Proteger a nuestros niños de las adversidades de la vida es algo lógico. Tratamos, dentro de nuestras posibilidades, que su vida sea tan buena como se pueda. Buscamos desde que están en el vientre, lo mejor para ellos. Los alimentamos como a cosmonautas, ofreciéndoles alimentos bien concentrados como yogures y compotas; buscamos el mejor cereal, mientras más vitaminado mejor; hasta les moleremos en la batidora, disimuladamente, la comida de Popeye, siendo tramposas por su bienestar, pues luego que crecen no hay forma humana que se coman las espinacas.Les compramos juguetes didácticos, carísimos, como si aprender fuera un lujo. Vamos a ferias buscándoles los mejores libros(los más apropiados, también caros) y los llevamos a pasear a pesar de nuestro cansancio y de la economía, para que disfruten y sean felices.
¿Qué pasa si algo se sale de este plan idílico que nos trazamos para ellos? ¿Si en nuestra familia se enferma una abuela, esa que los busca del círculo infantil y la que incondicionalmente siempre llega en el momento justo como bateador emergente; si se enferma de una enfermedad donde las estadísticas de mortalidad sobrecogen? ¿Y si papá se queda sin trabajo? ¿Y si por casi un año encontrar uno parece la misión imposible? ¿Y si la mamá se enferma de cáncer? Estos son algunos ejemplos que pueden desestabilizar a una familia. La mía vivió los tres, uno a continuación de otro en un breve período de tiempo.
Tener que responder a la pregunta de un hijo de doce años cuando sólo tenemos 37: “¿Te vas a morir?”, con una cirugía pendiente en un hospital oncológico, es algo que pone a prueba tu inteligencia emocional. Y que el peque de siete te confiese que te extrañó en la ausencia del hospital pues a papá le queda la leche con bolitas, te simplifica que, a pesar de tus ambiciosos planes de su futuro, para ellos, estos pequeños detalles de la vida, son los que importan, y estar los unos para los otros.
Me parecería que hace muchos años que pasé por esto, pero una vacuna mensual y un medicamento diario me recuerdan que no fue hace tanto y cuán vulnerables somos. Mis hijos sobrevivieron al tsunami familiar y creo que la experiencia les dio, y nos dio como familia, otra perspectiva de la vida: lo mejor de ella es, ¡disfrutarla juntos!
La abuela, fue la primera que nos hizo creer que podía ser hasta chistoso el estado de depauperación, buscaba helados para sus nietos en Coppelia, sin hacer colas. Continúa con nosotros siendo la mano derecha, la izquierda y todo el cuerpo para su familia, que no la ha santificado pues la religión no se nos da bien, aunque ella debe haberle pedido a alguna Virgen la prórroga en este mundo. Quería ver los 15 de su nieta, que este año se graduará en la universidad. Ya es consciente de que si vamos a pedir debemos ser un poco más ambiciosos. Ha vivido estresada con una meta siempre por delante.
Lo primero que me gustaría compartir es que, ante las contingencias, no quise que corrieran a otro sitio en busca de refugio. Papá arregló todo lo que pudo en casa con sus propias manos, en aras de sentirse útil y tuvo la ventaja de tener tiempo para aprender lo que hiciera falta. La instalación del calentador fue su obra maestra. Comenzó, además, a estudiar otro idioma, pues “desocupado” no debía estar, al menos a la vista. Tenía que darles un buen ejemplo, hasta que cambiara el momento histórico, donde el espacio que se abría era para cuentas propias y agricultores. Viviendo en la capital y sin dinero para invertir, era difícil insertarse en el mercado laboral. Realmente hasta ahora no ha servido de mucho el francés, pero sumado al inglés que ya dominaba, sus hijos se sienten muy orgullosos de sus habilidades idiomáticas. Los niños colaboraron recogiendo en la calle tornillos y tablitas para los arreglos domésticos. Un día, una maestra me preguntó si el papá del niño (el mayor) era carpintero, pues lo veía recogiendo tablas. Le respondí que no, que era matemático. Quedó desconcertada. Le explique la “situación” familiar y desde ese momento su amor por mi hijo creció más que si hubiera ganado un concurso de matemática, su asignatura.
