Desde finales de los años 60 del siglo pasado en Cuba se acuñó un término por el que los diversos estratos de la burocracia tachaban a una persona por su conducta apagada ante el júbilo revolucionario: “apática”, le dijeron.
Todavía en los 90 aparecía este apelativo en los expedientes de adolescentes de secundaria básica que, como yo, se resistían a ponerse una cinta alrededor de la frente con la consigna “31 y P’alante”. Mi negativa no era por mi descontento con la celebración sino porque no me gustaba disfrazarme de nada. Algunos somos así, no usamos joyas, ni gorras, ni gafas, ni cintas en la cabeza.
Poco tiempo después descubrimos que si no saltábamos podíamos convertirnos en yanquis. Se convirtió en una norma el momento de cada acto político donde saltar era demostración de una opción ideológica. Pero yo no saltaba. Era evidente que no era un yanqui. Mis ideas eran y son socialistas. Sin contar el gran número de yanquis socialistas que existen. No quise saltar y quedé “apático” para siempre.
Años atrás a mi madre le había pasado lo mismo, campesina del batey del central azucarero Senado, en Camagüey, su tristeza o silencio en los camiones de muchachas y muchachos movilizados para el trabajo en el campo la hicieron “apática”, cuando en realidad no pasaba de ser tímida y decente.
Me pregunto cuántos habrán aprendido a saltar con emoción para parecer revolucionarios, sin tener entre sus costillas un solo sentimiento a favor de los humildes, de los explotados, de los que luchan por la libertad en cualquier parte.
Después se marcó el historial de los que preguntábamos demasiado, de los que usábamos argumentos en las discusiones, sobre todo si estas rozaban la política. Si se partía de la historia, si se hacía una comparación de épocas, de naciones, de culturas. Si se demostraba un mínimo de conocimientos y lecturas éramos sentenciados otra vez: “autosuficientes”.
El valor de la Razón, la ciencia y el conocimiento fue elevado a pilar civilizatorio por otra serie de revoluciones, casi todas ellas a fines del siglo XVIII. La Revolución cubana puso energía creadora en el cambio, en el pensamiento, en la fundación. Empezamos por publicar el Don Quijote de la Mancha y llegamos a crear vacunas contra enfermedades mortales en medio mundo.
Dentro de la misma revolución se ha alentado el estudio, se han abierto miles de escuelas, se han graduado personas de carreras insospechadas hace pocas décadas y a la misma vez hemos condenado a un rincón por “autosuficientes” a gente con ideas propias.
El reino del dogmatismo hace proliferar nuevos encumbrados: los mediocres de los que hablaba Ingenieros, los oportunistas de los que hablaba Lenin, el burocratismo del que hablaba el Che.
He visto muchas veces en mi vida que ante un criterio fuerte se use como única arma el borrón que señala como “autosuficiente” a la persona que piensa y alega con pasión.
Aprendí en la vida que de jóvenes “autosuficientes” se ha erguido la patria, como el Martí casi niño que se atrevió a escribir El Presidio Político en Cuba, el Mella que inventaba una cosa cada año (una federación estudiantil, un partido, una nueva manera de entender la universidad…). Los miles de “autosuficientes” que dieron su vida con menos de 30 años de edad, durante la revolución de independencia, en los levantamientos de esclavas y esclavos, en la lucha contra Machado, en la guerra contra la dictadura de Batista. Murieron sin permiso de las buenas costumbres conservadoras, que siempre han mandado a quedarse en casa y hacer lo que dicen los mayores.
Pero hay más epítetos para estas conductas. En la Cuba de la Revolución, hecha por jóvenes mujeres y hombres, mártires sin experiencia, recién casados, recién enamorados, a veces padres o madres poco antes de morir, le llamamos hace ya bastante tiempo “inmaduro” o “inmadura” a alguien que se atreve a ser honesto y justo contra cualquier molino de viento con apariencia de gigante.
Puede sobrevivir y hasta triunfar en el presente de Cuba el que roba y se esconde bien, el que odia a los de diferente color de la piel, a los de diferente orientación sexual, a los de distinto lugar de la Isla. Los racistas no son “analizados”, los que gritan “palestinos” a los jugadores de béisbol de las provincias orientales cuando juegan en el estadio de La Habana, no son mal vistos, los oportunistas “escapan”, los que golpean a sus mujeres en la intimidad del hogar cuentan con el fatal proverbio: entre marido y mujer…, los que no trabajan en la lozanía de la vida no son llamados a explicar su vagancia, los que hacen fraude pueden rectificar, los que enseñan a sus hijos a mentir y a botar la basura en la calle no tienen problemas en sus trabajos.
