Un destino responsable que supo gestionar con éxito la pandemia de Covid-19 y podrá recibir a los turistas con la mayor seguridad. Se trata de Portugal, su apuesta para remontar la crisis y enfrentar los malos augurios que lo sitúan como uno de los países europeos donde el turismo sufrirá más.
Nadie duda que el impacto será “enorme”: los turistas internacionales caerán un 40 % este año debido al coronavirus, según un estudio de Oxford Economics, y los hoteleros lusos calculan un desplome del 50 % en sus ingresos del conjunto de 2020.
Pero, el sector, que representa cerca del 16 % del PIB portugués, confía en que el país se mantenga como referencia cuando se retome la actividad turística a partir de junio, ayudado por la gestión que ha realizado de la pandemia.
“Ahora por otras razones, por la capacidad de prevención y combate del Covid-19, continuamos siendo puestos como referencia internacionalmente”, asegura el presidente del ente Turismo del Algarve, João Fernandes.
Portugal ha conseguido frenar el coronavirus mejor que sus vecinos. Con más de mil 100 fallecidos y 27 mil positivos de Covid-19, cifras muy inferiores a las de España, Italia o Francia, el país espera ganarse la confianza de los turistas que se aventurarán a buscar un destino en el sur de Europa.
“Portugal puede tener una ventaja en términos de turismo. Como fue menos afectado, los extranjeros pueden empezar a querer ir a Portugal porque se sienten más seguros que en otros países”, considera el abogado de PLMJ Diogo Perestrelo, experto en inversiones.
Hacer que los turistas se sientan seguros en Portugal será la clave para remontar el sector, sobre todo de cara al verano, cuando aún se mantendrá el recelo a viajar ante la falta de una vacuna o un tratamiento efectivo contra el Covid-19.
Desde el ente gubernamental Turismo de Portugal lo tienen claro: “nuestro papel es inspirar responsabilidad y confianza”, explica su presidente, Luís Araújo, que relata que en estos meses de paralización se están centrando en preparar al sector para lo que viene.
Dan cursos de formación online a las empresas lusas y refuerzan la comunicación con los operadores y agencias de viajes de los 25 mercados con los que trabajan, a los que informan de la evolución de la pandemia en Portugal y de las medidas de seguridad.
“Lo importante es ganar confianza, mantener a los turistas y los mercados al tanto de cómo evoluciona la pandemia y sobre todo decirles que estamos preocupados para que cuando vuelvan tengan el mejor servicio y el más seguro”, señala.
Para ganar esa confianza, han lanzado el sello “Clean & Safe”, que se otorgará a alojamientos, restaurantes, empresas de animación turística y otros actores del sector que cumplan con los protocolos de higiene y protección.
En la primera semana después de su lanzamiento, algo más de mil empresas se unieron a la iniciativa.
Entre ellas muchos hoteles, la mayoría todavía cerrados, que invierten en aprovisionarse de mascarillas, establecer estrictos protocolos de limpieza, especialmente en zonas de mayor riesgo como los ascensores, y no descartan medir la temperatura de sus huéspedes, como admite el presidente de la Asociación de Hotelería lusa, Raul Martins.
Medidas que buscan ganarse al mercado extranjero y a los propios portugueses, que serán el grueso de los visitantes este año.
El primer ministro luso, António Costa, lo dejó claro ya en abril: “Planeen las vacaciones de verano aquí dentro”.
É importante recuperar a confiança para relançar a economia e a atividade comercial. Numa breve visita ao comércio do #Porto, pude comprovar como as lojas estão já equipadas com os meios de proteção individual que permitem garantir a segurança de clientes e funcionários. #COVID19 pic.twitter.com/mA0vcFPqpp
— António Costa (@antoniocostapm) May 8, 2020
Sin fecha prevista de apertura de las fronteras y con el tráfico aéreo muy restringido, el mercado interno será la estrella de este verano, al que se sumarán también los españoles que puedan llegar a Portugal en coche.
En zonas como el Algarve esperan que su tradición turística ayude a mantener parte de los visitantes internacionales.
Serán, sobre todo, amigos y familiares que visiten a los extranjeros afincados en el Algarve y turistas residenciales que suelen pasar sólo el invierno en Portugal pero que decidieron quedarse cuando estalló la pandemia.
Y también el “mercado da saudade”: portugueses que viven fuera y que “cada verano, tras visitar a la familia en el norte, el interior o el Alentejo, pasan sus vacaciones en la región”, explica el presidente de Turismo do Algarve.
Esta temporada será además una oportunidad para potenciar nuevos destinos y hospedajes. Turismo de Portugal quiere que los lusos aprovechen para adentrarse en las regiones más desconocidas del país, que son precisamente las que más estaban creciendo en los últimos años, como el Alentejo, el Centro o las Azores.
El miedo a la concentración en zonas típicamente vacacionales, como la costa, podría dar un impulso al interior y a la franja fronteriza con España.
Se espera igualmente que muchos huyan de hoteles y complejos de apartamentos y opten por alojamientos más apartados, como casas rurales o fincas más aisladas.