Medió apenas una semana entre la publicación este martes 16 de febrero, por primera vez en Cuba, de 1984 –la novela distópica del británico George Orwell– y la publicación en la prensa oficial cubana de la breve nota que expulsó del templo de la pelota nacional a dos de los hermanos Gourriel, fugados en la madrugada de República Dominicana para, a todas luces, entregarse “a los mercaderes del béisbol rentado y profesional”.
Ambos gestos –uno de apertura, otro de atrincheramiento- se contradicen, precisamente, porque ambos textos se complementan. Ambos dialogan de un modo inquietante sobre nuestra realidad.
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En el reino cubano del béisbol, los Gourriel –el padre, Lourdes, y sus hijos: el oscuro Yunieski, el rutilante Yulieski, el prometedor Lourdes Jr.– eran como la familia Manning en la NFL estadounidense. O no. No exactamente; y por eso mismo -¿el dinero?, ¿la oportunidad de brillar al más alto nivel deportivo?- desertaron los más jóvenes de la dinastía.
Como sea, eran lo mejor que iba quedando en la isla para blasonar, precario reducto de nuestra heráldica beisbolera. Ahora vemos que el 8 de febrero pasado lo que se escapó fue el último mito sobre el cual se apuntalaba una narrativa del juego más o menos coherente con el relato general de la nación que se cuenta desde el poder.
Veamos. El clan de los Gourriel trazaba una línea sutil, virtuosa entre el esplendor de la pelota cubana, y presuntamente del país, en los años 80, pasando sin salpicarse por la ciénaga de los 90, cuando el juego era todavía, pese a todo, vigoroso, hasta llegar a este inicio de siglo de resultados desiguales y, muy pronto, de inapelable decadencia.
Hasta ahora los voceros del béisbol cubano tenían siempre en punta el video tape del “héroe de Parma” desapareciendo la bola frente a los “americanos” en una noche italiana que parece la constatación del eterno retorno. (Por cierto, el otro protagonista de aquella jornada, Lázaro Vargas, emigró hace algunos meses en busca de un destino de Grandes Ligas para su vástago). El ciclo mítico de los Gourriel se completaba en las coplas elogiosas dedicadas al “Yuli” por un coro pertinaz que desde hace una semana se ha quedado mudo.
Desde el discurso oficial, el hundimiento del beisbol doméstico –las derrotas internacionales, la hemorragia de deserciones, la crónica escasez de material, la tozudez o indolencia de los directivos– aún parecía evitable mientras pudiera echarse mano a una estrella como Yulieski, a un valor emergente como Lourdes Jr. y, por qué no, a un buen tipo como Yunieski, encarnación del jugador de clase media baja que se supera a sí mismo gracias a un contrato negociado por la Federación Cubana con alguna liga internacional de cuarta categoría.
Cada quien a su modo, los tres hermanos simbolizaban la actualización del modelo beisbolero cubano. Yulieski Gourriel, a sus 31 años, se perfilaba como el primer isleño que, a la vuelta de más de medio siglo, jugaría en las Grandes Ligas sin desvincularse oficialmente de su país y ello como resultado de las actuales conversaciones entre autoridades beisboleras de ambas naciones en el contexto de deshielo iniciado el 17D.
La historia ya no será así porque al mediano de los Gourriel le corre el tiempo en contra y sabe que aún puede valer unos 100 millones; y sobre todo porque no existen señales de un acuerdo inmediato que sortee las limitaciones impuestas por el bloqueo de Washington a jugadores que residan en Cuba.
Cualquiera diría, como antes se dijo del son, que ahora el béisbol sí se fue definitivamente de Cuba.
Ya se ha afirmado que el caso Gourriel supone el acta de defunción del béisbol cubano, pero el béisbol cubano, lo sabemos bien, sigue ahora mismo tan vivo en el barrio como en las Grandes Ligas. La sorpresiva escapada de los Gourriel dispara más bien contra un modelo de gestión y organización ocluido, esclerótico, postrado y, sobre todo, contra cierto discurso que ha abandonado todo atisbo de coherencia con la realidad.