Pero si osas tener la vocación de la cosa pública, el interés por el gobierno, por cómo se administra lo que es de todo el pueblo; si, además, no te basta y lees y escribes sobre esto, eres un “inmaduro” sin remedio.
Si la opción política, la de pensar y proponer y discutir y avizorar, no sale de la sombra de la duda y el cuestionamiento, no habrá futuro para la discusión democrática entre nosotros.
El diálogo con el poder ha sido en todas las épocas un riesgo. En el socialismo no existe una sola justificación legítima para cerrar las puertas a los que sienten que el país es para pensarlo todos. Los jóvenes también son la generación histórica. Si la Revolución no se ha acabado entonces al frente de ella y en sus costados y en su centro vital deben estar todas las generaciones, no solo una de ellas. Nuestros padres mantuvieron la utopía del socialismo al lado de un titán peligroso como los Estados Unidos; nosotros hemos decidido vivir aquí, con esta belleza y su costo y su tristeza implícita.
Pero no debemos aceptar que por creer en principios muy nuestros, por pensar, por decir algunas humildes ideas, sueños de generación de estos años –históricos también–, por atrevernos a ser honestos cuando se estila lo contrario, por considerar a la política cosa tan común como la danza o la yuca con mojo, y por lo tanto discutible y disfrutable, tengamos que cargar con la letra escarlata de ser “apáticos”, “autosuficientes” e “inmaduros”.
Nunca más.
Excelente artículo. De los que uno lee y quisiera haber escrito. Gracias. Jesús
A pesar de ser,al parecer,una persona “fiel”.”nacionalista”,”anti-Platista”,”orgulloso del Legado” y ” Admirador del Iluminado” ,Tu y yo sabemos no llegaras lejos te veo un poco frio y apatico !!!Ve el domingo a Miramar y completa tu “curriculum”……
D’ejame ser la primera en felicitarte una vez m’as, amigo querid’isimo! Todos los dias visito esta p’agina para ver qu’e de nuevo me encuentro en tu columna y siempre acabo felizmente sorprendida. No faltaran los que, al leerte, se vean tambi’en reflejados en tus palabras. Gracias por escribir!!!!
Intenso y hondo, recuerdo que en mi universidad habia un dirigente estudiantil que en las tribunas se referia a nuestros enemigos como norteamericones y aquello era motivo de ovacion, que les parece?
Gracias colega, muchas felicidades en nuestro dia, sigue escribiendo me identifico con lo que explicas pq salte, use cinta (que incomoda era) y comparto tu criterio, hoy .. a veces vivo esa inmadurez, o esa autosuficiencia, en el sector donde trabajo y la seguiré viviendo. pero no voy a cambiar
Una sociedad que pretende que sus millones de habitantes sean fieles creyentes de una sola idea o sino son marginados, etc.. no puede aspirar a la mente abierta que acepta las diferencias, raciales, politicas, etc.. por lo que tus deseos democráticos nunca serán tolerables en el socialismo cubano.
Yo fui etiquetado de inmaduro hasta casi los 40 años ….después, como ya era demasiado, me etiquetaron viejo loco ¡Y entonces fue cuando al fin pude decir lo que pensaba!!!! tener fama de loco es todo un negocio en Cuba, uno hace literalmente lo que le da la gana y los cuadros políticos te miran hasta con ternura. ¡Pero cuidado! es muy difícil lograrlo y puedes morir en el intento! solo los más audaces lo logran
Felicitaciones por condensar en pocos párrafos ideas y sentimientos que muchos compartimos. Hemos vivido rodeados de calificativos que te encasillan al intentar clasificarte o tratar de desmoralizarte ante el colectivo que siempre nos rodea, por ello siglos después de como expresara Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo. “ Es todavía una quimérica idea en la sociedad Cubana tan marcada por el blanco y negro de los extremos, por ello la honestidad sigue siendo nuestro mejor tesoro personal que nos acompaña y dice de uno a donde quiera que estemos.
Yo era tan activo, modesto y maduro,……no sé que me ha pasado,……jjjjj. Excelente artículo!