En cuanto a mí, sólo en el primer día de los sueros, yo deportaba a los niños y ellos, al día siguiente, regresaban a terminar de consumir los jugos y galleticas que me parecía alta traición no compartir con ellos. Debían aprender que la adversidad es parte de la vida, con sus partes deliciosas como esta, y que es nuestra actitud ante ella la que hace la diferencia.
A mi pequeño, la ausencia de pelos le resultaba algo horripilante. Negociamos: sólo en la calle usaba pañuelos. Por cierto, debían ser de algodón pues la calva es resbalosa y los de seda patinan. Un día llegaron unos amigos suyos y para que este no se sintiera incómodo con su mamá fea, les abrí la puerta con una peluca, aquellos niños se dieron un susto que estoy segura que ese día tuvieron pesadillas. Así que preferí que era mejor impresionarlos con la falta de pelo que asustarlos con pelos que parecían sacados de un maniquí y que nada tenían que ver con mi onda descuidada, de individuo multipropósito que aporta a la sociedad y a la familia con poco tiempo para lucir de revista.
Después de establecidos los límites de cómo asumir mi proceso, nótese el término, la vida continuó para mis hijos más o menos igual. Es importante decir que de la misma manera que nos gusta y exigimos respeto a nuestras decisiones debemos respetar cómo asumen ellos los cambios y no debemos juzgarlos por eso.
Usar peluca en este clima húmedo y caluroso me daba una picazón enorme, dándome la impresión de tener piojos, por lo que consideré que complacerlo en ese aspecto era un sacrificio innecesario. No obstante, respetando lo que sentía, no juzgué su amor por mí por no gustarle mi apariencia a lo campo de concentración. Apariencia que a mí tampoco me gustaba, ni a nadie, lo que él tuvo el valor de decirlo como en el cuento infantil. He sentido su amor cada día, lo que pasaba era que él era un artista en potencia y para los artistas, la imagen es importante. Actualmente estudia música en un conservatorio. Mi otro pequeño, el mayor, había dedicado más de siete años al ajedrez y drásticamente decidió que sería un hombre de ciencia, optará por Bioquímica y me confesó que se visualiza calvo en un laboratorio (pero en ese contexto la calva en función de la ciencia). Sería el segundo en la familia pues mi sobrinita querida, mi nena, se graduará de esa carrera en breve. Nadie más motivado a luchar por algo que al que le duele.
Volviendo a los pelos, creo que esa es la parte más visible del problema, pero no es la única, por lo que decir que es sencillo sería increíble. Es un tratamiento donde por lo general te pican (me operaron dos veces), te envenenan con los sueros (traumada por los mismos dejé de tomar refrescos rosados) y para rematar, te queman con las radiaciones, necesitando para todo ello estar mucho tiempo fuera de casa. Los hijos preguntarán y se les deberá dar la información justa, objetiva pero esperanzadora. Por ejemplo: ante la pregunta de mi hijo de doce, le respondí: “que esperaba que no y que haría todo lo posible por seguir en el mundo de los vivos”. Continuamos hablando de otra cosa, con tal naturalidad que todavía no me la creo, recuerdo el punto geográfico exacto donde me hizo la pregunta. Ante la segunda cirugía preguntó: “¿es cáncer?” “Pudiera ser, pero para ello hay tratamientos, es posible sobrevivir y es lo que espero también”. Nunca se ocultó el veredicto, al punto que a veces debía recordarles que no exageraran en naturalidad pues me gustaba cierta deferencia. Les juro que mientras te ven en la cocina creen que toda está ok, cuando dejas de hacerlo es que se preocupan.
A la cara fea también se le pueden sacar ventajas: pude acceder a la matrícula, fácilmente, para un curso de pintura (que el artista dejó enseguida) donde los padres habían hecho una larga cola. Y fui intolerante respecto a lo que afectara la felicidad de mi descendencia. El día del cumpleaños de uno de ellos, se le ocurrió tomar helados y, ni corta ni perezosa, amanecimos en una heladería. Esto hubiera sido normal si no hubiera sido un día de escuela y si no nos hubiéramos encontrado en el camino a la directora, que al vernos en tal desfachatez, nos dijo: “mañana que entre pelado”, cosa que cumplimos, por supuesto, pues una directora es una directora, pero es ahí donde te das cuenta de que la calva hace el efecto de la capa del zorro: te da ciertos poderes, y que de estar 100% sana, otro gallo cantaría. Esta inmunidad fue para ellos beneficiosa.
