Irán e Israel siguen intercambiando discursos amenazantes y aumentando los riesgos de una escalada en el Medio Oriente mientras los líderes mundiales llaman a Tel Aviv a no tomar represalias por el bombardeo iraní que tuvo lugar el fin de semana, en respuesta al ataque a su consulado en Siria.
Daniel Hagari, un portavoz del ejército israelí, aseguró que su país no se quedará con los brazos cruzados y que Irán no saldrá por la puerta grande.
Israel aseguró a los países árabes que su respuesta al ataque de Irán no los pondrá en peligro, según difundió ayer la emisora pública israelí Kan. De acuerdo con este informe, Jordania, Egipto y los estados del Golfo no deben temer.
“Tendremos que reaccionar […] Y espero sinceramente que les sirva de lección, de que no se puede atacar a un país soberano solo porque te parezca factible”, declaró el legislador israelí Yuli Edelstein, que preside la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento.
Tel Aviv anunció que lanzó una ofensiva diplomática contra Teherán y llamó a 32 países a imponer sanciones contra su programa de misiles y a declarar a la Guardia Revolucionaria iraní una organización terrorista.
El Gobierno de Estados Unidos anunció que habrá nuevas sanciones al programa de armamento de iraní y dijo que espera medidas similares de sus socios y aliados.
El objetivo consiste en aumentar la presión para contener y degradar la capacidad y eficacia militar de Irán y hacer frente a todos sus comportamientos nocivos, aseguró en un comunicado el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, también confirmó la expansión de las sanciones existentes contra Irán.
Por su parte el presidente iraní, Ebrahim Raisi, afirmó que responderán la mínima acción de Israel contra sus intereses y reiteró que la respuesta será “severa, extensa y dolorosa”.