No mucho ha cambiado aunque parezca que sí. Estudiantes universitarios, profesionales de la docencia superior y la investigación científica, con muchos años de experiencia, proyectos y resultados avalados internacionalmente, son expulsados sin mediar razón legal, al resultar incómodos para los directivos y funcionarios de sus respectivos puestos laborales, casi siempre centros de altos estudios, que son, recordemos, para los revolucionarios, ergo, por consenso, para los conformistas e hipócritas, o los abiertamente politizados, a favor. Aclaro, para que no me linchen públicamente vía internet. No todos los estudiantes universitarios cubanos, ni siquiera una mayoría numérica absoluta, padecen la fiebre roja de la militancia performática y la puesta en escena para destacarse entre los demás. Los tiempos han cambiado pero continúa el monitoreo constante por parte de los servicios de la seguridad del estado, más interesados en reprimir de manera profiláctica cualquier muestra de disenso público que en proteger a la ciudadanía de la tiranía de los cuadros y dirigentes corruptos que campean por sus respetos, enriqueciéndose a partir de la apropiación de los erarios públicos. Ahora el MININT tiene cadetes estudiantes, insertados descaradamente en todas las universidades cubanas, una práctica formativa que no molesta en primera instancia pero que lleva indudablemente el trabajo de control y vigilancia a otro nivel. La terminología despectiva ha evolucionado pero su esencia permanece intacta. Pensar con cabeza propia y espíritu crítico es complicado pero no imposible. Se paga el duro precio del ostracismo o de la descalificación psiquiátrica. Es una riesgo que debe ser asumido a consciencia, con entereza, y hablar de manera asertiva, comprometida, honesta, pasional. Hace algunos años se utiliza el término “francotirador”. Lo utilizaron conmigo hace menos de un año, cuando aún era profesor del Departamento de Historia del Arte en la Universidad de Oriente. Lo tomé como un cumplido pero debí corregir a mi interlocutora, una profesora, doctora en ciencias sociales, con muchos años de experiencia. Le dije, palabras más o menos, que un francotirador practica el camuflaje, pelea desde la distancia, cambia constantemente de posición, es selectivo en la elección de sus blancos. Mi actitud y posicionamiento crítico ante la realidad social me llevaba a pelear a campo descubierto, a pie, en desventaja matemática ante mis adversarios, enfrentando fuerzas superiores, bien parapetadas. Soy, en el mejor de los casos, parte de esa infantería ligera, suicida, que se envía al matadero, esta vez con la ligera diferencia que a mi me ordenaba tomar la iniciativa mi sentido cívico y el derecho ciudadano a opinar y ser incómodo. Ser revolucionario es precisamente, estar en desventaja y asumir el desafío de hacer lo correcto. Ahora que me he ido con mis huesos a otra parte sigo en la pelea. Ojalá todos hicieran lo mismo. No irse, sino ejercer el derecho a estar y ser cubano, independientemente de los argumentos en contra.
Muy bien escrito. En lo único que discrepo un poco es en eso de que en La Habana le dicen “palestinos” a los orientales. En La Habana me atrevo a asegurar que un elevado %, más del 50, son de Oriente, por origen o por sangre. Digamos entonces que palestinos le ponen etiqueta a palestinos. Si antes del 59 no vivías en La Habana, no eres habanero. Hay que sentirse orgulloso del lugar donde uno nace. El que así no sienta ya está perdiendo sus raíces. La discriminación por lugar de origen es igual q por el sexo, la raza, etc. Aunque a mi modo de ver, en ese aspecto de orientales o pinareños hay un poco de burla. Burla no es lo mismo que discriminación.
La vida del hombre tiene muchas tareas, unas más urgentes y otras más importantes. Pienso que entre todas destaca la educación. Después de la sobrevivencia, lo más importante que ha de hacer la persona es educarse para llevar a la plenitud su ser, lograr un comportamiento realmente humano y alcanzar sus fines. Esto ha hecho que el maestro sea siempre un ser respetado y honrado en todas las sociedades a lo largo de la historia.
Debo confesar que no tuve el privilegio de recibir clases de este gran profesor, que hoy nos regala a todos sus excelentes reflexiones, sin embargo he tenido que dirigirme en diversas ocasiones a muchos de sus trabajos para ganar en claridad y conocimiento. He leído cada uno de sus artículos publicados en esta revista y hoy solo tengo palabras para decirle “Felicidades profesor por un excelente artículo”.
