Imaginen a un escritor autodestructivo. Imaginen que la revista Life le paga 1, 10 dólares por cada palabra que publica. Imagínense que el 1 de septiembre de 1952 el muy hijo de puta se aparece con una noveleta de 27 000 palabras. Ahora imaginen que vende cinco millones de ejemplares en 48 horas. Imaginen que la novela es sobre un pescador cubano que vence a un gigantesco pez aguja solo para contemplar, impotente, cómo se lo devoran los tiburones. Imaginen que el libro contiene una de esas frases multigeneracionales que se las arreglan para trascender a modas y a épocas y que se convierten, en sí mismas, en encabezados de manuales de autoayuda: “El hombre no puede ser vencido… Destrozado sí, pero no vencido”. Imaginen que Hollywood hace una película. Imaginen que a Hemingway le dan un Nobel. Y después —para detener de un golpe nuestra capacidad de imaginar— se pega un balazo en la cabeza. Calibre 12.
Son pocos los que saben que a los seis años Ernest Hemingway se veía como la niña de El exorcista. Son muchos los que prefieren considerarlo —como si así lo explicaran todo—una especie de flautista de Hamelín de la masculinidad e ignorar que mientras su padre le enseñaba a manejar las armas en un cuarto, su madre lo vestía de niña en el otro. (Traumático, sí, pero mejor eso que —el caso del novelista Bret Easton Ellis— acabar siendo educado por una familia, los Ellis, obsesionada con “alargar el pene del niño”.)
Una infancia simétrica. Para su padre, el homófobo y un tanto primal médico Clarence Hemingway, era un boy scout. Para su madre, la casi local instrumentista Grace Hall, era la hermanita gemela y pizpireta de Marcelline. Y créanme: he visto a pocos escritores norteamericanos tan poseídos por el “Síndrome de Harvey Dent” como Ernest “Two Faces” Hemingway. Los psiquiatras lo dicen de otro modo, dicen que era bipolar.
Seamos sinceros, la “Cara A” de Hemingway era insoportable. Un tipo indestructible: sobreviviente a un ataque de obús; chofer de ambulancias en la Primera Guerra Mundial; perseguidor de submarinos alemanes en el mar Caribe (uno se pregunta cómo pretendía embestir —con tres granadas de mano— a un submarino nazi artillado con un cañón de 88 milímetros); domador de leones en un circo cubano; corresponsal de prensa famoso por “caminar tranquilamente bajo los bombardeos” (cobraba 500 dólares por cable y 1000 por artículo); más de 200 cicatrices (en una de sus innumerables fracturas se utilizó un tendón de canguro para unir sus huesos); testigo presencial en dos accidentes de avión consecutivos, lo que le permitió leer sus propias necrológicas… Un verdadero superhéroe sin otro problema, otro compromiso que el de hacer algo bien: boxear bien, pescar bien, cazar mejor, mirar una corrida como debe mirarse, y sobre todo, optimizar el kamasutra. (La lista incluye otros detalles caricaturescos como no usar calzoncillos y, ya que estamos, “tirarse pedos frente a Nicolás Guillén”.)
Sin embargo, cuando desde hace algún tiempo vengo intentando recopilar esas “hombradas”, siempre tropiezo con la misma sospecha: ¿Quién sabe si ese culto a la hombría que Ernest “Jesús” Hemingway predicó como un Nuevo Testamento y que parece sacado de la facción más fundamentalista de la Marvel, no fue más que un reflejo condicionado, una coartada? Podemos utilizar las premisas del psicoanálisis para comprender esta suposición. Un sentimiento reprimido suele manifestarse en la conducta como una inversión: por ejemplo, la sensación de debilidad o impotencia suele generar conductas arrogantes y omnipotentes. De manera análoga, sospecho que toda esa “virilidad de cómic” —rayos y truenos y centellas— no fue más que resaca de lo mariconil. Miraditas fulminantes al público.
Se sabe: la masculinidad hemingwayana bordea el ridículo. Y a propósito, recuerdo una anécdota que leí hace tiempo donde aparecen Hemingway y Faulkner en el escenario. Creo que fue en la Universidad de Virginia. Los becarios habían elegido a William Faulkner como conferencista y allí estaban todos, alrededor del tipo, salivando. Alguien le preguntó por sus contemporáneos. Básicamente, le preguntó por Hemingway. La respuesta es notable: “Hemingway ha construido el estilo perfecto con muy pocos elementos, ha construido un estilo muy cuidadoso, ha construido el estilo de un hombre que tiene miedo”. Al día siguiente, en todos los diarios norteamericanos apareció la noticia de que el autor de El sonido y la furia decía que Hemingway tenía miedo. La crítica de Faulkner se tradujo en avalancha de cartas pidiendo su cabeza, acusándolo de “envidia” y “resentimiento” y, ¡ay!, una ridícula respuesta del mismo Hemingway donde le presentaba a William Faulkner una carta del general Leclerc testimoniando que él, Ernest Hemingway, era un hombre valiente.
