En una jornada histórica, de Nueva York a Los Ángeles miles y miles de ciudadanos salieron este sábado para manifestarse contra el presidente Donald Trump, mientras las autoridades pedían calma y movilizaban tropas de la Guardia Nacional previo a un desfile militar para conmemorar el 250 aniversario del Ejército, que coincide con el cumpleaños 79 del mandatario.
“¿De quién son las calles? ¡Son nuestras calles!”
El movimiento “No Kings”, impulsado por el colectivo 50501 —cuyo nombre hace referencia a 50 estados, 50 protestas, un movimiento—, organizó cerca de 2000 concentraciones en ciudades grandes y pequeñas, desde parques comunitarios hasta capitolios estatales.
New York says #NoKings (taken from the terrace of #theskyapartment – the march is headed downtown to Madison Square Park, but Fifth Avenue is so jam-packed it’s moving at a snail’s pace) pic.twitter.com/aHDs2uyiuY
— cindygallop.eth (@cindygallop) June 14, 2025
En Atlanta, el mitin principal alcanzó rápidamente su capacidad de 5000 personas, mientras miles más se agolpaban fuera de las barreras para escuchar a los oradores frente al Capitolio estatal.
En Filadelfia, bajo una lluvia intermitente, los manifestantes se reunieron en Love Park y marcharon por Ben Franklin Parkway coreando: “¿De quién son las calles? ¡Son nuestras calles!”
Muchos portaban banderas estadounidenses y pancartas con mensajes como “Lucha contra la oligarquía”, “Deporta a los mini-Mussolinis” y “La disidencia es patriótica”.
Carteles en defensa de los inmigrantes abundaban, con lemas como “El hielo equivocado se está derritiendo” y “Desenmascara el ICE”, en referencia al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
En Los Ángeles, la multitud se congregó frente al Ayuntamiento, mientras en Little Rock, Arkansas, los manifestantes cruzaban un puente sobre el río al ritmo de tambores.
Voces de los manifestantes: “Defender nuestra democracia”
Las protestas reflejaron una amplia gama de preocupaciones, desde la política migratoria de Trump hasta su estilo de gobierno, percibido por muchos como autoritario.
Karen Van Trieste, una enfermera de 61 años que viajó desde Maryland para participar en Filadelfia, expresó las prioridades de la protesta.
“Siento que necesitamos defender nuestra democracia. Me preocupa el despido de personal en los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), el destino de las comunidades inmigrantes y el intento de la administración de gobernar por decreto”, manifestó la paramédico.
Un hombre vestido con atuendo de la Guerra de Independencia sostenía un cartel con una cita atribuida a Thomas Jefferson: “Todo lo que la tiranía necesita para afianzarse es que las personas de buena conciencia permanezcan en silencio”.
En Charlotte, Carolina del Norte, la multitud coreó “No tenemos reyes” antes de marchar tras una pancarta con el lema “No Kings”. En Tallahassee, Florida, unas mil personas se reunieron en el antiguo Capitolio estatal, coreando “Así es como se ve la comunidad” y portando carteles de “Una nación angustiada”.
En Estados Unidos, no tenemos reyes. Han desafiado nuestros tribunales, deportado estadounidenses, desaparecido gente de las calles, atacado nuestros derechos civiles y recortado nuestros servicios. La corrupción ha ido demasiado lejos. No hay tronos. No hay coronas. No hay reyes, han sido los preceptos del movimiento este día.
Tragedia en Minnesota: legisladores demócratas son víctimas de atentado
En Minnesota, todas las protestas “No Kings” fueron canceladas tras el asesinato de una legisladora demócrata y el ataque a otro de la misma bancada, hechos que el gobernador Tim Walz calificó como “asesinato por motivos políticos”.
La representante estatal Melissa Hortman, líder demócrata de la Cámara de Representantes de Minnesota, fue asesinada junto a su esposo, Mark, en su casa de Brooklyn Park, en el norte de Minneapolis.
En otro ataque, el senador estatal John Hoffman y su esposa, Yvette, resultaron heridos de bala en su residencia de Champlin, también en el área metropolitana de Minneapolis.
Ante los hechos, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que los “espantosos asesinatos selectivos del senador Hoffman y el diputado Hortman no son solo horribles, son actos de extremismo político y un ataque a nuestra propia democracia”.
Asesinada una congresista y herido otro legislador en Minnesota: “un acto de violencia política”
Gobernadores y alcaldes de todo el país prometieron proteger el derecho a la protesta pacífica, pero advirtieron que habría “tolerancia cero” para la violencia o la interrupción del tráfico. El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, fue enfático: “Si violas la ley, serás arrestado”.
En California, el gobernador Gavin Newsom impugnó en los tribunales la orden de Trump de desplegar la Guardia Nacional y marines en Los Ángeles, mientras que otros estados movilizaron tropas para apoyar a las fuerzas del orden.
El ambiente fue mayoritariamente pacífico y cargado de simbolismo. “Estamos aquí porque creemos que ningún individuo está por encima de la ley”, declaró uno de los portavoces del movimiento 50501.
Protestas por la política migratoria y el uso de la fuerza
Las manifestaciones también fueron una respuesta a las recientes redadas federales de inmigración y al despliegue militar en ciudades como Los Ángeles, donde los manifestantes bloquearon una autopista y se registraron incidentes de violencia.
“Trump está usando la fuerza para intimidar y silenciar a quienes no están de acuerdo con él”, denunció un activista en Nueva York.
En las redes sociales, gobernadores demócratas como Bob Ferguson, de Washington, pidieron mantener la protesta pacífica para evitar una mayor militarización. “Donald Trump quiere poder decir que no podemos manejar nuestra propia seguridad pública en el estado de Washington”.
Una capital blindada
Mientras tanto, la capital Washington D.C. amaneció blindada. Vallas de más de dos metros de altura, barreras de hormigón y una presencia masiva de fuerzas de seguridad rodeaban los monumentos y el National Mall, donde por la noche tendrá lugar el desfile militar.
El evento, que según fuentes oficiales costará entre 25 y 45 millones de dólares, incluirá miles de soldados, vehículos blindados y sobrevuelos de aviones de combate.
Los críticos han calificado el desfile como “una muestra autoritaria de poder” y un “despilfarro” en tiempos de recortes presupuestarios y una creciente oposición social.