No hablamos de un artículo ofensivo o “inmaduro”, es la realidad y debemos enfrentarla como tal. No estar de acuerdo con éstas reflexiones es un derecho de cualquier ser humano, será su opinión y como tal merece nuestro total respeto. Pero hoy el profesor me recordó un viejo proverbio que decía: “ El toque de un maestro transforma vidas; y estas vidas transforman naciones”. No se cansé profesor de escribir sus ideas, reflexiones y de invitarnos a pensar.
Muchas Gracias.
Tiene usted toda la razón… las tres cosas me han llamado, unos cuantos soplapollas con ínfulas de dirigentazos…
Ese es uno de los grandes errores que se han cometido en este pais , no permitir que las personas sean como son,recuerdo cuando estudiaba medicina ya en el lejano 1979 a 1985,qu aquel que no participaba activamente en las actividades tanto políticas como de otro tipo lo catalogaban de apático ya muchos les costo la carrera,sobre todo en la etapa de primer y segundo año en la escuela victoria de giron , había alli un hp llamado gonzalo ,técnico de bioquimica y ademas militante del pcc , que junto con otros estudiantes hps tambien, que ahora viven fuera de cuba los muy oportunistas ,tenían una cacería de brujas de ese tipo .y j……..,a varios compañeros.ahora me parece que ya eso ha quedado atrás en gran medida ,para bien de todos
Una pregunta para Rolando Leyva Caballero: ¿Usted cree que, al menos potencialmente, todos los cadetes insertados del MININT en las universidades cubanas son espías (chivatos) o algo por el estilo? Hasta donde conozco, el MININT hace captaciones en los preuniversitarios y ofrece a los estudiantes de 12mo grado carreras con la zanahoria de saltarse el Servicio Militar Obligatorio (al menos así era por los años 2003-2004). Me consta que muchos estudiantes de último año de pre aprovechan la opción y, además, que luego de graduados y de cumplir el servicio social (incluso antes) abandonan las filas del MININT. En conclusión, que me parece paranóico de su parte hacernos creer que los “cadetes insertados” (así les llaman) son todos vigilantes al servicio de las oscuras fuerzas del ojo de Sauron. Saludos.
Entiendo la pregunta que hace KKK. Es de una logica impecable. No lo pienso en absoluto. No veo a esos cadetes insertados como chivatos o espias sino como estudiantes. Cosa curiosa. Recien tengo entre una de mis amistades de Facebook a una estudiante de la carrera que es, de hecho, una cadete insertada. Mi punto de vista es que alguna buena razon deben tener en el MININT para ofrecer esa posibilidad a los estudiantes de la enseñanza media una vez pasan a la universidad. Incluso su estipendio lo paga el MININT. Y si. Sin paranoia alguna, mas bien hechos contrastados, hacen labor de monitoreo. Que no me parece mal. Para algo le ofrecen lo que reciben. Que no todos acepten hacer informes es una posibilidad. Otra cosa, pero de ahi a suponer que no prestan algun otro servicio como parte de sus obligaciones es otra cosa. De todos modos el MININT no necesita de sus cadetes para estar bien informados. Basta con que mantenas oidos y ojos abiertos. Es su trabajo. Saludos respetuosos desde Cataluña
Primero gracias , un artículo así es una puerta de esperanza , bien escrito , justo , sin extremos ; que no conducen a nada . Cuando era estudiante en los años 80 vi muchos , muchos films “sovieticos ” , es increíble la semejanza de lo que estoy leyendo ahora en Cuba . Así comenzaron ellos los cambios que los llevó a dónde están hoy . Espero que seamos más inteligentes y aprendamos de los errores de nuestros ” hermanos sovieticos ” a no convertir Cuba en lo que es Rusia hoy . Me da mucho placer leer estos artículos en OnCuba , que como ya lo he dicho , creo , esta haciendo algo muy muy interesante para tener relaciones ” normales ” con EEUU , sin convertirnos en lo que ya fuimos . Gracias a todos . En especial a Julio Antonio que nos hace pensar con su artículo .