Sin alejarnos del tema: ¿cómo alguien podría convencer a estas alturas a los Gourriel de las virtudes sacrosantas del amateurismo; del pecado mortal, la enfermedad terminal que representa el deporte rentado; de que a los “americanos” no hay darles “pero ni un tantico así”? ¿Qué podía atar aquí a los Gourriel después de que Puig, Abreu, Ramírez fueran recibidos en el Hotel Nacional y en el Latinoamericano (aunque la prensa oficial haya hecho cabriolas para no entrevistarlos como se debía)? Abierto el país a la inversión extranjera, despenalizadas amplias zonas de mercado hacia lo interno, aprobada la contratación de atletas en el extranjero con la venia de las autoridades, instalada Cuba en la Serie del Caribe, ¿qué remilgo ideológico –más allá de una estandarizada fidelidad a la patria y al deporte revolucionario– oponer al libre albedrío de los Gourriel?
El béisbol es apenas uno de los espacios de la sociedad cubana que pide a gritos una dramática reforma. Mientras tanto, como casi todo lo demás, sobrevive –¿o ya no?- en una pugnaz incoherencia que puede ser tanto una oportunidad de regeneración como un pasaje al próximo círculo del infierno.
El país también se lee en los terrenos. Asista esta noche a un partido de la Serie Nacional; siéntese en un palco -esquive el de la tablilla rota-, y observe. A veces, hay un short stop que no tiene potencia en el brazo, pero casi siempre saca out porque el bateador no corre fuerte o porque está gordo o porque quiere que el juego se acabe pronto… Lo que usted ve es Cuba.
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Disuelta en la práctica la dicotomía ideológica entre deporte amateur y deporte profesional, la voz que habla en la nota circulada a raíz de la huida de los Gourriel es solo la voz de la burocracia, que no atina a reaccionar con propiedad ante las nuevas circunstancias –incluso sobre las que ella misma opera- y se apega a un discurso engavetado por la realidad.
Al referirse al “abandono (…) de los peloteros Yulieski y Lourdes Gourriel Castillo, en franca actitud de entrega a los mercaderes del béisbol rentado y profesional”, el texto oficial renueva unos términos que contradicen la misma praxis y las declaraciones de los directivos del deporte en Cuba. Se lee entonces como un reflejo condicionado que, para suerte del lector hastiado, se queda en un par de párrafos y no llega a extenderse con la aludida declaración de rechazo que emitió la selección cubana tras conocer sobre la fuga de sus compañeros.
La frase “en franca actitud…” ofrece una lectura que, sin dudas, se le escapó al comisario en funciones, pero que –quiéralo o no- estaba rebotando en su inconsciente al momento de redactarla. Reconoce que los escapados hicieron, al menos por esta vez, lo que francamente querían hacer: entregarse.
La foto que circuló en los medios de prensa cubanos es aun más elocuente en su incoherencia. Todos los integrantes del equipo de cara al sol, pero nadie en combate. Nadie dispuesto a morir por nada. Todo, displicencia, aburrimiento. Excepto el Comisionado, que tiene las manos en jarra y que obviamente, por su postura, formó a las huestes y capitaneó ese acto ejemplar en que alguno de los presentes, seguramente, se repudió a sí mismo por repudiar, en los Gourriel, al que será dentro de unos meses.
De este tipo de cosas habla 1984. No de pelota, por supuesto.
wow. Excelente articulo. Un jonronazo.
Excelente!
Q capacida tienes hijito de ligar las cosas y de traerlas por los pelos y de despotricar. No quiere decir q no esté de acuerdo contigo en ciertos tópicos, pero cada vez q te leo, y cada vez lo hago menos, termino con ganas de cortarme las venas pq todo está mal, todo es malo, no hacemos nada bien, vivimos en el peor de los mundos psoible.
