Partan esta talla, que no tiene desperdicio. La de la izquierda en la foto, derecha en el podio, es Glenhis Hernández, taekwandoca (no sé si es la conjugación correcta) cubana en la división de 73 kilogramos, campeona mundial vigente y subcampeona en los actuales Centroamericanos de Veracruz.
Bien, pues Glenhis se cansó y enseñó, en un acto de inaudita sinceridad, la verdadera cara interior de los segundos lugares. La cara que nosotros siempre hemos sospechado y que ningún medallista de plata ha estado dispuesto a mostrar. Esta muchacha, en plena premiación, desenfundó su dedo del medio, como si fuera el Destructor Shredder de las Tortugas Ninja saliendo del latón de basura.
Es verosímil, digo yo. ¿O hasta cuándo nos vamos a tragar la historia de los podios repletos de abrazos, caricias, besos, fotos van, fotos vienen, y todo el mundo contento como si todo el mundo fuera oro? Pues no, lectores. Quitémonos las máscaras. Un segundo lugar es alguien que indiscutiblemente quiso estar en el primero, y es alguien también que estuvo a un paso de lograrlo. ¿Cómo se siente entonces un subcampeón? Fatal. Horrible. La bronca que tiene no se la quita nadie, y para colmo luego debe sonreír y declarar que el campeón, su rival, se lo merece, porque fue mejor, y que se alegra por él, por el campeón.
Pamplinas. Lo único que el segundo lugar está pensando es que si esa persona no existiera, si justo esa persona no existiera, él sería el número uno, la gloria sería suya, las fotos y los fanáticos serían suyos, y el sacrificio habría encontrado recompensa. ¿Cómo podríamos alegrarnos por la felicidad de la persona que justamente nos arrebató la nuestra? ¿Cómo alegrarse, si había una sola felicidad, y se la llevó el contrario?
Quizás este sea un gesto precursor. Quizás en lo adelante les permitan a los medallistas de plata sacar del estuche sus dedos del medio, o enseñar los dientes, o mostrar la lengua, o relamerse los bigotes, o bizquear. ¡La imagen es tan desternillante! Miren el rostro de la medallista de oro, la mexicana María del Rosario Espinoza. ¡Cuánta inocencia! ¡Cuánta candidez! Miren cómo le toma la mano a la cubana, creyendo que la cubana también sonríe y que acepta el gesto de hermandad. Es para acercársele al oído, bien suave, y susurrarle: “Corazón, tienes un dedo del medio entre tus manos, ¿sí? Wake up, que te están saboteando el momento.”
Aunque también parece, a primera vista, que es la mexicana quien levanta el dedo de la cubana. Y tal parece que es ella la que dice: “A ver, pinche cabrona, dame acá tu dizque dedo. Si tienes ganas, hazlo.” Y tal parece que ella misma, generosa, toma el dedo de su víctima y que ella misma lo yergue.
Dicen que Glenhis Hernández se había molestado con la decisión de los jueces, con el resultado final de la pelea. Al parecer, no encontró entonces mejor forma de desahogarse y echó mano (literalmente) de sus más alevosas perversiones. No sabemos qué pasaba por su cabeza en ese momento. No sabemos si, siendo ya campeona mundial, creyó que la plata centroamericana significaba poca renta. Puede ser. Pero lo cierto es que no perdió con una desconocida, porque María Espinoza ha sido titular olímpica, y fue quien la desbancó de las medallas en Londres 2012.
¡Qué clase de encabronamiento más tonto el suyo! Suficiente como para olvidar que tamaño desagravio podía acarrearle una severa sanción. Glenhis se perderá los próximos Juegos Panamericanos, el Campeonato Mundial, y probablemente lo que resta del ciclo olímpico. A un gustazo…
La delegación cubana, sin nada que objetar, esgrimió la rocambolesca excusa de que la muchacha tenía el dedo lesionado, y que por eso, explican, no lo podía dejar en el lugar que la prudencia dicta, sino que debía mantenerlo bien enhiesto, presto a todo tipo de malas interpretaciones. Yo los compadezco. ¡En qué bounce se tuvo que haber metido la delegación cubana! ¡Qué dolor de cabeza para ellos armar semejante puzzle, hacer que encajaran las fichas de nuestra moral y nuestro inmaculado espíritu deportivo con ese travieso y desafiante dedo nacional! Un dedo cubano, hasta donde sabemos. A menos que Glenhis sea cubana pero el dedo sea, no sé, un injerto imperialista, una falange mercenaria.
