Rusia respondió hoy viernes a las nuevas sanciones de Estados Unidos diciendo que expulsaría a diez diplomáticos estadounidenses y que tomaría otras medidas de represalia en un tenso enfrentamiento con Washington más bien propio de la Guerra Fría.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, publicó una lista de ocho funcionarios estadounidenses (actuales o previos) a los que se les prohibió ingresar al país, incluido el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland; el director del FBI, Christopher Wray; la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines; y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Lavrov también dijo que Moscú tomará medidas para cerrar las organizaciones no gubernamentales estadounidenses que radican en Rusia y poner fin a lo que describió como “su intromisión en la política rusa”. El Kremlin, dijo, sugirió que el embajador de Estados Unidos, John Sullivan, siguiera el ejemplo de su homólogo ruso y regresara a su país para realizar consultas.
Rusia también negará a la embajada de Estados Unidos la posibilidad de contratar personal local y de terceros países, limitará las visitas de diplomáticos estadounidenses que prestan servicios a corto plazo y endurecerá los requisitos para los viajes de diplomáticos.
Otras figuras que tienen prohibido ingresar a Rusia son Susan Rice, exembajadora de la ONU y actual directora del Consejo de Política Nacional; John Bolton, asesor de seguridad nacional durante la administración Trump; James Woolsey, exdirector de la CIA; y Michael Carvajal, director de Federal de Prisiones.
Ayer jueves la administración Biden anunció sanciones a Rusia por interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 y por su participación en el ataque a agencias federales, actividades que Moscú ha negado redondamente. Estados Unidos ordenó la expulsión de diez diplomáticos rusos, apuntó a decenas de empresas y personas e impuso nuevas restricciones a la capacidad de Rusia de pedir dinero prestado.
Lavrov calificó las medidas de Washington como “absolutamente hostiles” y dijo que si bien Rusia podría tomar “medidas dolorosas” contra los intereses comerciales estadounidenses en Rusia, no actuaría de inmediato en ese sentido, pero que las guardaría para un “uso futuro”.
Advirtió que si Washington aumenta aún más la presión, Rusia podría pedirle a Estados Unidos reducir el número de personal de su embajada y consulado a 300 personas. Dijo que ambos países albergan a unos 450 diplomáticos, pero eso comprende a unos 150 rusos en la ONU en Nueva York que, según él, no debería incluirse.
Sin embargo, el arsenal nuclear de Rusia y su influencia en el mundo la convierten en una potencia que Washington debe tener en cuenta. Por eso el presidente Biden pidió reducir las tensiones y mantuvo la puerta abierta a la cooperación en ciertas áreas. Decidió no imponer sanciones más duras por ahora y propuso reunirse en un tercer país durante el verano.
Lavrov dijo que Rusia tenía una “actitud positiva” hacia la oferta de la cumbre y la estaba analizando, pero una declaración emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores poco después señaló que “se estaba estudiando en el contexto de la evolución de la situación”.
Associated Press/OnCuba.