De acuerdo con el diario The New York Times, el errático manejo del presidente Donald Trump de la pandemia, el empeoramiento de la economía y los resultados de varias encuestas tienen a muchos líderes republicanos crecientemente nerviosos por temor a perder el poder ejecutivo y el Senado si el presidente no rebasa el punto en que actualmente se encuentra.
Alrededor de 26 millones de estadounidenses han solicitado beneficios de desempleo. Encuestas recientes dicen que en los estados que Trump había ganado en 2016 la situación se vuelve inestable: ha caído en Michigan y Pensilvania, e incluso está muy por detrás en Florida.
Entre los republicanos se va abriendo paso la idea de que las conferencias de prensa diarias del presidente sobre el coronavirus están funcionando como un boomerang, con el correspondiente daño político. Sus últimos comentarios sobre combatir el virus con luz solar y desinfectante constituyeron un punto crítico para varios funcionarios republicanos.
El viernes pasado, después de ese incidente, Trump hizo solo una breve sesión informativa y no respondió preguntas de la prensa. Un funcionario de la administración dijo que se estaba discutiendo ese formato como la mejor manera para que el presidente informara sobre el virus. En una palabra, para tener bajo control sus incontinencias verbales.
Un estratega republicano, Glen Bolger, dijo que el panorama para su partido se había vuelto bastante sombrío. “Con la economía en caída libre, los republicanos se enfrentan a un entorno muy desafiante. Esto significa un cambio total respecto al lugar donde estábamos hace unos meses”, dijo.
Aún faltan más de seis meses para las elecciones. Muchos republicanos esperan que la dinámica cambie una vez que Biden vuelva a ser el centro de atención. En ese momento, dicen, la carrera no será un referéndum sobre el presidente. Trump podría venderse como el político idóneo para reconstruir la economía.
Las encuestas aludidas también mostraron que los senadores republicanos en Arizona, Colorado, Carolina del Norte y Maine se encontraban en un punto muerto respecto a sus potenciales rivales demócratas, en parte porque su destino está relacionado con el desempeño de Trump.
Los republicanos quedaron desconcertados con los resultados de una encuesta de 17 estados encargada por el Comité Nacional Republicano. Encontró que es probable que el presidente pierda si no hay signos de un repunte económico este otoño, según un estratega del partido familiarizado con sus resultados.
Las encuestas de la campaña de Trump también han mostrado una erosión del apoyo, según cuatro personas familiarizadas con los datos, ya que el coronavirus sigue siendo el problema número uno para los votantes.
La semana pasada se publicaron tres encuestas de Pensilvania y dos de Michigan que muestran que Trump pierde fuera del margen de error. Y un par de encuestas de Florida que mostraban que Biden disfrutaba de una pequeña ventaja en un estado que es casi esencial para que los republicanos conserven la presidencia.
“[Esta crisis] ocurre en un momento muy crítico, así que definitivamente va a tener un impacto [en noviembre]. La respuesta lenta y caótica del gobierno de Trump no ha contribuido a sus posibilidades de reelección”, dijo Julia Coronado, presidenta de MacroPolicy Perspectives, un grupo que ofrece análisis sobre economía estadounidense y global.