Rolando, conozco unos cuantos cadetes insertados del MININT. Muchos de los graduados (Derecho, Informática, Ingenierías, Psicología… hasta Periodismo) terminan trabajando en las escuelas (y universidades/institutos superiores) del MININT. Otros, seguramente, harán labor de inteligencia, no lo dudo. Mediante esta política MININT ha podido “abastecerse” de jóvenes graduados no solo de las disciplinas que se estudian en sus escuelas (Contrainteligencia, etc). De mis conocidos, que son unos cuántos, no conozco ninguno que elaborara informes. Pero eso no deja de ser algo percibido empíricamente. Saludos.
Brillante articulo, mi Profe. Realmente, su estirpe lo precede. Profundo, cercenante y revindicado para todos los que somos “apáticos”, “autosuficientes” e “inmaduros”. Aun recuerdo con nostalgia sus clases.
Graciaaassss, sangro por tu misma vena. Excelente.
En mi trabajo fui catalogado de “cuasi-contrarrevolucionario” y hasta sugirieron q yo estaba tratando de crear un “grupúsculo” solamente pq dije q la actitud q estaban tomando con nuestra empresa era absurda pq estaban implantando el igualitarismo.
Unos 6 meses más tarde Raúl Castro dijo en un discurso casi exactamente las mismas palabras q yo había dicho. Me atreví a preguntar en medio del matutino si alguien no iba a decirle a Raul Castro lo contrarrevolucionario q era.
El resultado fue q me propusieron como mejor trabajador de mi departamento a nivel nacional y la señora gerente general dijo: “Manolo es muy buen trabajador, pero es un bocón; escojan a otro.”
Rolando, estudié en la Facultad de Com hace apenas 2 años. Conocí muchos cadetes insertados con un espíritu crítico, que también fueron (mal) catalogados de irreverentes por algunos profesores. Sí, porque debo decirle que tampoco todos los profesores iguales. No sea absoluto. En mi curso existían estudiantes que NO eran cadetes insertados y tenían un discurso de barricada bastante duro, de esos mismos que los más revolucionarios detestamos. Entonces, me parece una lectura muy simplista decir que porque son cadetes, llevan actividades de control y vigilancia. Y sí, yo me considero revolucionaria, no como mis padres, sino como mi tiempo. La política del MININT para insertar cadetes es porque en sus propios organos necesitan médicos, sociólogos, linguistas. Y si me pregunta le digo que estoy muyyy de acuerdo en esa especialización. Que por cierto, no es única en el MININT, en el mundo entero los ejércitos, las agencias de seguridad nacional, la policía, etc cuentan en sus filas con especialistas en discímiles disciplinas.
El profe Fernández es un genio, lo admiro. Quizás por eso me duele un poco encontarme con un artículo que contrario a lo que pensarían mucho, yo considero que es poco crítico. La crítica, el cuestionamiento es un acto humano, pero debe entrañar el ánimo por las soluciones. ¿Dónde está la propuesta? No sé, quiero pensar que el hipercriticismo no puede ser la respuesta. Es hora de soluciones.
Leyendo tus líneas y conociendo tus antecedentes, tengo serios motivos para pensar que además de apático, autosuficiente e inmaduro, ahora mismo debes estar siendo calificado como sectario y oportunista. Recuerda lo que le pasó al tal Ernesto (que escribió más abajo) y sus compañeros cuando eran tus alumnos por olvidar la importancia de la unidad monolítica en nuestra historia y las consecuencias que acarreaba perderla. Un fuerte abrazo!
Una cosa es que La Policía contrate a médicos, sociólogos, lingüistas, periodistas , abogados, etc, como personal técnico para sus funciones y otra es que estos profesionales trabajen como tales en la sociedad al mismo tiempo que son policías y nadie lo sepa.
