En un giro de los acontecimientos, Venezuela y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para reanudar los vuelos de deportación de migrantes venezolanos, refirieron desde Caracas agencias y medios internacionales de prensa.
Según un comunicado oficial firmado por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y figura clave en los diálogos con la oposición previo a las cuestionadas elecciones de julio de 2024, los vuelos se reanudarán a partir de este domingo, marcando el inicio de una nueva fase en el programa “Plan Vuelta a la Patria”.
#BukeleCachorritoYLacayo | Este sábado, Jorge Rodríguez, designado para Diálogos de Paz de la República Bolivariana de Venezuela, informó a través de un comunicado que con el fin de repatriar a los connacionales desde Estados Unidos (EEUU), se reanudó un vuelo a través del Plan… pic.twitter.com/uL6JWL25rL
— Con el Mazo Dando (@ConElMazoDando) March 22, 2025
La iniciativa, impulsada por el gobierno de Nicolás Maduro, busca facilitar el retorno de venezolanos que, en medio de la crisis, buscaron mejores oportunidades en el extranjero.
De acuerdo con diversas fuentes, desde 2018, cerca de un millón de venezolanos han regresado a su país desde diferentes partes del mundo gracias al programa “Plan Vuelta a la Patria”.
En diciembre de 2024, se registraron 7,89 millones de venezolanos fuera de su país, consolidando esta crisis como el segundo mayor desplazamiento del mundo, solo superado por el de Siria durante los 13 años de cruenta guerra civil (2011-2024).
En lo que va de año, cuatro vuelos del programa de gobierno Vuelta a la Patria regresaron a la República Bolivariana con poco más de 900 venezolanos, incluidos dos procedentes de Texas, Estados Unidos, indicó un despacho de la agencia Prensa Latina.
El Tren de Aragua
El anuncio se produce tras una semana particularmente tensa, en la que la Administración de Donald Trump envió a cerca de 250 venezolanos a cárceles en El Salvador, una decisión que desafió incluso una orden judicial federal de los propios Estados Unidos.
La justificación de Washington se basó en una ley de fines del siglo XVIII, invocada ahora para enfrentar a presuntos miembros de la organización criminal “Tren de Aragua”, declarada en enero por Washington como una entidad “terrorista”.
Según el Departamento de Estado, miembros de la banda, nacida en las prisiones venezolanas, pero actualmente con una operatividad transfronteriza en países latinoamericanos, se han infiltrado en el éxodo masivo de venezolanos, buscando aprovechar la crisis económica para expandir sus operaciones criminales. Sin embargo, el gobierno de Maduro ha rechazado categóricamente estas acusaciones, calificándolas de infundadas y carentes de pruebas.
Rodríguez fue enfático al señalar que “migrar no es un delito y no descansaremos hasta lograr el regreso de todos quienes lo requieran y hasta rescatar a nuestros hermanos secuestrados en El Salvador”.
Por su parte, agencias estadounidenses de inteligencia como la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) coincidieron en que el “Tren de Aragua” opera de manera independiente, sin vínculos con el Gobierno venezolano. Solo el Buró Federal de Investigaciones (FBI) discrepó parcialmente, basándose en información considerada poco confiable por otras agencias, señaló un informe del canal Telesur.
La controversia se agudiza con la denuncia de que, en las últimas semanas, alrededor de 350 venezolanos han sido deportados a su país, incluyendo a 180 que permanecieron detenidos hasta por 16 días en la base naval estadounidense de Guantánamo. El Gobierno de Trump ha insistido en que estos individuos son miembros del “Tren de Aragua”, aunque sin presentar pruebas concretas que respalden esta afirmación.
Escenario de presiones y tensiones
La reanudación de los vuelos de repatriación se da en un contexto de creciente presión económica sobre Venezuela. A principios de marzo, Donald Trump decidió no renovar la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en el país sudamericano, una medida que agudiza aún más la crisis del sector petrolero venezolano, principal fuente de ingresos del país.
Durante décadas, Chevron ha sido una de las pocas empresas occidentales presentes en Venezuela, manteniendo una relación que sobrevivió incluso a los momentos más álgidos de la tensión política entre Caracas y Washington. La decisión, sin embargo, parece marcar un punto de inflexión, profundizando el aislamiento económico de Venezuela y limitando su capacidad para generar divisas.
¿Chevron se queda?
Sin embargo, un par de días atrás, según la cadena CNN, la administración Trump estaría considerando una solicitud de Chevron para extender la licencia del gigante petrolero con el fin de continuar extrayendo petróleo en Venezuela.
Durante una reunión con ejecutivos de la industria petrolera el miércoles de esta semana, Trump expresó su disposición a considerar la solicitud de Chevron de extender la licencia para operar en Venezuela, dijo una fuente que pidió anonimato a CNN.
El director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, solicitó la extensión durante reuniones con altos funcionarios estadounidenses, citando preocupaciones de que las operaciones a gran escala no se pueden trasladar de la noche a la mañana y que una salida apresurada podría abrir una oportunidad para que China u otros actores intervengan, dijo la fuente.
Una economía en mínimos
Pese a poseer las reservas petroleras certificadas más grandes del planeta, la situación económica interna en Venezuela es alarmante. Según datos recientes del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas-FVM), una familia venezolana necesitó en febrero alrededor de 487 dólares para cubrir los costos básicos de alimentación.
Esta cifra contrasta fuertemente con el salario mínimo mensual, que apenas supera los 1,9 dólares, complementado por bonos gubernamentales que elevan el ingreso a unos 131 dólares, cotejó un informe de la agencia española EFE.
La inflación, por su parte, continúa erosionando el poder adquisitivo de los venezolanos. En febrero, el indicador intermensual se situó en 12,8%, elevando la tasa interanual a 117%. Esta dinámica inflacionaria está estrechamente ligada a la constante depreciación del bolívar frente al dólar estadounidense, una situación que ha llevado al Observatorio Venezolano de Finanzas a advertir sobre un panorama macroeconómico desfavorable.
Tercer grupo de migrantes deportados a Venezuela llega con mujeres y niños
Estas repatriaciones desde Estados Unidos tensará aún más la capacidad del gobierno venezolano de ofrecer condiciones dignas a quienes retornan.
La falta de oportunidades laborales, la escasez de alimentos y medicinas y la persistente inseguridad son factores que podrían frustrar los esfuerzos de reinserción de los repatriados, generando nuevas olas migratorias. La relación con Estados Unidos, por su parte, sigue siendo un factor gravitacional en el futuro de Venezuela.
Semejante política de sanciones y presiones económicas impuesta por la Administración Trump ha tenido un impacto devastador en la economía venezolana, que depende en 95% de la renta petrolera, limitando sus esfuerzos para generar ingresos y acceder a financiamiento internacional.