Otro lado positivo fue que mi esposo descubrió la olla de presión, y mis hijos, si algunas monerías alimentarias tenían, quedaron por esa época extinguidas. Los menús de cualquier cosa con papas se impusieron, además papá puso en práctica un orden militar para bañarse, nada del relajito que formaban con mamá. Esto, lamentablemente, desapareció con la recuperación. ¡Ah! y el pequeño descubrió las telenovelas, pues esperaban despiertos a que yo llegara de las radiaciones para que les diera las buenas noches. Les parecerá raro pero hay más gente en un hospital oncológico que en uno materno, por lo que no alcanza el día para los tratamientos, y hay turnos de noche. Nunca más logré que se durmieran a las 9, lo que representó para ellos una conquista.
Mis amigas y personas cercanas tampoco han escapado de eventos de índole adversa para su descendencia. Mi mejor amiga se casó con un débil visual que perdió años después la vista. Nunca he visto niñas más amorosas con un padre que esas; son sus ojos. Y si están pensando en el pobrecito cieguito, ¡error! Ese señor mantenía dos casas en Cuba, donde mantener una sola, cuesta. Tengo otra amiga que ha criado a su hija en el fuego cruzado del racismo que siente su madre por su esposo, mientras adora a su nieta mestiza y ésta, con la sabiduría infantil, adora a todos…en su mestizaje se funde el amor.
Por ética familiar he leído esto a mis hijos, casi cinco años después. El grande recordó el lugar donde hizo la pregunta, escalofriante, y el pequeño, sorprendido, me dijo:” tú no estabas enferma cuando fuimos a tomar helados”. Lo que corrobora que es difícil pero no imposible, tener los misiles de la guerra nuclear dentro de la casa y que los hijos se sientan seguros.
Por lo general los niños son más fuertes de lo que pensamos, si se tienen dudas, nada más basta recordar cómo son capaces de pasarse tiempo con los zapatos al revés. Y cuando hay frío son los únicos que se bañan en una piscina…bueno, además de los borrachos. A ellos, cosas como estas parecen darles lo mismo. Lo que es obvio para los adultos sobrios: son molestas. Bueno, así mismo será con todo.
Para el que le llegue este escrito y no me conozca, puedo decirles que elegí por vocación trabajar con las personas que vienen a este mundo diferentemente capacitadas y nunca he visto a un niño llorar porque su coeficiente intelectual es por debajo del promedio o por ser hipoacúsico, sordo, ciego, en fin, porque su desarrollo sea diferente al resto.
Los niños son guerreros, que luchan por la vida con las armas que tienen. Es a la sociedad a la que le falta la capacidad de tener lo necesario para cada uno, y las personas, a medida que crecen, van perdiendo esa magia de tomar la vida como viene por el camino. Ellos son para mí el mejor ejemplo de cómo se debe vivir. Nunca he tratado a un niño con pena porque tenga algo diferente a lo que se espera, creo que querer con pena es querer con limitaciones y el amor debe ser generoso, no guardarse nada para sí.
Los niños están preparados para surfear la adversidad, sólo hay que darles la tabla. No formemos intrigas, eso confunde más, ni los desaparezcan, pues ellos con la adversidad aprenderán valores muy necesarios en la vida que los prepararán para el mundo fuera de casa, que no es precisamente color de rosa. Recuerde que es mejor para un niño aprender en casa a tener recursos para manejar lo adverso, que salir al mundo solo sin ellos.
Joder!!! me he quedado con un nudo en la garganta por tan bello y a la vez desgarrador / esperanzador escrito!!!
He pasado recientemente por situaciones similares con mi madre, con una niña pequeña en casa que no comprendía las cosas y todo me lo has retratado… gracias, en cuanto este display deje de estar borroso por la emoción comento otro poco
Gracias por compartir tu experiencia, eres muy valiente e inteligente, abrazos a esa linda familia.
“Adversidad, es un fabuloso escrito que no solo nos hace sentir cada letra, palabra, signo; como una verdadera joya para leer y leer mucha veces sino además nos hace sentir, humanos, algo muy necesitado en estos tiempos. Gracias mi amiga adorada por esa oportunidad.
