ES / EN
- diciembre 30, 2025 -
No Result
Ver todos los resultados
OnCubaNews
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
OnCubaNews
ES / EN
Inicio Opinión Columnas Sigue leyendo

Sigue leyendo: La fiesta vigilada

por
  • Gilberto Padilla Cárdenas
    Gilberto Padilla Cárdenas
julio 30, 2014
en Sigue leyendo
4
Antonio José Ponte

Antonio José Ponte

La fiesta vigilada (Anagrama, 2007), de Antonio José Ponte, es nuestra versión unplugged de 1984. Su título lo dice todo: la lezamiana “fiesta innombrable” no es más que una cuarentena insular de 110.860 km² bajo la atenta vigilancia del Big Brother. Y no es para menos, este país puede ser verdaderamente inquietante. Como en aquel corto de Damián Saínz & Roger Herrera —donde, al subir la Luna, la inocente calle G. se convertía en un perturbador territorio nocturno— la fortunada isla de Cuba se transforma en Cuba-Tolkien. Subculturas, mutantes, licántropos y vampiros-instructores de arte, disidentes y zombis que hay que vigilar como en una especie de show de Truman, solo que aquí nadie se rebelará al final de la película.

Demasiadas y muy diferentes teorías hay sobre Antonio José Ponte. Algunas lo señalan como un hombre sin país, una suerte de Salman Rushdie insular, condenado por apostasía. Otras lo juzgan por la severidad de su crítica literaria; recordemos sus juicios sobre Gabriel García Márquez:

Cien años de soledad […] pasará a formar parte de la literatura para jóvenes o niños. Los Buendía quedarán emparentados con la familia Mumín. Macondo cobrará su decisiva forma de pisapapeles.

Sobre Abel Prieto:

Sus personajes […] tienen conflictos de patio de recreo: con más de 40 años, Miguel Luna siente pánico de que vayan a tocarle el culo, aunque sea accidentalmente. […] Viajes de Miguel Luna es una gulliverada fallida […], una novela de peluche.

Y sobre El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura:

¿Qué simpatía pudo despertar en las autoridades cubanas el asesino de Trotski para que terminaran facilitándole la vida, con chofer incluido, hasta su fallecimiento? ¿Qué complicidad con Moscú obligó al gobierno cubano a aceptar tal desecho radioactivo del estalinismo?

A nada de esto contesta Padura. Nada de esto se pregunta en su novela. Pese a su fama de buen cronista periodístico, olvida hacer la averiguación primordial. Pese a su fama de novelista policíaco, se despreocupa del enigma.

No faltan las que lo consideran un ruinólogo, el Prometeo de una generación que no ha leído a Marc Augé (El tiempo en ruinas) o a Christopher Woodward (In Ruins). Sin embargo, por más que su espectro siga asustando inmejorablemente y como si fuera la primera noche —quizás precisamente por eso—, Ponte no suele figurar en ningún canon literario cubano. La cosa está clara, la cosa es así y algunos investigadores del Instituto de Literatura y Lingüística —esa especie inteligente que vive preocupada por cuestiones como la caligrafía de Juan Marinello, el conteo de esperma de Carpentier, los Victoria`s Secrets de Julián del Casal, la inocencia o culpabilidad gramatical de Osmany García en la “Oda al Chupi Chupi”— se las han arreglado en los últimos años para ignorar sus libros y hacer eso que ni el organismo más descerebrado pensaría en hacer: no incluirlo en un Diccionario de Autores Cubanos que contiene, incluso, a Guillermo Rodríguez Rivera. Pero no se le pueden pedir peras al olmo seco.

La carrera literaria de Ponte contradice todos los mandamientos con que el sentido común reconoce una “buena” evolución artística. De Contrabando de sombras a La fiesta vigilada, su escritura no se pule, no se depura, no se esencializa: más bien se adensa, inflama, se “pontifica”. No comulga con la prosa de souvenir de la literatura cubana contemporánea, que, desde mi punto de vista, cada día se va pareciendo más a una galería de cuadros costumbristas. Para decirlo de otro modo: la nueva literatura nacional padece una verdadera plaga de balseros, prostitutas (nombre científico: jineteras) y Otelos que apetecen la sangre de las y los turistas, que es notablemente fría.