Ya q tanto criticas e hipercriticas, yo te pido, q por al menos una vez, por favor, hagas propuestas, pero serias, esas mismas reformas q dices q hay q hacer, yo te pregunto, cuáles son tus ideas para reformar el país, pero propón algo por favor, construye, más allá de solo poner el dedo en la llaga y hurgar para q sangre, yo te pido q aportes algo.
Ah, y q no sea un texto carpenteriano o lezamiano, q sea para el pueblo, muchacho de clase media alta como quieres ser.
así se habla … señores lo de la serie nacional de cuba no tiene nombre. Mala, peor, pésima … !!! Comparable con las cosas que vivimos los cubanos en el día a día:
-Variedad de productos alimenticios
-Lo sucedido el domingo en la feria del libro
-El transporte
…. en fin … sin comentarios !
!que verborrea! Para mí nunca fueron íconos de nada,ni su padre ni ellos, especialmente el mejor de los tres. Yulieski Gurriel, que no ganó nada en Cuba, tampoco en el extranjero, a no ser competencias de poca monta, como la propia Serie de Caribe pasada, que no fue él, fue su coterraneo Cepeda, quien por demás siempre demostró temple. De los otros dos nada que decir, el más pequeño tendrá un futuro, quizás. El otro ya llegó a donde iba, digo si no se marcha también y deja a los Capitales en una liga de cuarta categoría. Coincido en que existen dobles caras, problemas de desatención al béisbol en Cuba de forma general. Pero “gran periodista”, dime cuándo , por fin , los peloteros cubanos podrán insertarse en la MLB, igual que los dominicanos, mexicanos, puertorriqueños, sin tener que renunciar a su ciudadanía, a su país? Si se rectificó hace ya un buen tiempo sobre ese asunto, entonces a quien le interesa más que los peloteros cubanos se “escapen”, se “fuguen”, deserten”….será que Ileana Ross, Lincoln…. Diaz, por supuesto, Jeb, Bob y otro puñado de influyentes norteamericanos insistan en convertir los estadios de Cuba en pastizales. Por mucho que quieras, no puedes separar la política del deporte, en este caso del beisbol en Cuba. El dinero tiene una fuerza procaz, que muerde sin dolor a los que sin proponerselo a veces se convierten en mercadería. Unos venden su talento en el deporte. Otros su creencia en el arte de articular palabras y buscar en la sintaxis, un modo pérfido de vivir.
…Argentina no gana un mundial de futbol desde 1986, España solo ha ganado una al igual que Francia e Inglaterra…Cuba es el país mejor ubicado en del continente Americano en Olimpiadas después de E Unidos…la serie del Caribe anterior la ganamos, con tropiezos pero la ganamos…y con todo lo que se diga dónde vamos somos el equipo a derrotar…ah y los cubanos hoy ahora pueden ir a trabajar donde los contraten…por favor Cubanos dejemos de quejarnos…a veces las cadenas nos las ponemos nosotros…ya está abierta la jaula, ahora hay que salir a cazar a la selva…
Excelente artículo
Lo mismo con lo mismo,estos articulos,todo esta mal ,a Cuba se le cae el techo a pedazos y sigue estando
ubicada entre los mejores a nivel olimpico en el mundo,el mundo se asombra del talento de los Cubanos,
y para ti todos esos talentos han emigrado o desertado,Los gourriel estan sobre valorados,el mejorcito es el
del medio como tu dices y no ha hecho nada,no es ni la chancleta del padre,espera los resultados si realmente
llega a la gran carpa,en malcriades y vanida si son muy buenos.
redactor, supongo que ud sepa que lazaro vargas fue a estados unidos como cualquier cubano y puede regresar si las cosas no le resultan. si el yulieski tiene mas capacidad economica que el habanero, por que no pidio la baja y salio por boyeros como mandan las santas escrituras. ud se ha detenido a pensar el rollo en que han metido estos muchachos a la mlb… por que todo eso es trafico de personas. por simple ecuacion matematica, para el beisbol de estados unidos imagino que sean mas importantes todos los posibles contratos de peloteros cubanos que solo dos de ellos. ademas, olvidese de los cien millones, eso es material propagandistico d elos agentes, no se los dieron a cespedes que ya esta alla… y probado.
aunque el beisbol cubano necesita aires renovadores y las dos noticias juntas del principio es un contrasentido.
