Estados Unidos realizó hoy la segunda ejecución federal de la semana al aplicarle una inyección letal a un hombre cuyos abogados alegaron que era demente y, por lo tanto, no estaba en condiciones de sufrir la pena máxima.
Wesley Ira Purkey fue ejecutado en el Complejo Penitenciario Federal en Terre Haute, Indiana, después de haber sido condenado por secuestrar y matar a Jennifer Long, de 16 años, y de desmembrar, quemar y arrojar su cuerpo a un pozo séptico. Una corte estatal en Kansas también lo condenó por matar con un martillo a Mary Ruth Bales, una mujer de 80 años que tenía polio.
Sujetaron a Purkey, de 68 años, a una camilla en la cámara de la muerte. Un funcionario de la cárcel le quitó la máscara que cubría la cara y le preguntó si quería decir algo.
Wesley Ira Purkey of Kansas was put to death at the Federal Correctional Complex in Terre Haute, Indiana this morning.https://t.co/5XEE5WqVit
— KSHB 41 News (@KSHB41) July 16, 2020
Sus últimas palabras fueron: “Esta muerte higiénica no sirve a propósito alguno. Gracias”. La hora de su muerte fue las 8:19 hora del este de Estados Unidos.
La Corte Suprema de Estados Unidos dio luz verde el jueves de madrugada para la ejecución por cinco votos contra cuatro, con la oposición de los cuatro miembros progresistas del tribunal.
La juez Sonia Sotomayor escribió que “proceder ahora con la ejecución de Purkey, pese a las graves dudas y hallazgos probados sobre su competencia mental, arroja una sombra constitucional sobre la más irrevocable de las penas”. La respaldaban los otros jueces progresistas de la corte, Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer y Elena Kagan.
Sin embargo, un tribunal menor emitió una orden temporal de emergencia para paralizar el proceso durante una hora mientras estudiaba varios aspectos del caso, demorando aún más la ejecución, prevista en un principio para el miércoles en el Complejo Correccional Federal de Terre Haute, Indiana.
Daniel Lewis Lee fue ejecutado el martes en el mismo penal cuando fracasaron sus recursos de última hora. Fue la primera ejecución federal en 17 años.
La cuestión de la salud mental de Purkey se planteó en la repetición de su juicio en 2003 y cuando el jurado tuvo que decidir más tarde si era condenado a muerte por el asesinato de Long.
AP/OnCuba