En un trabajo anterior intente exponer lo complejo de lograr buenos diseños de política económica, con la coherencia y la consistencia necesaria, capaces abrir los caminos del crecimiento y del desarrollo. Las exportaciones son uno de esos asuntos que requieren de esas políticas y las necesitan urgentemente.
Un artículo sobre la exportación de coco en Baracoa y otro, de unos meses atrás sobre las exportaciones de la empresa Ceballos me han movido a escribir sobre uno de mayores problemas que enfrenta hoy la economía nacional, el incremento de las exportaciones.
Vayamos primero a los números. Las exportaciones de Cuba en el año 2017 fueron de apenas 2.402 millones dólares, la mitad de lo que se exportó en el año 2014, las importaciones alcanzaron los 10.172 millones de dólares, mientras el balance comercial de bienes fue negativo en 7.770 millones dólares.
La cuenta de exportaciones de servicios cubana ha permitido compensar esa situación, pero cada vez de forma más restringida. En el 2018 esa situación no cambió para positivo y en el 2019, lograr un mejor equilibrio entre exportaciones e importaciones descansará en el recorte de las importaciones.
Además, la “calidad” de esas exportaciones de bienes, en términos de su estructura por complejidad tecnológica está concentrada en bienes exportaciones de bienes primarios, en manufacturas provenientes de recursos naturales y en bienes de baja tecnología, todos ellos tres sumados alcanzan el 91 por ciento de todas nuestras exportaciones, mientras que las exportaciones de bienes de mediana y alta tecnología apenas alcanza el 9 por ciento.
El presidente Díaz-Canel ha exhortado una y otra vez a incrementar las exportaciones. Hoy sobre todos los municipios del país y también sobre todos los Ministerios, OSDEs y empresas hay un reclamo para incrementar las exportaciones, para buscar y encontrar que exportar.
Es de alguna forma paradójico que un país de economía abierta, con un mercado pequeño, donde exportar debería se casi, casi, la condición misma de existencia de cualquier empresa, haya que estar rompiendo cuerdas vocales exigiendo más exportaciones.
Exportar requiere primero que todo identificar una oportunidad de mercado. Para las empresas cubanas, entrampadas entre el plan y una madeja regulatoria que poco propicia la autonomía, es un ejercicio difícil lograr identificar esas oportunidades.
Salvo raras excepciones bien conocidas, Habanos S.A, Internacional Cubana del Tabaco, Havana Club Internacional, Sherrit International, Biocubafarma, y alguna otra, la empresa cubana tiene más tradición de esperar que aparezca una oportunidad que de construir una estrategia ofensiva buscando esas oportunidades, cierto que tampoco tiene mucha autonomía para hacerlo.
Supongamos pues que logran identificar esa oportunidad, supongamos incluso que la tecnología de esa empresa, aun sin ser de punta, permite esa producción. Supongamos más: que la calidad de ese producto demandado puede ser alcanzada por esa empresa. Entonces, hay que aprovechar la oportunidad.
Eso significa, ante todo, producir lo que el mercado demanda, en el tiempo que el mercado lo pide y a los precios que ese mercado está dispuesto a pagar. Para lograr esa trinidad virtuosa es necesario un marco institucional que “ayude”, “apoye”, “facilite” ese propósito.
Aquí pudiéramos hacer un pequeño listado de preguntas:
- ¿Tiene nuestra empresa incentivos suficientes para exportar?
- ¿Es posible producir lo que el mercado demanda, aunque no esté en el plan?
- ¿Es posible para esa empresa acceder a los insumos necesarios para producir ese producto aun sin que estén en su plan de importaciones?
- ¿Tendrá como obtener las divisas necesarias para importar esos insumos?
- ¿Tendrá acceso esa empresa a algún tipo de crédito provisto por algún banco cubano que facilite esa exportación?
- ¿Existe algún tipo de “seguro a la exportación” que le permita a dicha empresa dar “facilidades de pago” a sus potenciales clientes y a la vez obtener una parte de los ingresos para mantener el proceso productivo funcionando?
- ¿Podrá acceder directamente a la exportación o deberá entregar su producto a alguien más en la “cadena de intermediarios” el que se apropiará de una parte de los ingresos de venta?
- ¿Podrá “apropiarse” de una parte de las “divisas” ingresadas para garantizar la estabilidad de esa exportación?
- ¿Tendrá facultades para invertir en un plan de publicidad que le permita mayor visibilidad en el mercado destino?
- ¿Podrá pagarle a sus trabajadores acorde al “éxito” alcanzado?
Desde mi perspectiva son demasiados los intermediarios y las intermediaciones que se han creado para las exportaciones cubanas. Pareciera que hay una correlación alta entre cantidad de intermediarios y baja dinámica de las exportaciones.
En el balance del MINCEX Díaz-Canel recordaba que era en los territorios donde se producen los productos que se exportan. Eso es cierto, pero también lo es que casi siempre están lejos de los productores, los intermediarios a los que se les ha dado el derecho de exportar esos productos.
Hay una gran diferencia entre ofrecer el servicio de exportación y competir por los clientes (los productores de los productos exportables), a tener, por decreto de alguien, el privilegio de ser la compañía a través de la cual hay que exportar.
Los monopolios de exportación e importación fueron uno de los instrumentos más útiles a los intereses de los Estados feudales en la época de la colonia y también fueron grandes obstáculos al progreso del comercio y de la industria y un enorme freno a la productividad y la innovación.
