Una noticia de dimensiones históricas vuelve a tomar como escenario a La Habana. El Papa Francisco y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kiril, se reunirán por primera vez y firmarán una declaración conjunta el próximo 12 de febrero.
Los jefes de las dos Iglesias cristianas de mayor influencia en el mundo se verán las caras tras varios siglos de conflicto y enfrentamiento. Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, “este encuentro de los primados de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa Rusa preparado desde hace tiempo, será el primero en la historia y marcará una etapa importante en las relaciones entre las dos iglesias”.
“La Santa Sede y el Patriarcado de Moscú desean que sea una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad. Invitando a todos los cristianos a rezar con fervor para que Dios bendiga este encuentro, que de buenos frutos”, apuntó.
Al mismo tiempo, desde Moscú, el metropolita Hilarión afirmó que este encuentro se ha venido preparando por más de 20 años, aunque reveló que el catalizador del evento ha sido el “genocidio de los cristianos” a manos de terroristas. El sacerdote ruso explicó además que la selección de Cuba para la reunión responde a su condición de “territorio neutro” de este país, donde “se desarrolla el cristianismo”, a diferencia de Europa, donde se consumaron los conflictos históricos entre ambas Iglesias.
El patriarca Kiril tenía planeado llegar por segunda vez a Cuba en este mes de febrero, en visita oficial, como respuesta a una invitación del presidente Raúl Castro. El Papa Francisco, por su parte, tiene programada una gira por México como su viaje inicial del año a Latinoamérica, la región con mayor número de creyentes católicos. Ambos líderes religiosos se verán en el propio aeropuerto José Martí de La Habana.
La rupturas dentro de las distintas iglesias cristianas data de la desintegración del imperio romano y el establecimiento del Papa romano como cabeza de la cristiandad. Moscú es considerada la tercera Roma del cristianismo (después de la urbe italiana y Constantinopla, actual Estambul, en Turquía). El patriarca Kiril tiene jurisdicción sobre las dos terceras partes de los doscientos millones de ortodoxos en el mundo.
“Cuba se siente honrada de acoger la reunión de los primados de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa Rusa y brindará todas las facilidades para la realización de este histórico encuentro”, anunció temprano en la mañana el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, actor acostumbrado en los últimos años a facilitar negociaciones de conflictos internacionales.
“El evento es de una magnitud histórica y raya, francamente, en la desmesura”, opina el laico católico cubano Lenier González, en su perfil de la red social Facebook. “Por vez primera se darán la mano quienes han sido, por cientos de años, dos archirrivales. Todo comenzó hace 11 años, con la pirotecnia dramática propia del Papa Wojtyla: el Papa de Roma devolvía al Patriarca Alexis II el Ícono de Nuestra Señora de Kazán, una bella pieza de la Virgen María, venerada como Santa Protectora de Todas las Rusias y patrona de la familia imperial Romanov. Años después de la Revolución de 1917 la reliquia religiosa había llegado a manos de los Papas. Desde ese entonces, la Iglesia de Roma custodiaba (Juan Pablo II había hecho colocar el ícono en sus habitaciones privada del Palacio Apostólico) la imagen religiosa mariana más venerada por el pueblo ruso. Este gesto, hace 11 años, fue el disparo de arrancada de una larga negociación diplomática que ha conducido hasta el evento del próximo 12 de febrero en La Habana.”
Ahora mismo en La Habana está a punto de terminar la firma de la paz en Colombia entre las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno del país sudamericano, y seguramente aquí tendrán lugar también en el futuro un proceso semejante entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) todavía movilizada en la selva colombiana.
La geopolítica del reencuentro
El encuentro entre el Papa Francisco y el patriarca Kiril no es solo un asunto religioso. Tal como lo reconoció el portavoz moscovita, la violencia sobre las comunidades cristianas en Medio Oriente demanda de la unión de los hasta hace poco rivales.
La urgencia del acercamiento llega en los rostros de los miles de cristianos sirios e iraquíes que han muerto o han sido desplazados de sus comunidades bajo el azote del Estado Islámico y todo el concierto de grupos de interpretación radical y asesina del integrismo musulmán.