(Y el que sea tan vulnerable al entredicho no hace más que poner en evidencia que Hemingway no es alguien tan cumplido y equilibrado como nos quiere hacer creer si el más mínimo cuestionamiento de su hombradía lo pone tan pero tan mal. Es más: Sigmund Freud hubiera hecho una fiesta con este muchacho.)
Al “lado A” le debemos su literatura. Le debemos, por solo citar dos ejemplos, Por quién doblan las campanas y El viejo y el mar. El primero fue un Evangelio del Ejército Rojo. (Según Norberto Fuentes, esta novela tuvo una edición especial en la URSS, fundamentalmente diseñada para los soldados: “se trataba de un volumen en rústica, parecido a un bolsilibro”.) El segundo no demora en transformarse en algo que recuerda mucho, digámoslo sin vacilar, a Moby Dick para principiantes. (Lo que no impide que contenga inconfundibles marcas de la casa: una prosa de autoayuda, superación personal y liderazgo; palabritas en español para no hispanohablantes: “salao”, “guano”, “dentuso”, etc.; una buena maraña de ficción y non-fiction; y un comercial de varias cuartillas promocionando la pesca de la aguja.)
Al “lado B” le debemos sus 57 gatos. Su manía de fotografiarles el pene. Una carta dirigida a su cuarta mujer, Mary Welsh, donde cuenta cómo durante la actividad sexual ambos “intercambiaban los roles femeninos y masculinos”, whatever that means. Su actitud estatuaria. Una técnica narrativa para el suicidio: el suicidio hemingwayano. Y sobre eso es precisamente Running from Crazy, un documental de Barbara Kopple donde Mariel, nieta del sátiro, explica qué diablos pasa en su familia con los tiros en la cabeza, los barbitúricos y los secretos atroces. La historia del clan Hemingway, una casta tan pero tan disfuncional que parece escapada de un manicomio: Clarence se voló los sesos; Jack abusó sexualmente de sus hijas Margaux y Joan (insinúa Mariel en Running…); Margaux se atiborró el estómago de pastillas; Gregory —que ya era conocido por vestirse de chica y frecuentar así los bares de vaqueros de Montana— se sometió a una operación de reasignación de sexo y ahora se llama Gloria. ¡Tiembla, Ernest! La atmósfera es irrespirable.
Hay muchas hipótesis que intentan explicar el suicidio de Ernest Hemingway: impotencia (un rebaño de lectores lo identifica con Jake Barnes, el protagonista de Fiesta); leucemia; electroshocks en la clínica de los Hermanos Mayo; depresión; pérdida de memoria; delirio de persecución; trastorno bipolar; agrafía, etc… Pero, si tuviera que escoger mi propio escenario, sería el siguiente: Hay una anécdota sobre el hijo transexual de Hemingway que es muy reveladora sobre el final del viejo sátiro. Cuenta Gregory —tal vez deba decir Gloria— que una mañana su padre le escribió en blanco y negro: “El deterioro de tu caligrafía y de tu ortografía es un síntoma muy alarmante de tu enfermedad”. (Y no hay que ser muy avispado para advertir que la traducción de “enfermedad” es “homosexualismo”.) Años después, la madrugada del 2 de julio de 1961, cuando la letra de Ernest Hemingway empezó a declinar, el hombre bajó al sótano. Domingo. Escogió una escopeta. Calibre 12. Y se hizo un harakiri con fusil.
Vaya prueba de honor.
Cet article est délicieux.
Esto es una broma, no?
