De los muchos cafés, bares y establecimientos gastronómicos que coexisten en La Habana en estos tiempos el Café de las Artes de Aguiar, más conocido como el Café de los Artistas destaca por su interesante propuesta.
Justo en el llamado Callejón de los Peluqueros, entre las calles Peña Pobre y Aguiar se erige este sitio atractivo y diferente. Sensual y atrayente, más allá de la decoración y la atmósfera que envuelve, la variedad y la relación calidad precio del lugar, lo convierten en uno de los imprescindibles para conectar con amigos, sociabilizar y conversar acompañados de tenues melodías como banda sonora.
Este septiembre el establecimiento arriba a sus primeros dos años, demostrando que es algo más que un sitio en que sirven platos y tragos ricos y lindos. Con su principal artífice Luis Carlos Benvenuto Solás, OnCuba conversó.
“Tratamos de diferenciarnos desde el principio. La inspiración fue idear un lugar al que me gustaría llegar a pasar un buen rato. Queríamos un sitio afable, amistoso y con una buena energía. Es lo que quiero trasmitir y es lo que percibe el cliente”, expresó.
El entorno agradable ya está logrado porque es un sitio atípico con cuidadas decoración, e iluminación. Instrumentos musicales convertidos en lámparas, mesas cómodas y sencillas y una gran pared pétrea para exposiciones temporales reciben al visitante, sobresaliendo en la desnudez de su decoración los detalles arquitectónicos como arcos y vitrales.
En las irregulares y rugosas paredes apreciamos fotos con de cimeras personalidades de nuestra cultura, algunas bastante inéditas. José Martí, Amelia Peláez, Humberto Solás, Lezama Lima, Wifredo Lam, Lecuona, Rita Montaner, Portocarrero, Fidelio Ponce de León, Joseíto Férnandez, son algunos de los elegidos. Entonces la atmósfera se torna un tanto museable, pues el objetivo primario de sus creadores es rendir tributo a todos los artistas cubanos en este espacio. “Para este homenaje la curaduría ha sido minuciosa y exhaustiva porque tenemos demasiados grandes artistas. Lo hemos hecho desde nuestro punto de vista. En breve pondremos más, la selección ha sido complicada porque hay muchos nombres esenciales en la historia de nuestro arte.” Añadió Luis Carlos.
La experiencia sensorial que viven quienes por acá se asomen se complementa con el buen trato y la calidad de una propuesta culinaria sincera y auténtica. El objetivo de la gastronomía del lugar es estilizar la comida cubana, ofrecer lo mejor de nuestra propia tradición desde una perspectiva más contemporánea. La cocina es entonces criolla estilizada, confeccionada con productos naturales, fusionada siempre a los estándares de la cocina internacional, tanto en presentación como en sabor, aroma y textura. Es como llevar, en parte, la cocina cubana al mundo de las tapas. En la carta hay gran diversidad de ofertas como combinaciones para vegetarianos, lo importante es complacer con gran flexibilidad hasta al más exigente comensal. Encontramos entonces sabores contrastados con toques agridulces y una coctelería mágica.
“A la gente le aburre siempre toparse con los mismos cocteles. Tratamos de ofrecer diversas propuestas, más allá de las innovaciones con los sabores y las tendencias experimentamos con las presentaciones, a veces hasta de una forma despampanante e inusual y lo disfrutamos mucho porque el cliente se sorprende al ver el resultado en su mesa.” Precisó el propietario.
Han sido muchas las celebridades que han disfrutado del peculiar café como la Princesa Carolina de Mónaco el multilaureado actor Benicio del Toro y los músicos cubanos Leo Brouwer y Silvio Rodríguez, por solo citar algunos.
El café es como un plato principal en este lugar. Lo preparan de muchas formas y estilos, siempre muy bien decorado y con gran sabor y calidad. Lo mismo encontramos un capuccino en forma de osito que con flores, un hipopótamo en espuma y hasta el logotipo del restaurante.
Esto sucede cuando el café se diluye en arte y este vibra en cada rinconcito del sitio.