Cerca del 10 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de la población siria se identificaba antes del conflicto como cristiana, más de la mitad de ellos integrados a la comunidad greco-ortodoxa y una cuarta parte católica, jacobitas, maronitas, caldeos y armenios monofisitas. En Irak el drama de la comunidad yazidí, esclavizadas sus mujeres por los islamistas y atrapados en el monte Sinjar durante varios meses; también es un recordatorio del peligro que corren las minorías cristianas en una zona tan impregnada de radicalismos.
Otros problemas pendientes en las respectivas esferas de influencia de Roma y Moscú se suman al panorama. Ucrania, por ejemplo, donde además de la disputa territorial entre las regiones prorrusas de Donietsk y Lugantsk con el gobierno ultraconservador y nacionalista de Kíev, todavía palpitan diferencias entre los greco-católicos de Ucrania y los ortodoxos de ascendencia rusa que viven en el sur.
Tras la desaparición de la Unión Soviética y la ascensión al poder de Vladimir Putin, el estado ruso ha devuelto a la Iglesia ortodoxa un papel preponderante en la vida pública y política del país. Francisco, por su parte, en calidad de jefe del estado Vaticano, no ha cerrado nunca la puerta al diálogo con la Rusia sancionada por Europa, señales ambas que sugieren otras lecturas al anuncio de este cinco de febrero.
Más de una vez han conversado Francisco y Putin sobre estos temas. Pero la legitimidad del diálogo de hermanos en fe puede ser insuperable. Por eso también será tan trascendental el encuentro en Cuba.
Pero, ¿por qué Cuba?
La elección de este “territorio neutro” para celebrar las pláticas, más que a un sentido práctico de la convergencia geográfica de dos desplazamientos (Francisco rumbo a México, Kiril rumbo a Suramérica) parece obedecer a otras condiciones.
Tanto Rusia como el Vaticano son, ahora mismo, dos interlocutores confiables para el gobierno cubano. La relación con la iglesia ortodoxa rusa es, incluso, más que simbólica.
Uno de las más bellas edificaciones construidas en los últimos años en la Avenida del Puerto de La Habana es la catedral de Nuestra señora de Kazán, de lujosos techos enchapados en oro y un regalo del patriarca Alexei a la pequeña comunidad ortodoxa residente en el Caribe.
Fue ese quizás el gesto más locuaz de un canal de diálogo que viaja en el mismo carril que la interacción con el gobierno de la Federación Rusa y que se ha expresado en recurrentes visitas a Cuba de dignatarios de la iglesia y de la política eslava.
Con el Papa Francisco, por otra parte, la Iglesia católica ha reafirmado su papel de interlocutor externo del gobierno cubano con otros actores, y su visita al archipiélago en septiembre de 2015 (la tercera de un obispo de Roma en 17 años) pareció reafirmar los espacio de confianza mutua generados en los últimos años.
La diplomacia cubana se anota un punto más con esta reunión. Es un mérito facilitar el encuentro y su realización sugiere el activo papel que juegan representantes cubanos en los escenarios de alto calibre a nivel internacional. Puede ser hasta un mensaje hacia los Estados Unidos sobre los alcances de los negociadores cubanos.
Mientras, en las calles del país, la gente se sigue alegrando de la noticia. El papa Francisco, que tan buena impresión causó, retorna aunque sea por unas horas. Los habitantes de un pequeño país, vuelven otra vez a estar en el mapa de la actualidad mundial.
Sin dudas un encuentro que nos dignificará un más en el plano exterior como un país que ama la paz que quiere la paz por encima de cualquier enjuiciamiento, no sería casual le hemos mostrado al mundo que sabemos luchar por los derechos de todos los países del mundo y no es una consigna, lo hemos ganado con las acciones internacionales, y pese a tan amañadas acciones de los imperialistas por enlutar estos triunfos hemos salidos airosos. ¡¡ Vengan hermanos en nombre de la paz y el amor del cristo!!