Lo primero: si decidió dejar descendencia, no debería pensarlo mucho, pues ahora mismo corremos el riesgo de dejar a Cuba sin reemplazo poblacional. Si, por otro lado, es de los que conscientemente va a dar su aporte para contrarrestar el envejecimiento demográfico cubano, pongo a su disposición algunas experiencias con las que podrá comprobar que, en este caso, se incumple el refrán de “guerra avisada no mata soldado”. Por más que se prepare, usted se sentirá impotente, desprevenido y con la sensación de que pudo haberlo hecho mejor. Advertido de esto, bien podría ir despejando algunas variables antes de aventurarse. Si le llegan hijos varones, estos son mis consejos.
Número uno: ir acondicionando las neuronas para el ruido. Tradicionalmente, los juegos de los niños suelen ser horriblemente escandalosos. Aún el de los soldaditos, que está diseñado para una relativa inmovilidad, es la representación de la guerra. Lo mismo sucede con el ajedrez, jugado mayoritariamente por el sexo masculino, y a pesar de ser “el juego ciencia”.
Predominarán entre sus juguetes pistolas con pilas, silbatos y espadas que zigzaguean a un milímetro de nuestras narices. Por lo general, tendrán un tío, u otro proveedor, que regalará martillos de plásticos para darle a uno en la cabeza. Obviamente, todo ello hará difícil nuestra existencia.
Otras neuronas que hay que acostumbrar son las del orden. Es increíble cómo se cambian de ropas, dan media vuelta, se les olvida que acababan de dejar una camiseta que sólo se habían puesto para ir a buscar el pan y se vuelven a vestir. Prepárese para encontrar zapatos debajo del sofá, o uno en una habitación y el otro en otra. No sé cómo lo logran; me imagino que lanzándoselos unos a otros. Encontrará cualquier cosa en lugares que nada tendrán que ver con el destino que usted concibió; por ejemplo, podrá estar el cepillo de peinarse arriba del refrigerador, si por casualidad le queda cerca un espejo. Son muy prácticos.
La moda tampoco se les da bien, al menos en las primeras edades. Mis dos hijos alternaban un mismo disfraz de spiderman; a uno le quedaba grande y al otro pequeño, pero parecía no importarles mucho; lo realmente importante era treparse. Los zapatos deberán ser fuertes y oscuros pues patearán cualquier piedra u objeto que se les cruce en el camino. Aun vestidos con la ropa más chula terminarán sudorosos y churrosos… o aburridos.
Pensar que porque los hermanos sean del mismo sexo, serán más o menos iguales es un error. Siempre se empeñaran en diferenciarse, como ensayando su rol de machos alfa. Lo más probable es que habrá un bullanguero que fastidiará al más tranquilo, que a su vez perfeccionará sus métodos de venganza, que envidiaría el más connotado torturador. Ahora, si te metes con uno, el otro puede saltar en su defensa. Es mejor enfrentarlos por separado.
Muy importante: si usted grita puede ser acusado de tener carácter bipolar; hoy los niños son capaces de dar argumentos propios de un psicólogo. Rifar las cosas ayuda también a evitar conflictos; por ejemplo, tire una moneda al aire para ver quién se baña primero. Parece algo simple, pero una vez habituados será como coser y cantar.
Llegada la adolescencia debe comenzar a utilizar un lenguaje asertivo. En vez de decirles “¡Báñate!”, recomiendo decirles “¿Por qué no haces como el que te bañas?”, “…como el que te duermes” y “…como el que te llenas”.
En este punto de su desarrollo, surgen algunas ventajas. Igual si usted no reza, es buen momento para comenzar. Encomendárselos al Señor, libera un poco la conciencia. Cuando comienzan a andar solos, nuestros pensamientos se vuelven paranoicos. Cuando te dicen “duérmete que me demoro”, ahí es cuando nuestras neuronas enloquecen haciendo todas las sinapsis posibles. ¿Estarán tomando?, ¿fumando?, en fin, todos los “andos” que pueda imaginar. La adolescencia, merece un análisis aparte.