Se me acaba el espacio. Veamos. Una sociedad vigilada. Pero —advertencia— no es el típico producto estilo La República, de Platón. Esto es hardcore: un ménage à trois entre Orwell, Huxley y H. G. Wells. Todo narrado, claro, con una prosa inflamatoria, pesadillesca: “Me gustaría contar cómo volvió la fiesta a La Habana a inicio de la década de los noventa. Contar cómo fue clausurada treinta años antes. Lo cual significa hurgar dentro de una caja negra, examinar las grabaciones del desastre”. De este Big Bang surge La fiesta vigilada. No sé si Ponte vio El arca rusa, la película de Sokurov, pero las coincidencias son indiscutibles. La película del ruso empieza con un cuadro negro y una voz en off: “Abrí los ojos y no sabía dónde estaba, qué había pasado”. Como si alguien se despertara después de una catástrofe. La película, de algún modo, es el relato amnésico del que despierta. Y lo que recuerda es, verosímilmente, todo lo que sucedió antes. (No les voy a decir que en el caso de Sokurov, la catástrofe de la que habla el narrador al principio de la película es 1917. Aquello que Sokurov no puede directamente ver, que no puede registrar, es la revolución soviética.)

Tema para examen: ¿qué relación hay entre El arca rusa y La fiesta vigilada? Tienen cuarenta minutos y —por favor— nada de fraude. ¡No es una prueba de ingreso!

Me distraigo. Me desvío. La fiesta vigilada: pocos libros cubanos en los últimos años han despertado ese interés. En un contexto donde los intelectuales dedican sus noches a discutir asuntos como la doble moneda, la censura oficial, las jerarquías sociales, el funcionamiento de los aparatos ideológicos del Estado, etc., y a la mañana siguiente se despiertan para sentarse a escribir sobre la melancolía, la soledad, los vientos alisios, el terral y la dialéctica de la marea, Ponte es un elefante en la cristalería de las buenas consciencias cubanas. Como pocos, su libro estrella política y literatura: dos inmensos microorganismos que apenas se toleran mutuamente en la isla, a pesar de que la literatura cubana, de un tiempo a esta parte, parece una guía de turismo de la decadencia nacional, ilustrada y en cuatricromía.

En estas circunstancias, Ponte deja caer su “caja negra”. Y, como en la mayoría de sus libros, el abracadabra de la cuestión, las palabras claves son, una vez más, por supuesto, poder y censura. ¿Recuerdan su peculiar teoría de los ciclos en la Historia de Cuba? Tiene que ver con El Mégano y la decepción de Ernesto Guevara con el filme: “¡Y Batista se asustó tanto por esta película!”, comentó el Che, sorprendido ante la paranoia de la censura prerrevolucionaria. “Igualmente”, nos dice Ponte, “quién conozca la reacción oficial ante P.M. y se haga una copia del filme estará llamado a repetir la reacción del comandante Guevara”. Como si la Historia de Cuba fuera producto de la máquina de La invención de Morel, aquella novela de Adolfo Bioy Casares donde las cosas se repetían, literalmente.

Creo innecesario aclarar que el mismo desencanto me ocupa hoy al leer Los siete contra Tebas, de Antón Arrufat, y Fuera del juego, de Heberto Padilla. ¡Y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba se asustó tanto por estos ejemplares! Sí. El 15 de noviembre de 1968, el danbrowniano Comité Director de la UNEAC publicó lo siguiente:

¿A quién o a quiénes sirven estos libros? ¿Sirven a nuestra revolución, calumniada en esa forma, herida a traición por tales medios? Evidentemente, no. […] esa poesía y ese teatro sirven a nuestros enemigos, y sus autores son los artistas que ellos necesitan para alimentar su caballo de Troya […].

Digno de Shakespeare. Una tragedia protagonizada por los escritores locales Antón “Voldemor” Arrufat y Heberto “Catch me If you can” Padilla.

Por esos días pasaban en los cines Memorias del subdesarrollo. Justo por esos días un tal Sergio Carmona, más conocido como Sergio Corrieri, monologaba: “Elena demostró ser totalmente inconsecuente, es pura alteración […]. No relaciona las cosas, esa es una de las señales del subdesarrollo, la incapacidad para relacionar las cosas, acumular experiencia y desarrollarse”.

En el libro de Ponte, ¿ustedes saben quién es Elena, verdad?

Noticia anterior

Hillary Clinton aboga por la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

Siguiente noticia

Vox Dominus

Gilberto Padilla Cárdenas

Gilberto Padilla Cárdenas

Papiroflexólogo, esto es: un filólogo que marca y dobla escrupulosamente algunas páginas de los libros prestados. Lector paranoico de Lo cubano en la pornografía, de Cintio Vitier. Hincha del jazz y el Glenfiddich. Con una atracción casi patológica por las periodistas que calzan el número de Madonna. En 2015, planea el secuestro de Leonardo Padura.

