La crisis mundial desatada por la pandemia de coronavirus tiene “algo bueno”, pues ha logrado que las personas “vuelvan a lo esencial”, sin estar pendientes de “falsas seguridades”, dijo hoy el papa, en vísperas del viaje que inicia mañana a Budapest y Eslovaquia.
“Esta crisis, si tiene algo bueno – y ciertamente lo tiene – es precisamente llevarnos de vuelta a lo esencial, a no vivir distraídos por falsas seguridades”, aseguró Francisco a los participantes en el Capítulo General de la Orden de los Frailes Carmelitas Descalzos recibidos en audiencia en el Vaticano.
Según el pontífice, “la pandemia nos ha puesto a todos ante muchas preguntas y ha visto cómo se derrumbaban muchas seguridades”, por lo que instó a los presentes “como hijos de Santa Teresa, a cuidar de vuestra fidelidad a los elementos perennes de vuestro carisma”.
“Hay que alejar la tentación de preocuparse por la supervivencia, en vez de vivir en plenitud acogiendo la gracia del presente, incluso con los riesgos que conlleva. Fiel a este don, la vida carmelita es una respuesta a la sed del hombre contemporáneo, que en el fondo es sed de Dios, sed de eternidad. Y es refugio de psicologismos, espiritismos, o falsas actualizaciones que ocultan un espíritu de mundanidad”, afirmó.
El papa viaja este domingo a Budapest, donde sólo permanecerá unas horas para clausurar el congreso eucarístico, y después se trasladará a Eslovaquia, donde le espera, hasta el próximo miércoles, un intenso programa en su primer viaje tras su operación de colon el pasado julio.