El sistema educativo de Florida está experimentando un temblor derivado de una decisión del gobernador Ron DeSantis: introducir la educación religiosa en las cátedras escolares. La idea, ha dicho el gobernador republicano, es la de preparar a los niños para ser “ciudadanos virtuosos“.
Los maestros no están contentos y han comenzado a moverse. La preocupación no es tanto el matiz religioso sino la interpretación que los republicanos están introduciendo en los estudios, una conclusión a la que han llegados maestros y algunos padres luego de un seminario de tres días para ponerlos al tanto de los cambios.
En declaraciones al Miami Herald, después de la sesión efectuada en el condado Broward, al norte de Miami, una maestra dijo que no se opone a las nuevas clases sino a la forma como el estado quiere que se enseñen. “Estaba muy sesgado”, dijo Barbara Segal, maestra en una secundaria de Fort Lauderdale. Es que, amplió, “había una forma muy fuerte de fundamentalismo cristiano para analizar diferentes citas y documentos. Es preocupante”.
La capacitación en Educación Cívica, que forma parte de la Iniciativa de Excelencia en Alfabetización Cívica de DeSantis, subraya la tensión que se ha ido generando en torno a la educación y cómo las aulas se han convertido en campos de batalla de temas políticamente polémicos.
En Florida, DeSantis y el parlamento estatal controlado por los republicanos han impulsado políticas que limitan lo que las escuelas pueden enseñar sobre raza, identidad de género y ciertos aspectos de la historia. Y con una característica peligrosa: los programas de esta asignatura serán comunes a la escuelas públicas y privadas.
Estados Unidos, en su condición de estado federal, tiene una característica inexistente en países democráticos, o sea, hay un contenido básico, pero los estados deciden cada uno el contenido de las asignaturas. El país no tiene un sistema educativo uniforme. Cada estado decide por sí mismo.
Esta “crisis” salió a la luz la semana pasada, cuando los instructores dijeron a los maestros de Broward que “los padres fundadores de la nación no desearon una estricta separación entre el Estado y la Iglesia, restaron importancia al papel que las colonias y más tarde el rol que Estados Unidos tuvo en la historia de la esclavitud.
Al mismo tiempo impulsaron una teoría judicial, favorecida por los conservadores legales como DeSantis, que requiere que las personas interpreten la Constitución como lo pretendían los autores, no como un documento vivo y en evolución, según tres maestros que asistieron a la capacitación.
“Es preocupante que a través de estos talleres y de la legislación exista este intento tanto de censurar como de impulsar o propagar determinados puntos de vista”, dijo Richard Judd, maestro de Estudios Sociales de la Secundaria Nova.
El Herald revisó más de 200 páginas de las presentaciones del estado y constató que allí se afirmó que la intención de los padres fundadores y las “ideas erróneas” sobre su pensamiento fueron un tema principal de la capacitación.
Una diapositiva, incluso, subrayaba que los “padres fundadores esperaban que se promoviera la religión porque creían que era esencial para la virtud cívica”. Sin la virtud, señalaba otra diapositiva, los ciudadanos se vuelven “licenciosos” y quedan sujetos a la tiranía.