Amiga me he tragado el llanto en muchas partes de tu escrito, eres una valiente!! Tocas con este escrito la sensibilidad humana, gracias…
Muy buen artículo. El sentido del humor en los momentos difíciles nos ayuda a superarlos. Felicidades Vivian por tan hermosa familia q tienes.
Excelente publicación. Muy real y haces vivir al lector lo que pasaron en tu familia, pero lo mejor de todo es que lo logras de una forma genial y agradable; aunque el tema es en verdad muy duro. Te deseo lo mejor del mundo a ti y a tu familia, a tu esposo y a los niños, te lo digo aqui y se los dire siempre sigue compartiendo esas experiencias cada vez que puedas y de esa misma forma. Abrazos y fuerzas para seguir en esta lucha que se llama vida.
Gracias…Es un tema díficil, hay muchos prejucios en relación a que los niños participen de eventos como los que relato, pero son parte de la vida y sin dejar de ser niño, hay que aprender a ” crecer”…no sucede por control remoto. El día a día los formará, con lo bueno y lo malo. No hay de otra.
Excelente artículo. Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles.
Ya hace un tiempo este escrito paso por mis manos, y no por eso ha dejado de conmoverme ahora cuando lo releo. Que te puedo decir que no te dije antes? Eres una guerrera y lo demuestras cada dia, eres un ejemplo de como enfrentar las adversidades y, muy importante, sin perder la buena aptitud. Ojala este articulo le de la vuelta al mundo y le sirva de apoyo a tantas personas y familias que luchan batallas similares. Eres una inspiracion para tu familia y para tus amigos. Espero te publiquen todo lo que tienes escrito y lo que escribiras, porque se que tienes mucho mas hecho y por hacer. Es dificil encontrar lecturas amenas que traten temas tan serios y cotidianos narrados ademas desde experiencias personales y que encierren tanta emocion y lecciones para la vida. Besos amiga, y muchos exitos en todo lo que te propongas.
Estoy impresionada por la manera tan bonita que tienes de describir tanta verdad, tus hijos tienen mucha suerte y estoy segura que también mucha inteligencia emocional, me quedo con esta frase:
“Los niños son guerreros, que luchan por la vida con las armas que tienen. Es a la sociedad a la que le falta la capacidad de tener lo necesario para cada uno, y las personas, a medida que crecen, van perdiendo esa magia de tomar la vida como viene por el camino”.
Tú sí que eres una guerrera. Gracias por tanta belleza¡
Gracias a todos los que han leido,compartido, comentado algo tan personal. Ya mis hijos son mayores(21 y 16) y son jóvenes alegres como otros que no han pasado por experiencias de este tipo. Se sobrevive porque se vive…ahí está el truco!
!Qué agradable sorpresa! Te felicitamos y agradecemos tu relato pero no basta, iremos a darte personalmente el abrazo que nos debemos. Quizás has encontrado a Dios y no te has dado cuenta. Un abrazote a toda la familia. Los queremos
Cuantos trucos he descubierto en este escrito pra enfrentar la vida. Despues de tantos comentarios tan lidos y tan certeros, solamente ronda en mimente una sola palabra. Genial
Vivian VV
Primo Libán, mi familia paterna ha estado marcada por la desgracia. La muerte prematura de madres jóvenes( mias tías), dejando una descendencia infantil, marcó mi niñez. No recuerdo haber visto a nadie llorando por los rinconres. El sentido del humor de uds es admirable. Son mi inspiración, mi primo, aún cuando pueda haber parecido lejana a ese dolor, por mi edad y la distancia. Los quiero.
Vivi, magnifico escrito, genial, se muy bien por todo lo que pasastes, eres una guerrera y tienes una familia maravillosa con la cual pudimos compartir mas alla de nuestra amistad como estudiantes. Siempre has sido muy positiva, alegre y realista, los queremos mucho.