Para que sobreviva a la experiencia de criar hijos varones es muy importante que tenga un trabajo, proyecto de vida, distracciones que nada tengan que ver con ellos, y que a pesar de todo lo dicho pueda disfrutar ese regalo de la vida que es tenerlos. Vea el lado positivo. Puede ser divertido si se pone zapatos cómodos, si cree que ya habrá momentos mejores para tener la casa recogida e impecable, que los parques deben ser el escenario fundamental donde jueguen nuestros hijos, y que allí correr y gritar no es pecado.
Que la ropa es para vestirlos, no para reprimirlos. Que un “no”, puede ser fácil de decir, pero difícil de cumplir, si no se domina la lógica de los infantes. Que esta lógica es por lo general adecuada y debemos bajar a su mundo en vez de ponerles el rasero cada vez más alto. Llegarán al de nosotros, lamentablemente, y puedo asegurarles –llevo años trabajando entre niño– que el mundo de ellos, con todo el ruido y desorden, es mucho mejor que el nuestro.
Excelente!!!!!! Mientras lo leo, me río y acierto con la cabeza. Acostumbrada a la calma de mi única hija, cuando tengo a mi sobrino en casa, todo gira patas arriba. Hay que seguir tus consejos porque tus dos niños son maravillosos. Gracias por compartir este ajiaco de vivencias, ciencia y experiencia, con el aderezo de tu inteligencia y alegría. Espero más. Un abrazo.
Muy buen artículo y muy simpático también. No tengo varones, tengo dos hembras y de niñas cuando jugaban juntas eran la candela así que imagino el delicioso caos que dos varones deben armar. Saludos.
Jajaj, genial, imaginas, un hijo de su esposo y uno mío, uno tranquilo a su padre, otro mas parecido a mi, un diablito bueno. En realidad linda pareja de padres, bellos niños. Y a ti Ms. sigue escribiendo, me encanta leerte. Besos
Estaba releyendo “La adversidad” cuando recibí por emailE el link “Hijos varones” , cuanto me alegró recibir un tema tan común pero en el que poco se reflexiona y atienden aparentes pequeñeces que pasarlas por alto nos pueden traer grandes dificultades .Me admira ver como Ud puede derrumbarnos con vivencias tan tristes y conmovedoras como las expresadas en “La adversidad” y al leer “Hijos Varones” cambiar nuestro ánimo y hacernos reír y disfrutar vivencias propias pasadas. Espero y deseo mis contactos me sigan enviando sus prox publicaciones, gracias Msc Vivian
Que bueno haber recibido de mis amigos el link de su nueva publicación. Después de haber batallado contra la tristeza ahora al leer “Hijos varones” pude disfrutar de esos tiempos ya pasados , de nuestra infancia y la de nuestros descendientes. Gracias
Gracias a todos, hay varios artículos ya en edición con temas recurrentes en mi labor profesional. Si hay algún otro tema en particular que no fuera abordado en este grupo, y que sea del interés de los lectores,será un placer poder complacerlos.Hagánmelo saber.Saludos y agradecida.
Somos nosotros los que tenemos que agradecerle a UD y a oncubanews……. Esperaré sus nuevas publicaciones para ver si alguna incluye el tema que pretendía sugerirle. Hasta pronto, gracias .
Tener la capacidad y habilidad de observar hasta lo que imperceptible parezca, no es un don que todos tengamos, ese es precisamente el gran talento de nuestra escritora Vivian que nos ayuda a todos aquellos que siempre vamos por la vida solo mirando lo que es grande y colorido, a ver esos detalles que son los que verdaderamente dan sentido a nuestros días.
Excelente el tema que escogió y mucho más que eso en la forma que nos alerta sobre la crianza de nuestros hijos sean hembras o varones ya que en etapas de sus vidas hay similitud en su comportamiento y sobre todo en las reacciones de nosotros, los padres ante esas manifestaciones propias de la infancia e incluso en la adolescencia. Gracias por sus atinados consejos y en la forma tan amena de trasmitirlos.
Me encanta leerte, cuánta frescura y quiero decir fresca “como la lechuga” jejejejeje yo siempre quise varones y me acabo de dar cuenta de la suerte que tuve. jeje. En serio es un gustazo, el amor que se respira en tus palabras; es el amor y la infinita paciencia lo que hace que cualquier fórmula funcione. Besos t enhorabuena.