Ya en Cuba no hay ni Leche ni Magnesia socio, parece que a algunos cubanos les es crónica la enfermedad del escapismo. Se irritan cuando huelen la crítica necesaria. Bueno, qué hacer con los dormidos.
Me gustó el artículo, escribiste lo q tenias ganas de escribir, no lo q alguien te dijo q escribieras.
Muy triste lo q pasa en Cuba.
Rolo: De verdad a estas alturas tu piensas que el equipo cubano de pelota es el equipo a derrotar? Carajo, ese es el colmo del egocentrismo. Tu vas a comparar un MUNDIAL DE FUTBOL con una SERIE DEL CARIBE? Al mundial de futbol van LOS MEJORES DE CADA PAIS, salvo algunas ecepciones, a la serie del caribe van los mejores que puede llevar cada liga de cada pais, pero ni por asomo van los mejores. No compares caballo, no compares. Tenemos que quejarnos sencillamente porque la pelota que tenemos en estos momentos es de MANIGUA, de la mala de verdad, y yo no creo que sea solamente por las deserciones, que afectan, pero no definen. No hay cantera, no hay estimulo para el jugador, no hay cazatalentos que estan mirando a los chiquillos jugando desde chiquitos para ver cual da y darle seguimiento, en cuba practicamente no existe o no se aplica la sabermetria. En fin brother, no hay nada, estamos 30 años por detras de los demas. Asi no se puede, hay que revisarse desde adentro, sino estamos embarcaitos de verdad. Esa es mi opinion. Saludos.
Excelente articulo, … como dijo alguien …en cuba hay excelentes periodistas , lo que no hay es prensa.
esto es un negocio del familion ya bien montado en que el padre sera el representante de los dos,éstos a su vez mandarán desde la Yuma parte de la “estilla” para invertir en Cuba a nombre del padre y se creará la empresa mixta Gourriel SA,ellos dos vendran en par de años como Abreu y Puig y haran clinicas con los niños de sancti spiritus y de la habana y haran una donacion a escuelas de discapacitados,por eso es que ya no se habla de su pira en el periodico
El baseball no es muy importante realmente para el país. Peor es la obsesión conque no existan cooperativas rpofesionales porque los graduados universitarios solo pueden trabajar con el estado. Prefieren que se vayan…nos vayamos. Eso si tiene hundida la economía de la islita
Ariel Brito, bienvenida la crítica necesaria, bienvenidas las contradicciones, bienvenido el debate de ideas respetuoso, el intercambio y la propuesta, pero de eso se trata, de criticar y proponer, no de criticar y criticar y más allá, hipercriticar, dejando siempre, en cada letra, cada palabra, oración y los artículos todos no más q críticas y auflagelación, el sabor de q todo está mal, de q nunca nunca hubo nada bien, q estamos totalmente perdidos, hundidos. Nunca he leído en este señorito un atisbo de esperanza, de luz, de algo verde o rosado para refrescar la vista de nuestras esperanzas, todo es el resaltar lo negro, lo gris, lo feo, y nunca nunca he visto q haya propuesto nada, co. ño, q me diga el cómo hacer, q piensa él de cómo deben ser las cosas ya q es tan experto en encontrra tanto problema. Es muy fácil criticar y criticar, es muy rico como dice Sabina ser de oposición, pq nunca tienes la culpa de nada, el culpable es siempre el gobierno, así cualquiera Ariel. Pero pq no me dice cual es su programa, q me diga 10 o 12 soluciones por las mil críticas q ha hecho.
