El envejecimiento es uno de los mayores triunfos y desafíos de la humanidad. Hoy, en Cuba, la esperanza de vida al nacer es de 78.45 años, 80.45 años para las mujeres y 76.5 años para los hombres 1.
En 1907 solo 94 mil 396 personas tenían más de 60 años en la isla, lo que representaba el 4.6 % del total poblacional. En la actualidad, los adultos mayores representan el 21.6 % de los cubanos.
Entre 2025 y 2030 este grupo etario sobrepasará los tres millones y representará más del 30 % de la población cubana.
Envejecer: implicaciones biológicas
Desde el punto de vista biológico, el envejecimiento viene dado por una serie de cambios que ocurren en el organismo. Con el tiempo, los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, lo que favorece la predisposición a la hipertensión arterial.
En el corazón la disminución del número de células musculares provoca una menor capacidad de distensión. Esto repercute negativamente en el llenado de las cavidades cardíacas y en la cantidad de sangre que puede bombear el órgano.
Con el tiempo, su capacidad de contraerse se mantiene más o menos estable, a menos que surja alguna enfermedad. Pero la reserva funcional disminuye. Esto explica por qué las personas de más edad se cansan con mayor facilidad frente al esfuerzo físico intenso.
En el riñón también ocurren cambios importantes: menor velocidad para filtrar la sangre y menor capacidad de concentración y dilución de la orina.
Adicionalmente, con los años el cerebro disminuye su volumen, hay menor capacidad de atención y memoria de trabajo. También aparecen trastornos motores por la lentitud de los reflejos, el descenso del tono muscular en reposo, entre otros factores que provocan descoordinación y torpeza motriz, entorpeciendo la realización de actividades cotidianas.
Esto se une a una disminución de la masa muscular, la fuerza y a un aumento de la grasa también decurrentes de la edad. Todo eso predispone a las caídas y los accidentes, que, en el caso de los ancianos, son una verdadera epidemia.
El aumento de grasa corporal se asocia con una mayor resistencia de los tejidos a la insulina. Esto se suma a la disminución del número de células productoras de esta hormona, lo que facilita el desarrollo de la diabetes.
Edadismo: discriminación por la edad
La OMS define el edadismo como la discriminación con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. Este fenómeno afecta particularmente la calidad de vida de los adultos mayores, asociándose a una reducción de la esperanza de vida en 7.5 años y a un costo billonario en atención médica.
Los ámbitos de discriminación por la edad afectan múltiples esferas de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el trabajo algunas empresas hacen prejubilaciones para dejar de pagar los sueldos a los que tienen derecho los adultos mayores. Por otro lado, el mismo estereotipo lleva a los contratistas a buscar personas “jóvenes y modernas”.
En las propias familias también se dan casos de discriminación, ya sea por el hecho de no considerar útil al adulto mayor o porque se le trata como si fuera un niño.
También existe la discriminación sexual y afectiva, porque socialmente se considera raro e innecesario que los adultos mayores tengan una sexualidad plena. Algunos estudios demuestran todo lo contario.
Envejecer con salud
El envejecimiento saludable es un proceso continuo de optimización de oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la autonomía y la calidad de vida de los adultos mayores.
Para esto es importante desarrollar hábitos y estilos de vida adecuados:
- Alimentación saludable: A medida que envejecemos, las necesidades nutricionales cambian, el organismo comienza a necesitar menos calorías debido a que disminuye el gasto físico, pero aún necesita obtener suficientes nutrientes como proteínas, minerales, vitaminas. Un plan de alimentación saludable incluye:
- Comer alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías adicionales, como frutas y verduras, granos integrales, carnes magras, lácteos bajos en grasa, nueces y semillas.
- Evitar calorías vacías que predominan en alimentos como dulces, productos horneados, refrescos y alcohol.
- Comer alimentos bajos en colesterol y grasas.
- Garantizar una buena hidratación.
- Realizar actividad física regular e individualizada: Puede ayudar a mantener un peso saludable y evitar problemas de salud como las cardiopatías, la diabetes y los daños articulares.
- Priorizar la salud mental: Para lograrla y mantenerla es importante:
- Mantener una mente activa mediante el aprendizaje de nuevas habilidades, la lectura y los juegos.
- Meditar, hacer yoga u otras prácticas de relajación.