Laura M. Trato en la medida de lo posible de no ser absoluto. A veces lo consigo. En otras ocasiones no. También me propongo ser asertivo. Después de mi primer comentario, y como respuesta a KKK, maticé un tanto mis criterios. Repito ahora. No considero que los cadetes del MININT en las universidades cubanas, estudiantes de cualquier especialidad, sean chivatos o espías, términos por demás despectivos que rara vez utilizaría si no estuviese totalmente seguro al respecto. Ante todo respeto para ellos. Ahora mismo se gradúan por decenas o cientos en todas las universidades del país. No me parece nada mal. Lo que dije en su momento parte de una lógica fácil de entender. Entre el MINFAR, el MININT y también, por qué no, el MINREX, que por algo Gerardo Hernández Nordelo en uno de los vicerrectores del ISRI, es posible sumar casi una decena de escuelas interarmas, institutos y universidades que desde los distintos perfiles forman a los profesionales de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior. Sin contar las EMCC y sucedáneas. Es decir, si nos ponemos exigentes, el estado y gobierno cubano disponen de la infraestructura educativa e instructiva necesaria para formar todos los cadetes que quieran. Si quisieran formarlos, de veras. Por supuesto, eso conllevaría una adecuación de los claustros académicos, lo que encarecería el proceso sin ofrecer garantías de que estos, los egresados, se someterán voluntariamente, durante años, a la disciplina y discreción propias de su profesión. Nunca he pensado que todos esos cadetes sean ovejas despojadas de cualquier espíritu crítico. Es lo mínimo que les toca en su condición de estudiantes universitarios. Y como dices. Hay muchos tipos diferentes de profesores universitarios. Algunos practican la obediencia perruna. Otros, asumían valientes la faena de intentar hacer pensar a sus estudiantes por cabeza propia, enseñándoles, entre otras cosas, que la libertad de expresión es un derecho humano inalienable. Tú, que dices que estudiaste en la FCOM, lo debes saber. Para cerrar, no he cuestionado en ningún momento al autor del artículo. Arrieros somos y en el camino andamos. Pronto me puede tocar que alguien emplace lo que escribo, como recién ocurre, y ya me tocará recibir toda suerte de comentarios. Esa es la idea. Aprender a debatir, escuchar con atención, entendernos en caso necesario, o disentir, por qué no, pero sin recurrir a la ofensa descalificadora. Eso fue lo que hice a lo largo de diez años de carrera profesional como profesor de Historia del Arte en la Universidad de Oriente. Saludos respetuosos desde Cataluña.
Lo que plantea Celia lo viví yo, recuerdo que cuando lo del Mariel, se hicieron barbaridades en el Instituto Superior de Ciencias Médicas Victoria de Girón, en La Habana, cuando era estudiante de medicina. Todos los días se suspendían las clases para hacer los mal llamados actos de repudio con los que decidían abandonar el país, eran verdaderas caserías de brujas, donde se ofendía y agredía a los que tenían que ir a buscar su baja del plantel para poder salir del país. Recuerdo al señor técnico Gonzalo, a la escandalosa presidenta de la FEU MARCIA SAMADA(pequeña de estatura pero grande de rencor e insultos), en sus nefastas actuaciones, donde se promovía la agresión y la ofensa con los que pretendían salir del país, y eso, todo eso fue promovido y alentado por los altos dirigentes del PCC que aun hoy están presentes. Una verdadera inquisición del siglo XX, no en Europa, no por la Iglesia Católica, sino en la Perla del Caribe, dirigida y orientada por el llamado Padre de la Revolución Cubana, alguien que aun hoy en día, muchos, pero muchos sin memoria histórica, con inminente anencefalia siguen nombrándolo como ejemplo de esto y lo otro y aun mas pretenden con bombo y platillos celebrar su nefasta existencia durante 90 años.
felicitaciones por el artículo. no todos ni en todas partes han sido siempre tildados de algo.
también hay historias con final feliz. personas que lograron demostrar sus argumentos, a un altísimo costo.
pero se trata de la excepción. incluso al que es comunista de verdad, la olivocracia criolla le dice todas esas cosas.
¡Nunca más! Redondo el artículo Julio.
Yo era apático al principio, y todos los años me decían “hay que ser crítico y autocrítico”, y bajo su formación me convertí en alguien que escribe cuentos muy críticos, exagerando explícitamente en ocasiones los hechos y lo que dicen los demás, diciendo además que las situaciones descritas en mis cuentos están totalmente exageradas, que solo contribuyen a tratar con humor los problemas que no tienen una solución inmediata, para que al menos los demás puedan ver que sus problemas son escuchados. Ahora soy Inmaduro. Me causó gracia el término, porque fue exactamente lo que me dijeron hace poco y es uno de los calificativos de este artículo. ¿Se ponen de acuerdo para el empleo de estos términos?
Un socialista cubano no hipócrita que escribe bien,siento alegría por toda Cuba y temor por ud.
Estamos tan llenos de molinos de viento, disfrazados de gigante…..que tantos quijotes serán derribados de sus caballos
Te faltó uno: hipercrítico. Si te tachaban de eso, ya no podías hablar ni de pelota. Eres , para siempre, hipercrítico