Artículos Relacionados

Sigue leyendo

Leer sin leer

por Gilberto Padilla Cárdenas
enero 13, 2016
2

...

Liu Zhi ¿Humanos evolucionados o civilización alienígena?
Sigue leyendo

Bibliografía alienígena

por Gilberto Padilla Cárdenas
diciembre 30, 2015
3

...

Sigue leyendo

Cines Zombis

por Gilberto Padilla Cárdenas
diciembre 16, 2015
25

...

James Joyce. Fragmento de una ilustración de Delphine Lebourgeois. Tomado de The New Yorker
Sigue leyendo

Cartas que no se extraviaron

por Gilberto Padilla Cárdenas
diciembre 2, 2015
6

...

Sigue leyendo

Notas al total

por Gilberto Padilla Cárdenas
noviembre 4, 2015
0

...

Ver Más
Siguiente noticia
Juego de dominó en Cuba

Vox Dominus

Aeropuerto Internacional José Martí

Aeropuerto, copiando el modelo eritreo

Comentarios 4

  1. Elaine Díaz says:
    Hace 11 años

    Uffffffffffffffffff

    Responder
  2. Jean says:
    Hace 11 años

    Atronadorrrrr! Muy bien OnCuba

    Responder
  3. Mauricio says:
    Hace 11 años

    Tengo un ejemplar de la primera edición de “Un seguidor de Montaigne mira a la Habana”. Se revalorará con el alza de Tony Ponte en el mercado de la simonía artística habanera?

    Responder
  4. Anónimo Anónimo says:
    Hace 11 años

    Jovencito, ¿cuál Diccionario de Autores Cubanos usted consultó? Cerciórese de que la versión consultada por UD sea el Diccionario de Autores Cubanos tal como la hizo el ILL y no otro ejemplar acariciado por otras manos. Cerciórese, después sea.

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

La conversación en este espacio está moderada según las pautas de discusión de OnCuba News. Por favor, lea la Política de Comentarios antes de unirse a la discusión.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Lo mejor de OnCuba, cada semana. ¡Únete a nuestra comunidad!

Más Leído

  • Apagón general en  Cuba. Foto: Otmaro Rodríguez.

    El mayor apagón de este lunes dejará sin electricidad al 55 % de Cuba en el horario pico

    395 compartido
    Comparte 158 Tweet 99
  • El triángulo clave: EEUU-Cuba-América Latina

    354 compartido
    Comparte 142 Tweet 89
  • De la papa y del arroz. “La insoportable levedad” de lo que muchas veces se dice

    73 compartido
    Comparte 29 Tweet 18
  • ¿La pelota continúa en el ADN cubano? Alguien apuesta a que sí

    28 compartido
    Comparte 11 Tweet 7
  • 2025: Imágenes del año que se va

    58 compartido
    Comparte 23 Tweet 15

Más comentado

  • Little Havana, Miami Dade. Foto: Kaloian.

    Miami-Dade revoca licencias a 20 negocios por presuntos vínculos comerciales con Cuba

    114 compartido
    Comparte 46 Tweet 29
  • “Hay un desabastecimiento prácticamente total en farmacia”, reconocen autoridades del Minsap

    411 compartido
    Comparte 164 Tweet 103
  • El regreso de Van Van al mayor escenario de Cuba

    249 compartido
    Comparte 100 Tweet 62
  • Banco Central habilita vía bancaria para que el sector no estatal acceda a divisas

    578 compartido
    Comparte 231 Tweet 145
  • ¿Y las distorsiones políticas? Conversación con el filósofo Wilder Pérez Varona

    150 compartido
    Comparte 60 Tweet 38

Cannabidiol

  • Sobre nosotros
  • Trabajar con OnCuba
  • Política de privacidad
  • Términos de uso
  • Política de Comentarios
  • Contáctenos
  • Anunciarse en OnCuba

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

No Result
Ver todos los resultados
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
Síguenos en nuestras redes sociales:

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

Consentimiento Cookies

Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.

Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario con el fin legítimo de posibilitar el uso de un servicio específico solicitado explícitamente por el suscriptor o usuario, o con el exclusivo fin de realizar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferences
The technical storage or access is necessary for the legitimate purpose of storing preferences that are not requested by the subscriber or user.
Estadística
El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos. The technical storage or access that is used exclusively for anonymous statistical purposes. Without a subpoena, voluntary compliance on the part of your Internet Service Provider, or additional records from a third party, information stored or retrieved for this purpose alone cannot usually be used to identify you.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad o para rastrear al usuario en un sitio web o en varios sitios web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}