La ciudad de Cienfuegos emplea miles de pesos cada mes en contener la suciedad y el deterioro de la higiene pública que ocasiona la desidia de muchos de sus habitantes y la insuficiencia material de su sistema de recogida.
Las autoridades de la también conocida como Perla del Sur (por su limpieza, entre otros valores) pretenden mantener esa “fama” nacional impulsando iniciativas como la recogida “clasificada” de la basura y la construcción de un nuevo vertedero.
Con dinero aportado por la ONG francesa Cuba Cooperación, los vecinos del turístico reparto Punta Gorda recibieron tres recipientes para separar en cada uno los restos “orgánicos”, los reciclables y los despojos de la limpieza de jardines y patios; los cuales son recogidos en las puertas de las casas por la tripulación de un carro colector.
Tras ocho meses de aplicación son notables algunas ineficiencias en el sistema, pero sobre todo la supervivencia de hábitos insalubres en los ciudadanos, quienes persisten en crear “microvertederos” en algunas esquinas de la comunidad.
“El que incumple con esto es porque quiere incumplir”, afirman categóricos Heberto y Grisel, una pareja de jubilados que acaba de regresar de una visita a Alemania. “Han sido muy pocos los días en que no ha venido el carro, y aunque es verdad que las cuatro de la tarde puede ser una hora temprana para quienes trabajan, los basureros está dando vueltas como hasta las seis”, aseguran.
“Y es hasta asombroso que vengan todos los días, porque en la ciudad donde viven nuestros hijos, allá en Alemania, los recogedores pasan solo en determinados días de la semana”, agrega la pareja.
Aunque el experimento estipula días específicos para la recogida de cada tipo de basura, los operarios no distinguen y avientan al camión todo lo que reciban. Es innecesario preocuparse pues la ciudad carece de un procesamiento diferenciado de los desechos, depositados sin discriminar en el vertedero del municipio.
Para cambiar esa situación está siendo terminado un nuevo repositorio con la pretensión de obtener biogás por la fermentación de la basura.
“Solo la materia que se descomponga será enterrada, luego de que el material recogido sea revisado por los operadores del vertedero y le saquen los artículos reciclables u otros que entorpezcan la descomposición”, explica Luis Acuña, subdirector de Servicios Comunales en la provincia.
“Al cabo de entre cinco y ocho años haremos pruebas para saber el tipo de gases que se están produciendo allí, y si son útiles para la combustión se lo venderemos a las industrias cercanas”, proyecta por su parte Arairis Mesías, inversionista del depósito comenzado a construir en 2008.
Pero para que eso ocurra el gobierno local también deberá transformar el sistema actual de recogida.
“Lo que hoy se está haciendo en Cienfuegos es contraproducente con el nuevo vertedero”, confirma el subdirector Acuña. “En nuestros camiones se recoge casi todo junto, incluidos los escombros de la construcción, que hoy son el problema principal de los desechos en la ciudad”, abunda.
Como posible solución las autoridades encomendaron la localización de un área específica para depositar escombros y fomentar la aparición de cooperativas que los recojan en las viviendas y luego los reciclen. Pero hasta el momento no han pasado del dicho al hecho.
Mientras tanto, el orgullo que ufana a muchos cienfuegueros por vivir en la localidad más limpia del país encuentra cada vez menos asidero en el entorno de los barrios periféricos y hasta en el propio centro, que no consiguen higienizarse del todo ni con las mensuales “Improntas”, una movilización de obreros, cargadores y camiones de empresas estatales que intenta recoger la acumulación de desechos en las calles.
De concretar el carril de la experimentación, podrían convertir su basura en ganancias y sentar precedentes ante todo país.