Aunque Hungría y Eslovaquia son miembros de la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ambos países anunciaron este martes la retirada de su apoyo a las sanciones multinacionales contra el sector energético ruso, que el bloque continental está diseñando con el argumento de que dependen casi totalmente de esos suministros.
Los comisionados europeos comenzaron a debatir un nuevo paquete de sanciones a Rusia que pudiera llegar al embargo total contra el crudo de la nación eslava, aunque no se ha filtrado que ello sea incluido en el paquete.
El ministro de Economía eslovaco, Richard Sulik, alegó a la agencia AP que la única refinería del país no puede cambiar inmediatamente del crudo ruso a otro tipo de petróleo, porque cambiar la tecnología llevaría varios años. “Entonces, insistiremos en la exención, seguro”, aseguró.
Eslovaquia depende casi por completo del petróleo ruso, que recibe a través del oleoducto Druzhba, construido durante la extinta Unión Soviética. Hungría se encuentra en la misma situación, aunque otros importantes importadores de hidrocarburos, como Alemania, afirmaron que sí podrían hacer frente al problema si la UE prohibiera el petróleo o el gas proveniente de Rusia.
De todos modos, desde que se comenzó a manejar la idea de bloquear el crudo ruso, Alemania ha levantado algunas dudas de la eficacia de la medida.
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A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, dijo que su país no votará a favor de ninguna sanción “que imposibilite el transporte de gas natural o petróleo de Rusia a Hungría”. Esa nación de Europa oriental es una constante crítica de las políticas restrictivas de la UE y, a su vez, ha sido severamente criticada por mantener una política nacionalista de extrema derecha que viola los preceptos de la unidad europea.
Si Hungría y Eslovaquia mantienen esas posiciones, la disidencia de ambos países sería la primera dentro de la UE y la OTAN desde que comenzaron las sanciones a Moscú por la invasión a Ucrania.
“El asunto aquí es sencillo: el suministro de energía de Hungría no puede estar en peligro, porque nadie puede esperar que permitamos que los húngaros paguen el precio de la guerra (en Ucrania)”, dijo Szijjarto el martes en una gira por Kazajistán. “En la actualidad es físicamente imposible que Hungría y su economía funcionen sin el petróleo ruso”.
A pesar del desacuerdo entre miembros de la UE sobre las nuevas sanciones energéticas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, prometió “quebrar la maquinaria de guerra rusa”, alejando a los países del continente del suministro de gas natural ruso.
El bloque está buscando asegurar suministros alternativos de países como Argelia, Catar y Estados Unidos. Eso incluye instalaciones de GNL, conglomerado estadounidense que se están construyendo en el norte de Grecia, y que Michel y los líderes de cuatro países balcánicos visitaron este martes.