Niels Hoegel tiene 41 años y ya ha pasado casi una década en prisión. Se le acusa de administrar intencionalmente sobredosis médicas a sus víctimas. Según dicen los informes policiales, Hoegel, en su neurosis, buscaba poder presumir “de un poder de resurección” frente a sus colegas, mostrando que podía revivir a sus pacientes.
Al iniciarse este lunes el juicio en Oldenburg, al norte de Alemania, el juez Sebastian Buehrmann, preguntó si los cargos en su contra eran exactos. Hoegel respondió “Sí”. “Lo que he admitido a mi psiquiatra sucedió”, dijo a la sala del tribunal.
Después de un momento de silencio por las víctimas, un barbudo y corpulento Hoegel escuchó impasible, con la cabeza baja, mientras la fiscal Daniela Schiereck-Bohlmann leía el nombre de cada paciente muerto y los cargos contra el acusado.
Los fiscales dicen que al menos 36 personas fueron asesinadas en el hospital de Oldenburg donde Hoegel trabajaba, y unos 64 más en su otro trabajo: una clínica en las cercanías de Delmenhorst, entre 2000 y 2005.
Se han exhumado más de 130 cuerpos de pacientes que murieron al cuidado de Hoegel. Los investigadores han dicho que el caso “no tiene precedentes en Alemania”. Christian Marbach, uno de los más de 100 co-denunciantes en el juicio, dijo a agencias de noticias internacionales que fue un escándalo que Hoegel hubiera podido matar impunemente durante tanto tiempo.
“Tenían todo lo que necesitaban para detenerlo. No tienes que ser Sherlock Holmes”. Marbach es el nieto de uno de los pacientes. Más tarde expresó su sorpresa por la rápida confesión de Hoegel. “No esperaba que sucediera hoy”.
Ex-nurse accused of killing 100 patients appears in court #NielsHoegel #Germany pic.twitter.com/Fpve50ZvuZ
— Ruptly (@Ruptly) 30 de octubre de 2018
Hoegel fue atrapado en 2005 mientras inyectaba una sobredosis de un medicamento cardiológico en un paciente. Fue sentenciado en 2008 a siete años de prisión por intento de asesinato, pero solo por ese caso. Un segundo juicio siguió en 2015, cuando se le vencía la pena, bajo la presión de las familias de otras cinco víctimas. Fue declarado culpable de asesinato e intento de asesinato de esas otras cinco personas y se le dio la pena máxima de 15 años.
Fue entonces cuando Hoegel confesó a su psiquiatra que había asesinado al menos 30 personas, por las que no estaba siendo juzgado. Eso llevó a los investigadores a reabrir la causa nuevamente.
Los investigadores dicen que la cifra final podría ser superior a las 200 personas, pero temen que nunca podrían revelarlo porque los cuerpos de muchas víctimas potenciales fueron incinerados.