Para muchos habitantes que viven cerca de la costa de Carolina del Sur, Florence se ha convertido en el visitante indeseable que se niega a marcharse.
Once días después de que el huracán tocara tierra y más de una semana después de que avanzara hacia el norte y se disipara, los ríos crecidos por las incesantes lluvias de la tormenta continúan inundando casas y negocios en su trayecto hacia el mar.
Algunas personas desconocen cuándo podrán regresar a sus hogares.
El río Waccamaw, que atraviesa la ciudad de 23,000 habitantes, ha alcanzado más de 6,4 metros de altura, marca que superó el anterior récord de 5,5 metros impuesto tras el paso del huracán Matthew de hace dos años, y su nivel continuaba aumentando el martes en la tarde.
El río presumiblemente alcanzará su nivel máximo este miércoles, pero bajará de los 5,5 metros más o menos hasta la semana entrante. El río se desborda a los 3,4 metros.
“Estás cruzada de brazos todo el tiempo y pensando ‘qué tal si’ o ‘me pregunto cómo están las cosas ahora’”, dijo Vivian Chestnut, desalojada de su vivienda por las inundaciones, que la obligaron a alojarse con su familia. “Y te preguntas qué te vas a encontrar cuando finalmente regreses”.
Es una escena que se repite en la región oriental de Carolina del Sur, donde los ríos crecidos por las lluvias históricos se desplazan con lentitud por la pendiente suave de las llanuras en dirección a la costa.
Florence es la segunda tormenta que más lluvias ha arrojado en Estados Unidos en 70 años, según Ken Kunkel, meteorólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica y la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Sólo el huracán Harvey del año pasado soltó más lluvia en un área de 36,260 metros cuadrados durante cuatro días. Los científicos dicen que es muy probable que el cambio climático haya elevado las precipitaciones de ambas tormentas.
El análisis preliminar de Kunkel halló que, en promedio, más de 0,4 metros de lluvia cayeron en cinco estaciones meteorológicas en el área de 36,260 kilómetros de las Carolinas, que abarca desde Fayetteville, Carolina del Norte, hasta Florence, Carolina del Sur. La cantidad solo queda atrás de los 0,6 metros de Harvey.
Kunkel, quien se especializa en analizar datos de lluvia de miles de estaciones meteorológicas, basa su trabajo en precipitaciones desde 1949, cuando se empezó a llevar más registros a lo largo de Estados Unidos continental.
“No es sorprendente, pero sí terrorífico, que las dos principales hacedoras de lluvia sucedieron en los dos últimos años”, dijo, por su parte, el climatólogo Michael Mann de la Universidad Estatal de Pensilvania. En su opinión que océanos más cálidos, mayor humedad y tormentas que se mueven lento por varios factores del cambio climático, hacen que las tormentas liberen más agua.
Como si no fuera suficiente, un nuevo fenómeno climático se está formando en el mar, y la temporada de huracanes está todavía a dos meses de terminar.
Los expertos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijeron que una zona de baja presión situada a unos 420 kilómetros al sur de Cabo Hatteras, en Carolina del Norte, podría convertirse en una depresión tropical en su trayecto hacia a la costa antes de desplazarse con rapidez hacia el norte.
AP / OnCuba