Ahora retomemos aquellos dos artículos de las cuales comenté al principio.
Pues resulta que por allá tan lejos como Baracoa, una empresa baracoense ha encontrado una oportunidad de exportación que ha aprovechado, insertándose como suministrador de materias prima para la producción de colchones en otro país; esa empresa exporta fibra de coco. No sé si lo hace directamente, no sé si depende del grupo nacional del coco o de la empresa nacional exportadora de coco, no sé si ambos existen, realmente no lo sé, pero esa empresa productora aprovechó esa oportunidad y ahí están. Lo han hecho incluso a pesar de que las respuestas a las preguntas que hice anteriormente no dejaran un saldo muy favorable. Lo hicieron, exportan fibra de coco desde Baracoa, ¡y lo hace una industria local!
Es cierto que quizás a alguien muy brillante se lo ocurra preguntarse por qué exportar la fibra de coco en vez de hacer los colchones que tienen mayor valor agregado. Ojalá exista otro tan inteligente como el primero que pueda darle una respuesta adecuada o impedir que entremos en un gran plan de desarrollo del colchón nacional de fibra de coco y logremos perder la exportación de fibra de coco, el colchón y el coco.
La segunda de las noticias fue la del éxito exportador de la empresa Ceballos, y es también aleccionador, pues ellos han logrado exportar frutas y vegetales. Frutas cubanas, vegetales cubanos, en los mercados de algún país.
Lo que me llamó la atención del artículo es que en él se dice que a Ceballos se le “concedió capacidad exportadora”. Siempre se aprende algo más, no lo niego. He intentado explicarme a mí mismo qué significa conceder a una empresa “capacidad exportadora”. Me respondí que quiere decir conceder capacidad exportadora a una empresa significa eso, decirle a la empresa que puede exportar, atribuirle esa condición, otorgarle determinadas prerrogativas. O lo que es lo mismo, las empresas cubanas no nacen con el derecho a exportar, alguien debe concederlo.
Espero que se deba al carácter experimental de lo hecho en Ciego de Ávila, si no es así, sería entonces una gran paradoja que un país que necesita exportar de todo en todo momento y desde cualquier forma de propiedad, existe un diseño institucional que no reconoce por omisión el derecho a exportar de la empresa, si no que lo trata como algo excepcional. Pero igual, a pesar de todo, Ceballos, sus hombres y mujeres, también lo lograron.
Son pequeños ejemplos. La doctora Pogolotti nos recordaba en estos dos días dos verdades indiscutibles: la primera es que desde lo pequeño se hace lo grande y la segunda que “los malos hábitos adquiridos no se destierran con exhortaciones”.
es idea mia o cada dia tiene menos seguidores profe. ???
nada tratando de ser menos cortante, porque en realidad nadie se pregunto ni por los cocos ni por las exportaciones (y ya ni por la fibra parecen interesarse)
Solo le comento a usted,,,,
no le parece que Cuba es muy pequennita y la(s) fibra(s) de coco (para colchones o no)
generan un beneficio muy pequennito. como para mantener tantos dirigenentes…. (tanta MEGA estructura de gobierno)…
Digo yo, quizas me equivoco pero mire usted a cuantos sennores feudales cada uno con sus (intereses) muy marcados y personales
se enfrenta esa emprecita (coco-exportadora)
Gustavo Rodríguez Rollero (2010) Ministro de Agricultura
Elba Rosa Pérez Montoya (2013) Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
Rodrigo Malmierca Díaz (2009) Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera
Betsy Díaz Velázquez (2018) Ministra del Comercio Interior
Alejandro Gil Fernández (2018) Ministro de Economía y Planificación
Lina Olinda Pedraza Rodríguez (2009) Ministra de Finanzas y Precios
Alfredo López Valdés (2018) Ministro de Industrias
Iris Quiñones Rojas (2018) Ministra de la Industria Alimentaria
y eso es sin mencionar al de trabajo y seguridad social, al de justicia, al instituto de recursos hidraulicos, presidente de la ANAP, los personajes de la Camara de Comercio….
No profe los coco dan muy poquito pa mantener tanto.
pa mantener su socialismo van a tener vender al coco y hasta al hombre del saco
Profe usted siempre con sus atinados comentarios, asi mismo es, 100% de acuerdo con usted
Profesor
Gracias por darnos datos de nuestra economia que nos permite conocernos mejor e incentivarnos a reflexionar y actuar a partir de nuestros errores, lamento que algunos lectores, se esmeren solo en desacreditar todo lo que se plantea y no a hacer reflexiones tecnicas, las cuales puedieran ser a favor o en contra a sus conclusiones, pero no estas solo toman caminos muy alejados de un analisis economico del asunto que ponen en evidencia la incapacidad para colaborar.
Gracias profe,soy un seguidor de sus reflexiones y consejos. Tengo en mi laptop sus conferencias y mira que vivencias tienen sus palabras hoy en día donde se vislumbra un panorama negro en nuestra economía socialista.
En mi opinión nuestra empresa estatal socialista debería privatizarse como lo hizo China y Vietnam, y me remito a ellos porque este país siempre los ponen de ejemplo de prosperidad pero nuestro sistema y dirección al parecer le teme a ese sistema económico que de por sí es rentable y viable. Un saludo Profe
Me parece un excelente artículo profe. Tuve la dicha de ser su alumno y es usted un brillante economista. Simplemente magnífico, sin tecnisismos difíciles para el lector no entendido en el tema. Un saludo y siga publicando esos excelentes artículos que tanto necesitamos.