Gilberto, todo eso, Y que?
que fuerte está eso…
perfecto
Menos mal que HEMINGWAY ya se murió. Que si estuviera vivo te pone un cascabel y te hace aullar como a uno de sus gatos. Nunca podrás escribir como él (ni tú ni Padura, que también lo despetronca), ni tener su valor, su versatilidad, su entrega a vivir con tal intensidad momentos cumbres de su tiempo…pues escribes cascaras sobre él y ya tienes lectores. Fíjate si fue grande el tipo. ¿A que no te llenas de cojones y sacas un pasaje para Siria y vas a tener experiencias frente a ISIS? ¿A que no tienes el valor de ir a ninguno de los grandes conflictos bélicos, como el de Ucrania a escribir algo? Estos periodistas de ahora, caramba…que ahora les importa más el culo de Hemingway que esta jodida humanidad.
voy a escribir un articulo sobre cómo me gusta más la tartaleta que el masarreal, y siempre he dicho que es al revés ¿suena importante? no, no lo creo. A quién le importa lo que cada cual haga con suuuu….., esteeeeee….., ustedes saben
Pobre artículo….parece que le tienes envidia…Vaya pobreza de espíritu.
Buen Día, me apunto en eso del viajecito a Siria o Ucrania. ¿Dónde se sacan los pasajes y, lo más importante, quién me los paga?
Cuarto párrafo, linea 15. Debe ser una “coartada” no una “cuartada”.
Por lo demás, un tanto sensacionalista. Una pena, porque podía haber sido un gran ensayo. El tema daba para mucho más y para mucha profundidad. Pero en ese caso sería para una publicación con solera académica.
Qué porquería…
what a hell is this!!!??? Por Diosssss Santo y querido, las 237 virgenes de abruncio… esta metatranca en Cuba? quo vadis Gilberto. Tal parece vas dando brochazos en un lienzo, sin orden preconcebido, y oyendo al Chacal y Jakarta. De que editor eres amigo? O eres amigo de Hugo? Muchacho,tienes problemas como Hemingway tu tambien… who knows!! El caso que esto no sirvió.
Que mierda de articulo. Mira que simplificar la vida y muerte de este grandisimo autor con estas basuras. Es como si yo, a partir de la lectura de tu articulo, pensara que eres la personificacion del homosexual que se mata al final y por eso dices esto.
Wow ….!! Esto es muy estúpido de tu parte, da igual que fuese verdad su homosexualidad , no creo que la forma de describir y plasmar tu forma de pensar sea la correcta, esta le resta mucho a lo que has escrito. Concluyendo … Al parecer aquí puede publicar todo el mundo , puede que me anime y escriba mi opinión sobre cualquier tema .
No me gusta juzgar algo solo por una sola persona y no quiero hacerlo con la revista “Oncuba” aunque deje mucho que desear con muchos de sus artículos .
Un artículo muy negativo!
Muy acertado artículo, ya lo dijo Hegel: “Todo absoluto se convierte en su contrario”.
La vida de EH cada vez suena más interesante (en cualquier sentido), pero si el objetivo era demostrar que era gay creo que sobra artículo. Sentí como si le pegaras un tiro en la cabeza a alguien y luego disfrutaras descargando el cargador en el resto de su cuerpo. Criticar el actuar de un enfermo mental es como criticar la mala apariencia de un enfermo de cancer.
Triste, muy triste que haya tenido que vivir reprimido. Pero si esa era la manera para lograrse el gran personaje que fue pues que vivan los bisexuales reprimidos. Tal vez el primer Nobel de Cuba nos llega por esa vía y estaremos muy orgullosos.
muy posible ,no dejes de escribir lo que piensas por los idolatras
Hace tiempo lei otro articulo sobre el asunto y quede convencido de que el escritor era homosexual reprimido.
Sus dos accidentes aereos le dejan dannos permanentes. Ademas, el genial pero sufrido ser padecia
alguna severa enfermedad mental y, para mas remate, era alcoholico tal como el protagonista
de su novela “Islas del Caribe” .Bueno. No recuerdo bien el titulo.
que diatraba mas estupida,, verdad que en Cuba cualquiera pasa por periodista.
De verdad que te la comiste Gilberto. Que artículo tan subjetivo y estúpido, mas lo segundo por supuesto. Consideraba OnCuba una publicación un tanto más seria. A continuación te cito: “un sentimiento reprimido suele manifestarse en la conducta como una inversión”, oye no será que al andar haciendo acusaciones de ese tipo el del verdadero sentimiento “mariconil” eres tú? Mira Hemingway podría ser lo que quisiera porque, como todo el mundo, estaba en su derecho, pero está entre lo mejor de la literatura mundial, en cambio tú mi hermanito, nunca vas a llegar a nada escribiendo tanta porquería.
michel estas flojeando y floreando, igual que el otro en que la haces la corte a victor fowler y empiezas hablando de la machornografia. Lo peor que tienes es que te crees especial, siempre con la mascara de hablar de los otros y solo hablas de ti y de ti de ti. Eres un buen redactor, quiza un buen humorista, pero un mal escritor y periodista. Y te falta cerebro para critico.
perdon, quise decir giberto, se me quedo en la cabeza el nombre del ultimo comentario que lei, cet de ce lui qui parle en francais
Creo que OnCuba pierde seriedad con panfletos como este. Me parece que el autor no tenía nada de qué escribir y lanzó esta parrafada en medio de un delirio alchólico como Poe -y con perdón de Poe- además, mne asalta la pregunta: ¿Y si Hemingway hubiera sido homosexual, qué?