De acuerdo. Pongamos que tenía una lesión. ¿Y la cara? ¿También tenía la cara lesionada? Dios santo, no hay nada en este mundo que tenga mayor sincronía que el dedo de Glenhis Hernández con la cara de Glenhis Hernández. Y ahí, señores, en su rostro, reposa la encarnación más fiel que los decadentes lectores de poesía podamos haber visto alguna vez de aquel famoso verso de Villena: “Tengo el impulso torvo y el anhelo sagrado/ de atisbar en la vida mis ensueños de muerto…”
La cara de Glenhis es un poema. Ya había leído sobre el total desprestigio de la delegación cubana intentando justificar la acción de la muchacha. la verdad es que cuando no hay nada que decir, lo adecuado es guardar un respetable silencio. Y sí Carlos, ese es el verdadero sentimiento de los segundos lugares, a mi modo de ver más doloroso que el mismísimo bronce, especialmente en los deportes de combate. Cualquier otra sentimiento que no sea esa mezcla de encabronamiento total con frustración y sentimiento de culpa es un invento de marcianos, civilizaciones del siglo XXXI o cyborgs. La otra cara de la moneda es competir y saber, por la claras, que el primer lugar es un fuera de serie y que casi te hace un honor compitiendo contigo. Estas cuestiones ya tienen un protocolo medio establecido de subimos al podio, mordemos la medalla, cantamos el himno y luego nos tiramos una fotico juntos y tal. La cubanita bien pudo haber declinado todo tipo de ofertas de tipo osito cariñosito. Muy amablemente se le puede decir a cualquiera, con la voz y la mirada firmes: gracias, pero no. Y ahí quedaría todo. Pero no, pudo más el monte y el solar. En todo caso no la amonestaron por conducta antideportiva, a mi modo de ver, sino por falta de clase.
Está genial.
Coño,Cuanta Verborrea Filosófica Acere,Perdió y Que? Hay que Saber También y ese Gesto no Es ni de Campeones,ni de Gente Molesta,Es de Gente ,, ,Kizas ella sea Extraordinaria Persona,Ahí La Cagó.
Buenisimo!!!!!!
Buen artículo Carlos, aunque hago la siguiente aclaración, “baun” como decimos nosotros viene del inglés pero no de “bound” sino de “bounce”. Saludos.
SUPER PAYASO EL ESCRITOR DEL ARTICULO, AZUL POR DENTRO, MAL GESTO DE LA CUBANA PERO AL FINAL HIZO LO QUE SINTIÓ, NO COMO TU QUE ESCRIBES POR 3 PESOS.
Gracias, Christian. Ya lo arreglo. Mi impericia con el inglés y el descuido de no comprobar se conjugaron.
Miren el video y verán que el dedo del medio de cada mano estaba “lesionado” al momento de levantar su brazo. Nada, que estaba visiblemente molesta con la decisión arbritral, pero no era ni el lugar ni el momento
Actitud completamente antideportiva. A mi me dio verguenza lo del dedo, estoy seguro hay mejores formas de expresar inconformidad, hubiese sido mejor si la deportista va y le saca el mismo dedo a los jueces en su cara, pero ninguno de los deportistas allí tuvo la culpa, ni los expectadores. Realmente ella “partio la talla”.
Buenísimo! La humanización de un dedo antideportivo.
Después que el “compañero Fidel” justificara la actitud de Angel Valodia cuando utilizó la cara del arbitro de punching bag en las olimpiadas que mas se puede pedir
Me parece muy mal la accion, muy mala PERDEDORA y muy mala deportista. No creo debemos estimular acciones como estas que pueden ser el preambulo de males mayores en el deporte.
Muy buen artículo, exacto y certero, casi como si la misma Glenhis, (o yo, pero no soy periodista) lo hubiese escrito. La excusa vale, por aquello de que la defensa es permitida, pero no se la cree nadie. Como quiera que sea habría que preguntarle a Glenhis si valió la pena la muda respuesta comparada con las perdidas que en términos de competición y desarrollo deportivo tendrá en el futuro.
