Los servicios de trenes y ferris en Grecia fueron suspendidos el miércoles y la mayoría del transporte público en Atenas quedó paralizado por una huelga de 24 horas lanzada por el mayor sindicato del país contra las persistentes medidas de austeridad.
El paro del transporte público forzó a muchos atenienses a usar sus autos para ir al trabajo, lo que causó grandes trabazones en el tránsito de la capital, en cuyo centro se realizaron dos marchas relacionadas con el paro.
La policía dijo que unas 7,000 personas en total participaron en las marchas pacíficas al Parlamento.
La huelga, organizada por la central sindical del sector privado GSEE, que incluye además muchas categorías de empleados públicos, no afectó las escuelas, hospitales ni otros servicios clave.
Los sindicatos quieren que el gobierno izquierdista elimine recortes importantes a los ingresos y las pensiones que fueron impuestos por exigencia de los acreedores internacionales durante el programa de rescate financiero de ocho años.
El programa concluyó formalmente en agosto, pero se espera que las medidas sigan en vigencia durante varios años más para garantizar que Grecia pueda mantener equilibrado su presupuesto y pagar sus deudas relacionadas con el rescate.
Grecia se vio forzada a solicitar los préstamos de rescate en 2010, cuando perdió acceso a los mercados de bonos tras revelarse que había estado reportando de forma inexacta durante años datos financieros importantes y llevaba un déficit en su presupuesto mucho mayor del esperado.
Entre las demandas de los sindicatos está restaurar el salario mensual mínimo al nivel previo al rescate, de 751 euros (853 dólares), de los 580 euros (659 dólares) actuales.
El gobierno del primer ministro Alexis Tsipras ha dicho que aumentará los gastos en bienestar social este año y el próximo, usando parte del superávit presupuestario que espera como resultado de los elevados impuestos y los reducidos gastos públicos.
Tsipras fue elegido gracias a promesas de que eliminaría todas las medidas de austeridad exigidas por los acreedores, pero pronto se vio forzado a tomar un giro radical luego que las negociaciones con los acreedores se desplomaron y Grecia enfrentaba el prospecto de una bancarrota y la salida de la zona del euro.
El miércoles en el Parlamento, Tsipras se comprometió a reducir para 2019 un impuesto inmobiliario altamente resentido y aplicado a dueños de propiedades de bajo y medio nivel. Dijo que eso beneficiaría a nueve de cada 10 dueños de propiedades inmobiliarias.