Cuando terminaste el preuniversitario y supe que habías escogido defectologìa pedí que me explicaran qué era esa especialidad y desde miles de Kms de distancia intenté persuadirte de que escogieras otra carrera, tu respuesta fue concluyente “esos niños necesitan que alguien los atiendan y eso será lo que estudie”; desde entonces he intentado apoyarte en todo durante tus estudios y como profesional. Ahora, también en la distancia leo un artículo que no recuerdo haber visto antes y me sorprendí al ver algo tan desgarrador, al menos para mi y que a la vez fuera algo tan estimulante y esperanzador para vencer las dificultades que se nos presenten en la vida. Cuando eras pequeña siempre pensé que eras una personita especial y ahora como cualquier padre que tenga una hija como tu, me permito exagerar y decir que eres extraordinaria. Te amo mi querida Vivi, Papà
Saludos Profe:
Aunque con dificultades he logrado conseguir algunos de los artículos que ha escrito de los cuales solo he visto dos publicados, incluido éste, y en cada uno de ellos, nos ha brindado opciones, caminos y a veces atajos pero siempre presente la posibilidad de encontrar optimismo, empeño y voluntad para al menos intentar sobreponernos y hasta vencer las duras pruebas, que a veces creo inmerecidas , a que nos somete la vida. “La adversidad” aún cuando Ud no es “titular” del arte de comunicar , no recuerdo haber recibido en forma y estilo tan original, sincera , sencilla y profunda y hasta simpáticos , mensajes tan dramáticos y a la vez llenos de optimismo, esperanza y voluntad para enfrentar y vencer la eterna batalla por la siempre hermosa y única vida que nos empeñamos en disfrutar. No deje de escribir sobre estos temas, ya encontraremos la vía para acceder a sus artículos. Le deseo mucha salud , lo demás ya lo tiene. Joan
Como ya leí los comentarios que aparecen , con los cuales estoy de acuerdo, solo expresaré “EXCELENTE”, Ahora estaré pendiente de otras publicaciones, Gracias
Super interesante este articulo. He activado las notificaciones para que me lleguen articulos similares a este que son una valiosa informacion para quienes tenemos hijos en esa etapa de la vida.
Vivi, nos ha encantado tu articulo, tenemos una amiga, que la niña tiene 9 años y tiene un cancer terminal, nosotros la ayudamos en todo lo que podemos e hicimos gestiones para ver si la podiamos traer aqui a St Jude, pero no admiten casos ya tratados, los toman desde el inicio. Despues que lei tu escrito, pienso aun mas en como se sentira la mama y como explicarle la situacion a la niña, aun mas cuando las posibilidades de vivir son muy pocas. La niña es una guerrera, ha resistido mas tratamientos de lo que los medicos esperaban, se merece vivir, es una situacion bien triste.
Gisell,ver a un niño enfermo es para mí lo más duro de este mundo. Están haciendo lo correcto. Ayudar a la familia. Muchos amigos,incluso familiares, se alejan porque no saben que hacer, que decir…pero el apoyo es necesario,imprescindible! La familia necesita de todos. Hacer equipo. Que no quede nada por hacer.Gracias por compartir tu experiencia.
Excelente análisis y a todos nos puede pasar. Uno aprende leyéndolo.
Leí hace tiempo por primera vez Adversidad, con Viví en franca recuperación y queriendo hacer un café,recuerdo q eran como las tres o cuatro de la tarde hora idónea para esa bebida en nuestro país,mientras colaba ella el café yo leia,sufria y me reía,nunca he olvidado esa sensacion,como tampoco la espera en los bajos del hospital,todo lo escrito tuve el privilegio de verlo también,siempre ha sido humana y cooperativa pero desde la adversidad de pasar por la experiencia la ayuda a las familias se multiplicó y es hoy su inyección de vida diaria,creo en Dios y a él le pido q le multiplique su tenacidad,fuerza y valentía para enfrentar sus nuevos retos,gracias Vivi
Espe, mi comadre, muchas personas me han recordado como se ” enfrentaron” a lidiar con la amiga con cáncer. Es duro para todos, y por eso,nos unío más. Gracias por ser de los que estuvieron en la primera línea de combate.
Otra opinión coincidente con los otros comentarios. Inmejorablemente escrito. Gracias y SALUD!!! Como dijo alguien más arriba lo demás ya lo tienes.
Vivi, inmejorable escrito. Eres una valiente, pasar por todo eso y decirlo, cómo encontraste tanta bondad y paciencia? Muchas Felicidades para los cuatro. Son unos guerreros. Se merecen todo lo bueno del mundo. Siento mucha admiración por tí y lo que has logrado. Orgullosa de ser amiga de la familia. Los quiero.