Esto me recuerda a otro taekwondista cubano Ángel Valodia Matos, otra vez un deportista cubano toma la peor decisión posible, para canalizar su frustración. Imagino que si te tomas la competencia muy a pecho puedas perder los estribos, o tal vez no les enseñaron de niños aquello de que “uno lleva a la guerra dos bolsas una para ganar y otra para perder”, por alguna razón los atletas cubanos siempre culpan a los árbitros de los segundos lugares o de perder las peleas. Algunas veces puede ser verdad y otras no, yo creo que sí eres suficientemente bueno tal vez nadie te pueda quitar “lo baila’o” ni las medallas, en cualquier caso si te descalifican o sancionan no podrán demostrar nada más.
Ese es el nuevo hombre de Fidel Castro y sus actitudes son justificadas por comentarios como este. Ya no hay decencia en Cuba, empezó a morir en 1959. Si lo dudan, no solo vean este gesto de la deportista, sino caminen por las calles. Siento curiosidad por saber qué escribiría este periodista si un deportista estadounidense hace esto. ¿El dedo imperialista? Vaya, te sugerí el título.
Mal por la muchacha…peor por el escribano. Ojalá Glenhis vea este articulo y te acaricie con una de sus esplendidas Pico-Chagui en tu caja craneana. Este joven es especialista en hacer carrera a costa de la descalificación ajena. Eso es lo que lo hace un escritor para muchos interesante, para otros temerario, pero para sí mismo suicida, pues algún día alguien no le dará la mano en buscando hacer las paces, sino le dará un “pase” inolvidable de trompadas, que se recordara más que sus mejores artículos. Ya ha sucedido. Recordemos como Miguel Litin le troncho de un bofetón la carrera a Joel del Río y la ética dijo que estuvo mal, pero el veredicto de la voz populi aún da la victoria a Litin por KO. Es solo una sugerencia. Allá tú.
y lo peor es que luego la entrevistan (con la mano vendada) y se siente ofendida y dice que ella nunca tuvo esa intención, que se mal interpretó su gesto…y vaya, que están haciendo una campaña en su contra…jaja, no es más fácil asumir la grosería, pedir disculpas y listo? Claro, le debe doler la sanción, pero me parece que es más que justa, eso pasa por ir a los torneos como si se fuera una guerra, tanto mensaje bélico del jefe del inder y secuaces (incluida nuestra prensa más oficial) no puede desencadenar nada bueno…
Carlos, tu artículo no ayuda para nada. Creo que a veces padeces de cierta enajenación; yo he visto a un montón de deportistas muy contentos con una medalla de plata. Creo que ni sabes de este deporte en cuestión ni viste la competencia completa. Nada justifica el gesto de Glenhis, pero este artículo tuyo lo que hace es realmente burlarse de ella. Hay que aprender a respetar desde cualquier tribuna.
Tengo que admitir que aunque no este de acuerdo con casi nada de lo que escribes me hacen tremendo chiste tu sorna y tus ocurrencias. Tus ideas, Carlitos, son una mierda pero mueves el lapiz graciosamente. Quizas deberias pensar en dedicarte al humor. No lo digo con sarcasmo, es solo una idea.
Me siento en el medio de 2 mares enrarecidos. Como amigo del autor y amigo de Glenhis padezco de un “sentimiento” risa-llanto inexplicable. Glenhis fue ella misma: impulsiva y rebelde. Carlos Manuel fiel a si mismo, ofreció su “leña” de mangle rojo a una llama que nuestros medios propagandísticos se empeñan en ahogar, quizá para justificar los injustificable. Si la acción de Glenhis fue incorrecta, lo ciertamente injustificable fue el argumento que el comisionado alegó: lesión en el dedo. El directivo perdió la oportunidad que quedarse callado para no hacer el RIDÍCULO. Pueden pensar que con la sanción se perdió una seria opción de medalla en venideras competencias, a mi me preocupa más que mi amiga pierda los deseos de pretender ser la mejor por una mala acción fuera de combate.
Pues se va a perder posiblemente el ciclo olímpico completo.Muy gracioso tu artículo,pero si los cubanos cntinuamos con ese circo lo único que nos vamos a acarrear va a ser mala fama y muy poco prestigio.