- Participar en actividades que se disfruten: Las personas que participan en pasatiempos y actividades sociales y de ocio tienen un riesgo menor de tener problemas de salud crónicos. Además, hacer cosas que disfrutamos ayuda a sentirnos más felices y mejora la calidad del pensamiento.
- Atención médica: Practicarse chequeos regulares de salud es importante para el diagnóstico precoz de enfermedades. También es importante conocer qué medicamentos está tomando y por qué.
- Evitar fumar o consumir alcohol.
- Prevenir caídas: Realizar chequeos oculares frecuentes y convertir la casa en un espacio más seguro reduce el riesgo de caídas y fracturas que acortan considerablemente la esperanza de vida.
Retos para un envejecimiento saludable
El envejecimiento saludable también supone retos. A las condiciones genéticas propias de cada persona se suman el entorno físico y social.
Entre los retos que la ciencia y la sociedad tienen por delante para lograr un envejecimiento activo y saludable están:
- Frenar el ritmo del envejecimiento del organismo: lo que hasta el momento constituye un sueño, en el futuro será posible a partir de la creación de compuestos que ayuden a enlentecer las bases biológicas del proceso de envejecimiento.
- Revertir la fragilidad: En el adulto mayor, la fragilidad es un síndrome clínico-biológico caracterizado por una disminución de la resistencia y de las reservas del organismo ante situaciones estresantes, a consecuencia del desgaste acumulativo de los distintos órganos y sistemas. Esto causa un mayor riesgo eventos adversos para la salud como: caídas, discapacidad, necesidad de ingreso hospitalario. Este síndrome afecta a entre un 7 % y un 12 % en la población mayor de 65 años.
- Retrasar la discapacidad: Esta refleja un escalón superior en relación a la fragilidad. Se trata de deficiencias, dificultades para ejecutar acciones o tareas, problemas para participar en situaciones vitales, etc.
- Combatir la soledad y el maltrato: La soledad no deseada es uno de los mayores riesgos para el deterioro de la salud de las personas. Por otro lado, la prevalencia del maltrato en las personas mayores a escala mundial ofrece cifras preocupantes: uno de cada seis adultos mayores sufrió algún tipo de maltrato y 2 de cada 3 trabajadores de las residencias de ancianos refirió haber infligido algún tipo de maltrato en el último año.
- Vivir en un “hogar”: Aunque envejecer en la propia casa es muy importante, no siempre es posible. Por otro lado, en ocasiones el hogar puede convertirse en sinónimo de aislamiento y soledad no deseada.
- Cuidados dignos, tanto para las personas mayores como para las personas cuidadoras: situar el derecho a los cuidados dignos en el centro de las políticas públicas es muy importante.
- Pensar en las desigualdades digitales y combatir el tecnooptimismo 3: Potencializar las competencias digitales de los adultos mayores es importante. También lo es reconocer y hacer efectivo el derecho acanales alternativos a los digitales en todos los servicios básicos, partiendo de la idea de que la puede volverse un dispositivo de exclusión social.
- Garantizar oportunidades de aprendizaje y formación de calidad en la vejez: Las personas mayores que buscan participar en su comunidad de forma activa deberían encontrar la manera de hacerlo. Una experiencia valiosa en nuestro país son los cursos de la Cátedra del Adulto Mayor, que duran un año y tienen una frecuencia semanal. Sin embargo, los poderes e instituciones locales podrían invertir más en iniciativas que busquen el desarrollo personal de los adultos mayores.
Resignificando la vejez
Envejecer es un privilegio. La ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades y retos para las personas mayores, sus familias y la sociedad.
La lista de personas que después de los sesenta años han logrado sus mayores éxitos es extensa e incluye nombres como José Saramago, Winston Churchill o el Coronel Sanders, fundador y rostro de la franquicia Kentucky Fried Chicken (KFC). Cualquier persona puede emprender nuevas actividades, continuar sus estudios, iniciar una nueva profesión o retomar antiguas aficiones durante la vejez. Pero ello depende en gran medida de su salud.
Con buena salud y en el entorno propicio, la capacidad de conquista y desarrollo personal de los adultos mayores apenas se distingue de la de una persona más joven.
Envejecer saludables y activos debe ser nuestra meta como individuos y como sociedad. Los retos a superar no son pocos, pero vale la pena afrontarlos.
Notas:
1 Fuente: Anuario Estadístico de Salud de Cuba (2021).
2 Se entiende como tal a la idea de que a más tecnología más progreso.