De criticones de oficio estamos hartos, necesitamos gente q construya, q aporte, y ojo, q se contruye también, y muy bien, desde la crítica, bienvenida ya dije, q se critique y q se amplíen nuestras miras, q se juzgue y más, q se sentencie, pero q haya aportesssss, contrucción.
Harto estoy de plañideras.
La leche y la magnesia, puedes tener tu razón. No conozco al periodista ni su obra, solo leí el artículo. Ahora, me parece algo revanchista o personalista desviar la mirada de nuestros problemas para enfocarse en el historial crítico de un periodista, que de hecho para eso está en última instancia. Para criticar ellos, para informar ellos, para indagar ellos, para actuar con esa información nosotros (que muy poco hacemos), nuestros representantes (que no lo son desde el saque), nuestros dirigentes (que si son de verdad dirigentes, dirigentes, DIRIGENTES). Alegrémonos de tener estos supercríticos y rinconcitos discretos como este de Oncuba. Las cosas buenas (que obviamente las hay) todos las conocemos y se amplifican bastante (demasiado se podría decir). Cogerla con en periodista por criticón en nuestro caso que es de lo que adolecemos en nuestra edulcorante prensa nacional es “irse por los cerros de Úbeda” si los de allí donde nació Sabina.
La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo. Quien esto dijo, amigo Ariel Brito, se llama, pq aun vive, José Martí.
Pudiera no escribir nada más, creo q esa frase lo dice todo, pero me permito una última coletilla. Si hubiese leído bien mis palabras no me hubiera respondido en términos de personalizar o revancha, pq dejé desde el principio, en el medio y al final muy claro q bienvenida la crítica, bienvenida las contradicciones, y q hay q juzgar a las personas, sobre todo a los q dirigen, juzgar, y también sentenciar, cuando dije sentenciar me refería a ver si metemos presos a unos cuantos q se han corrompido y q se han empalagado con las mieles del poder, y sentenciar no es solo meterlos en la cárcel, es mandarlos a ser simples mortales para q aprendan de donde vinieron y q beban de nuestro vino amargo una vez más. Yo todo eso dije, unas más explícitas otras más veladas. En eso estoy de acuerdo contigo, con el periodista al q critico, con todos, pero sigo sin estar y nunca jamás estaré de acuerdo con la labor de este y otros periodistas como el tal CArlos M q por suerte ya no está, q se la pasan escribiendo en los sitios d enuestra pequeña glasnot tropical, y todo lo q escriben es malo y malo y malo, todo el tiempo es ira insultante, crítica dura, despiadada, y q sí, repito, hace falta, pero también el consejo, la propuesta de mejora, y eso no lo veo por ningún lado, en la obra de este periodista ni de muchos. Y eso se llama según la traducción q hago de Martí, periodismo cojo.
Entonces amigo Ariel Brito, creo concordamos en una parte, la crítica, bienvenida, concordamos en la falta de crítica y la asepsia con q se tratan los problemas en neustar prensa oficial, esa prensa solo o la mayoría de las veces es aprobación bondadosa, por tanto también coja. Pero esto, al menos el de este señorito es el otro extremo, validando a Gómez el Máximo cuando dio q el cubano o no llega o se pasa, este critica tanto a la prensa cubana, y te lo digo pq en su obra lo ha hecho, sin embargo es lo mismo pero en el otro extremo. Y no, ya nos enseñó Aristóteles q lo mejor es el justo medio, difícil de lograr pero a base de maestría, de trabajo y de consejos y escuchar a lso demás se llega o se acerca, lo importante es criticar, señalar, investigar y denunciar, pero también proponer, aconsejar, construir, ese es el periodismo q queremos, si no q se vaya a trabajar pal Granma o pal Herald de Miami.