Excelente texto, el artículo me parece muy bueno, sobre todo porque aporta una dimensión de Hemingway desconocida, oculta y muy interesante. No creo que sea homofóbico ni envidioso, ni ninguna de esas estupideses. La mayoría de los que se molestan con lecturas como estas no han leido nunca una página de Hemingway. Qué provincianismo. Cuál es el problema, ¿ver a Hemingway de cerca? En lo personal, el artículo me mostró muchas cosas que no sabía, me enrriqueció la figura de uno de los más grandes escritores de la lengua. ¡Muy bueno!
Un artìculo ingenioso, imaginativo.. Debe corregir la palabra “cuartada”, que es incorrecta. Coartada es la correcta.
No solo tu artículo es malo, sino tu percepción de la vida, el sensacionalismo eufórico de la historia en la que vives, y sobre todo, tu mala decisión de escoger las letras y no una guataca o un martillo como modo de vida, hubieras aportado algo valioso a esta humanidad, la verdad, a quien le importa si era homosexual o no? Es que te imagino terminándote Fiesta y abrazando el libro en tu pecho, sí, como colegiala, asúmelo, no tiene nada de malo…
Es verdad que de los grandes hombres SIEMPRE hay que hablar, tú lo haces a través de tu pésimo, pacotillero, histérico y pretensioso artículo sobre uno de los grandes escritores de la humanidad, Ese ataque homofóbico y de envidia que te dio solo engrandece a hombres como Hemingway. Después intentas disminuir una obra como El viejo y el mar, pues simplemente no tienes la sensibilidad ni inteligencia para entenderlo; probablemente sueñes en las noches con haber escrito algo así o con ser la mitad de lo transcendente que es Hemingway. A ti no te conoce ni te conocerá nadie, solo existes cuando la gente se indigna cuando te lee, solo eres una partícula muy pequeña de polvo, que hubiera deseado posarse al menos en la suela de una de las botas del preciado por muchos, autor.
Gilberto Padilla no existe. Es un seudónimo de Rodrigo Fresán…
Lalita, aquí te tengo más cosas que no sabes: ¿sabías que Nelson Mandela tenía esclavos negros en su casa y que los azotaba con desprecio? … permíteme utilizar este absurdo para explicarte que no debes creer todo lo que te dicen hija mía, un poco menos de ingenuidad no te hará daño, ni tampoco criticar el fatalismo geográfico que algunos padecen, puedes mejorar mucho como persona, buena suerte en eso!
Que clase de mierda!!!!!
Entonces los hombres con miedo son homosexuales reprimidos, o viceversa; bipolar puede ser también sinónimo de homosexual; hacerse el macho esconde un opuesto, necesariamente… En fin, qué ensarta de disparates. Si tienes información valiosa, trata de presentarla al menos con cierta lógica.
Y encima sugieres que se suicidó por maricón? eres hasta homófobo… Dios mío, OnCuba, no puedes publicar cualquier cosa!!!
Socio verdad que se te fue el tren con este artículo. Vaya que bastante tengo con mi suegra y los programuchos miamenses que tengo que ver por transitividad, dígase Belleza Latina, Sal y Pimienta, Chismodelicius, El Gordo y La Flaca y toda esa guanajera que se entromete en la vida interior de las celebridades para venir a leerme esto. Te confieso que me gusta tu forma de escribir (disfruté mucho la crítica al libro Sexo de Cine) pero socio no te prestes para este tipo de bonches, que te hacen lucir mal, al punto de parecer una oficinista que respira cotilleo. No importa si Heminway era gay o no, o si eso fue lo que lo motivó a apretar el gatillo, creo que hay otros temas más felices (quizás menos atractivos para quienes les gusta el morbo) que tratar sobre ese ícono de la literatura universal. Pero bueno, sigue intentándolo no te desanimes chama.
