar la fabricación de pruebas de coronavirus que puedan usarse en el hogar. “El país está muy atrasado respecto de lo que necesitamos en las pruebas, particularmente en las pruebas rápidas en el hogar que nos permitirían volver a las actividades normales, como el trabajo y la escuela”, señaló.
La Casa Blanca estima que el país dispondrá en el verano de 61 millones de pruebas de ese tipo.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos contabilizaba este viernes 26,7 millones de casos positivos y 456.451 fallecidos a causa de la pandemia.