A Julian Assange le ha salido competencia en el fútbol. La parafernalia en torno a las interioridades de este polémico mundillo ha dado un vuelco a determinadas conjeturas que, aun sin las pruebas necesarias, amenazan con confirmarse. Ese es, al menos en apariencia, el objetivo de Football Leaks, una auténtica caja china que, mientras más se abre, más decretos devela.
Los avatares de una investigación acuciosa han golpeado duramente, incluso, a algunos de los grandes jugadores del mundo, impolutos hasta entonces, los cuales han quedado perplejos ante las acusaciones que ahora los acosan. El último impactado por las salpicaduras de este lodazal fue Sergio Ramos, el capitán del Real Madrid.
Los verdaderos artífices de Football Leaks se esconden tras las cortinas de el diario alemán Der Spiegel, auxiliado por otros como el español El Mundo, orgullosos de sus “trancazos periodísticos” y centros de las miradas cada vez que un nuevo escándalo irrumpe en medio de la aparente tranquilidad en los grandes clubes europeos.
Porque si algo ha tenido todo este movimiento es, precisamente, apuntar a torres bien altas, como la UEFA, la FIFA o los clubes más influyentes: el Madrid con sus títulos, el PSG con su inacabable talonario petrolero…
También resaltan figuras encumbradas del tipo de Jorge Mendes, el millonario representante por cuyas manos pasan decisiones trascendentales en torno a algunas de las principales estrellas del fútbol europeo.
Los artífices de Football Leaks se han calificado a sí mismos como una “organización creada en busca de la verdad”, y entienden que sólo a través de la presión pública se puede lograr la diferencia y destapar la parte oculta del fútbol.
Con absoluta frialdad, regidos por el interés marcado de desmantelar algunas manchas que mancillan al fútbol, han comenzado a sacar unos cuantos “trapos sucios”, si bien todavía cargan con deudas en cuanto a la contundencia de sus pruebas.
El último en sufrir las consecuencias de los secretos descubiertos por Football Leaks fue Sergio Ramos. El capitán del Real Madrid violó, según el informe difundido, los controles antidopaje en par de oportunidades, el primero tras la final de la Champions League en junio de 2017 ante la Juventus en Cardiff, mientras la segunda “infracción” tuvo lugar en Málaga, el 15 de abril de 2018.
Football Leaks, un ejercicio de riesgo
Sin embargo, tras soltar la granada, los “investigadores” han desaparecido, incluso con una amenaza de querella de por medio por parte del defensor oriundo de Camas, quien negó rotundamente los hechos planteados y contó, además, con el respaldo de la UEFA, el Real Madrid y la propia Agencia Mundial Antidopaje.
En comunicado publicado en sus redes, Ramos describió cada uno de los sucesos e intentó convencer de su inocencia. Por el momento, caso cerrado.
Sin embargo, otras explosiones tan estridentes como estas continúan abiertas, como los impagos a Hacienda en España de figuras de la talla de Messi o Cristiano Ronaldo, el supuesto caso de abuso sexual de CR7, o la nube oscura que opacó ciertos detalles sobre el fichaje de Neymar por el Barcelona, la cual ha sido quitada de en medio y un buen número de irregularidades han salido a la luz pública.
Otros atenazados por los tentáculos de Football Leaks han sido los grandes clubes forjados a través de la magia de los petrodólares, ilícitamente fortalecidos, con violaciones constantes del Fair Play financiero establecido por la UEFA. En este caso, tanto Manchester City como PSG, las entidades en cuestión, han quedado impunes pese a actuar de forma ilegal.
Este, sin embargo, era un secreto a voces. La UEFA lo recoció a finales de agosto y postergó su sanción cubriendo el asunto con un secretismo tal que, a día de hoy, poco se sabe del tema. City y PSG siguen comprando los futbolistas que antojan sus técnicos, sueltan euros como si se tratara de migajas y fortalecen sus plantillas en cada ventana. A nivel deportivo, de todas formas, no lo han sabido aprovechar.
En resumen, este es un tema que parece no haber visto aún el punto final. Cada mañana, cuando amanece en Europa, algunos encargados de Infantino, Cefferin o el mismísimo Florentino Pérez estarán, seguramente, hurgando en las redes con las alarmas activadas por si se devela un nuevo escándalo.
Football Leaks aún no ha hecho estragos. Parece algo así como la gata María Ramos, tira la piedra y luego se esconde. Carece, en algunos casos, de pruebas contundentes, por lo cual corre el riesgo de perder el respeto del mundo del fútbol. En el caso Sergio Ramos han gastado una bala en falso. Un gatillazo que, probablemente, no volverán a permitirse.