Gilbert, gilbert, leyendo tu artículo y los comentarios me he reído mucho. Aunque te confieso que el contraste es algo irreal. Evidentemente el terruño, jaja, no está preparado para una estética de la provocación. Ni tan poco para asumir que la lectura es un complemento del placer y el deseo. Por eso llevan años publicando a personas como, digamos, al azar, Cintio Vitier, sin haber osado acercarce a la literatura de Sarduy.
La posible homosexualidad de Hemingway es un asunto viejo; siempre han sido comentarios, pero nunca lo han podido probar. Se ha quedado al mismo nivel de los posibles sentimientos lésbicos de Sor Juana Inés de la Cruz, que tampoco nadie nunca ha podido probar. Habría sido una maravilla leer un artículo sólido con el tema; un artículo que arrojara luz sobre el asunto para disipar la niebla de la chismografía. Pero habría que comenzar primero por no estereotipar. Luego habría sido elemental partir de la base de un conocimiento profundo de la sexualidad y el psicoanálisis. Mencionar a Freud no es suficiente; Freud ha sido rebasado, hace mucho, por muy buenos psicoanalistas. En términos del estilo, el intentar disparar en todas direcciones es una buena idea para un artículo porque da la idea de desorganización y de pretender encandilar con detallitos que no aportan nada interesante y lo que hacen es enrarecer el discurso. Además el confundir palabras da la idea de dos posibles variantes: desconocimiento de la lengua o desorganización a la hora del proceso de escritura y edición. Cualquiera de las dos que haya ocurrido, es imperdonable que sean notadas en el artículo publicado.
El título grita sensacionalismo -me refiero especialmente al detalle del juego de palabras entre Hemingway y Hemingay. Y el artículo no defrauda en ese caso. De ahí en adelante, no mucho más. Solamente es un aporte más al chisme sobre los autores y los personajes famosos.
Compadre, mira que hay cosas interesantes que decir de Hemingway para que tú vengas a hacer el súper análisis de si era gay o no. Entre tú y Hemingway te veo a ti más sospechoso.
gilberto dimisión !!! chorizo !! como dirian en LQSA
Hay que tener ¡demasiada imaginación para seguir leyendo! Entre el buen recurso y la pedantería sólo hay un tonto con ínfulas. Ernest Heminway… (digo, si me permiten la licencia poética) ¡Imaginen que fue él el que lo dijo)
Profe, lo que hablamos, con este los mataste a todos. Fresa, bien fresa como dijiste. Mira cuantos colapsaron.
Casi me duermo con la confesión de homosexualidad del redactor, que despreciando la masculinidad precisamente por sus carencias de esa índole, arremete contra los símbolos de la literatura como una adolescente celosa. De hecho por tu falta de conocimiento a las obras de Hemingway y tu incesante alusión a los chismes sensacionalistas de su vida y, a su pene, cual citas constantemente como banderín, creo que padeces de un desorden psicológico, llamado ataquito de culo. Búscate un novio
Gilberto
Hay tanto de que hablar que no sé por mi madre por dónde empezar.
Por una parte me recuerdas a Carlos M. Álvarez con su artículo “Las patrias intimas del internacionalismo” que tanta roncha, debate, apoyo y polémica levanto en pocos días.
Si miramos con ojos menos críticos u ofensivos al redactor, tiendo a pensar que el artículo es una mezcla de imaginación, con corte provocativo. Que solo intenta – por momentos – analizar variables que confirmen o no la sospecha. ¡No es fácil!
Pero si analizo el articulo con ojos “avispados” (esos que piensas usaste para desentrañar tus dudas), no me queda más remedio que estar de acuerdo con dtc, Aristides, Buen Día, EDD, Roberto, HG, Nena, Laura, erasmos40, Tico, Willy, Chria, alvaro, AJ, obama y otros más que con razón arremetieron contra ti.
¿Es pura coincidencia o analogía ex profeso toda esta tesis? Pensándolo bien, le viene a la medida a tanta gente hoy en día…
¿Brother, sinceramente, a quien le importa el cómo, dónde y cuándo lo hacía Hemingway? Como decimos en USA: ¿Who cares?
Gilberto
Yo al menos, me quedo con esa imagen del “tipo indestructible” y el EXCELENTE ESCRITOR que siempre fue Hemingway, digan lo que digan sus detractores.
Para Oncuba
Ya son dos artículos en tan poco tiempo que me inclino a pensar (manejando teorías de conspiración que tanto abundan en USA), que detrás de ustedes está la mano oculta de Hugo Cancio o de otros actores de peso.