Que calentico se ha puesto esto. Carlitos mijo, me imagino que en los proximos 30 dias no querras ver un dedo ni para sacarte un moco. Animo, cambiate el pelado y todo pasa
Q buen articulo todos los periodistas cubanos deberian escribir como tu y los demas cubanos q escriben para esta revista
Si por ti fuera Carlos el mundo sería un Caos. En ciertos momentos debe prevalecer la hipocresía de lo contrario Putin y Obama no se darían la mano en el G-8 y volveríamos a los tiempos de guerra fría. No obstante, reconozco que disfruté el artículo, pero prefiero dejarlo en los márgenes de la ironía y el humor, y no relacionarlo con la seriedad y la objetividad que debe tener un periodista.
Eso pasa por querer mandar a campeones mundiales y olímpicos, deportistas de primera línea, a unos juegos ninguneados por pura vocación política de estar en lo alto del medallero, y decir que nuestro deporte está en buen momento porque sigue en la cabeza de la región. Joder.
q manera de reírme con este comentario, sobre todo con lo del dedo como “injerto imperialista”, “falange mercenaria” ja ja BUENÍSIMO
Bueno, me parece que es verdad que perder no le gusta a nadie. Pero lo que me dice esta situación es que nadie le dijo a Glenhis Hernández que la derrota es una oportunidad de superarte a tí mismo y ser mejor que lo que fuiste. Tampoco nadie le habló del espíritu del deporte que es demostrar la superioridad de tu preparación y tu técnica sobre los demás. Si ya la mexicana le ha ganado está demostrado que es mejor que ella. Másquese la cachimba y esfuercese más para que pueda ser la mejor algun día. La bronca tiene que ser con ella misma.
El que vio los combates pudo darse buena cuenta de todos los fallos de los jueces a favor de la delegación mexicana, por tanto la rabia o indignación es justa…, aunque el gesto sea inapropiado, pónganse en sus zapatos…
Querido periodista, en el artículo se nota que padeces de un gran complejo de inferioridad. En el mundo sí existen personas que saben reconocer la derrota y disfrutan con la plata y el bronce (esto no sólo se aplica al deporte). No te sientas inferior a los que te rodean, seguro dentro de ti también existe una personita especial. Ah! y Glenhis sí tenía el dedo del medio lesionado, pero el de la otra mano (la derecha), incríble la justificación dada por la oficialidad cubana. Por último, creo que deberíamos aprender de las sanciones de los organismos deportivos internacionales: por levantar un dedo: un año fuera, aquí en Cuba por cabalgada e intento de homicidio con bate de béisbol en mano: seis meses. Saludos, Jack
Al parecer eres un eterno segundón, al parecer tienes mucha rabia por dentro, deberías sacar el dedo de vez en cuando para descompresionar 🙂
y no escampaaaaaa, como ha dado guerra el dedito.De todos el mejor de los comentarios el de musi, eso es lo que hay que hacer, reirse mucho para darle tiempo a Carlos a que escriba un articulo, sobre la interaccion entre el marabu y el calentamiento global, cuestion que nadie entendera pero al menos se olvidan del dedito.
Ya yo no sé qué es mejor de los textos de Carlos M., si disfrutar, (que lo hago, y mucho) de lo que escribe, así sea en ocasiones un ejercicio intelectual durante el cual me pruebo a mi mísma; o si leerme los comentarios coloridos de una tremendísima fauna que por lo visto no digiere de Carlos M ni el nombre, y de una forma inexplicable no tiene más nada que hacer. Les diría que se muden de OnCuba, pero sinceramente, me divierte este Zoo. Larga Vida.
Ylo…muy buen intento. Yo, parte de esta distinguida y “tremendisima fauna”, te juro por mi madre ( a lo cubano) que al menos yo, no tengo la menor idea de quien es Carlos M. Por otra parte, dicen que es mejor malo conocido que bueno por conocer, y si esta tremendisima y mala fauna se muda de OnCuba. puede que si, pero puede que no aparezcan los “buenos por conocer”,con lo cual yo no haria mas esa sugerencia, te imaginas que no existan los comentarios. Nos gusta OnCuba, unas cosas nos la tomamos en serio y otras en broma, segun le parezca a cada cual, y lo mas importante (para OnCuba) estamos aqui. Y no te pongas ejercicios intelectuales tan “fuertes”.
Y luego escribimos sobre el Granma…..ja,ja,ja,ja…larga vida OnCuba