¿Hay una nueva estrategia en Oncuba en pos de redactar artículos con este corte (al estilo Faulkner)?
¿Están midiendo el nivel de audiencia con Web-centric o user-centric?
¿Hay un trasfondo de remover pisos, buscar contrastes o trascender desde otro ángulo?
¿QUIÉN SERÁ LA PRÓXIMA VÍCTIMA en vuestros artículos? ¿Bolívar, Martí, Maceo o Camilo?
De Martí aprendí que hay quienes “del sol solo ven las manchas y no la luz y el calor que da”. Me parece que Oncuba pierde prestigio y seguidores cada vez que un tonto con creencias de quien sabe qué utiliza sus páginas para escribir boberías. Sería más productivo y práctico escribir sobre otros temas, sobre todo del mundo actual, por ejemplo vi con buenos ojos los artículos sobre los hermanos masones, pero a quién le importa cuántas velas tenían los barcos fenicios. La fama de Ernest Hemingway se debe a su calidad como literato, dada por las obras que escribió, su vida pública estuvo marcada por modos de actuación que muchos no solo conocieron, sino que vivieron, y tratar de ensombrecer su personalidad con marcas que no le tocan, o al menos, él en vida nunca reconoció es de tontos o de celosos. Quizás es Gilberto quien debiera salir del closet, públicamente, para que se le quite la crisis de ojo ciego que tiene.
Hoy cuando me levante fui a dejar una nota en el refrigerardor a mi esposo y me di cuenta que mi letra ha empezado a declinar………… Dios me he convertigo en gay!!!!!! Que hago??? no tengo ni sotano ni pistola!!!!!!
Anormal queu basura de articulo.
Artículo con alto grado de envidia e ingerencia en la vida personal.. EH transcendio por su obra no por sus inclinaciones sexuales, por tanto el artículo pierde valor y es mero chisme…
Hijo, estudia un poco de periodismo y escribe después. On Cuba no puede publicar cualquier cosa. Saludos. Max
Es más: Sigmund Freud hubiera hecho una fiesta contigo muchacho.
Escribe algo que tenga valor no articulos de mal gusto.
……..estare tosta’o…pero me gusto el escrito!!!!! chisme o no me gusto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Where do Cubans learn to write?
Uhhff……., bien fuerte Gilbert
pensé rajar un poco sobre este artículo, pero con lo que ya han comentado es suficiente. gilberto, eres lo peor. lalita, estás perdia en el llano.
Y bien aplicable que puede ser en este caso, el del enfermo que expresa en la conducta la inversa de lo que realmente teme ser… Gilberto, eres un capullo no poco refinado, y no me avergüenza reconocer también que en secciones muy concretas y momentos muy puntuales he sentido un gusto por como ha sido escrito este vomitivo artículo.
La observación del autor del artículo sobre la respuesta de Hemingway a Faulkner es bastante miope. Me refiero a que, cuando Hemingway le envía esa carta del general Leclerc testimoniando que él era un hombre valiente, no estaba pretendiendo mostrar un “diploma de valentía”. Por el contrario, estaba diciéndole a Faulkner algo muy claro: yo fui a la guerra y tu no. Por otra parte, si bien es cierto que la presunción de hombría de la que hacía gala Hemingway rayaba en lo ridículo, también lo es esa desesperada búsqueda de pistas para demostrar que tenía tendencias homosexuales.
JAJajjaAJAJJAJAJjajajajajAJAJjajaja.. francamente los comentarios son … HILARANTES. JAJAJajajjajajajja muy bien escritos , en general. Con algún que otro error gramatical u ortográfico, pero creativos y fundamentalmente “apasioanados”, JAJAJajjajaja… no sé si la pasión es: porque le tocas el culo a su Dios particular de la literatura, porque la homofobia o la homofilia los supera, porque te detestan a ti Gilberto, en particular, o por el solo placer de la pasión crítica desatada. AJJAjajajjaja. Francamente EH no me llama la atención mucho, pero tu artículo (exagerado o delirante, … o quizás posible) me resultó muy simpático. Saludos
Este señor no tiene nada mas interesante que escribir mira que preocuparse a esta alturas por la tranca que se metia el difunto gringo en sus tiempos ,porque no escribe algo asi como la relacion del buen amigo maricon de Fidel Castro que fue Alfredo Guevara,unico homosexsual perimito por la revolucion con cargos publicos revelantes dentro de la cultura por decadas ,de esta manera el autor de este articulo podria poner a prueba su corage y valentia.