Durante cinco semanas el Gobierno federal estuvo cerrado porque Donald Trump quería 5,100 millones de dólares para construir un muro en la frontera sur. Pero los demócratas se opusieron y en respuesta el presidente detuvo el funcionamiento parcial de la administración. El resultado no pudo haber sido más desastroso en términos financieros. El cierre provocó pérdidas a la economía por 11,000 millones de dólares: más del doble de lo pedido por la Casa Blanca para el muro.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), una entidad bipartidista que supervisa los gastos oficiales, las pérdidas afectaran considerablemente el crecimiento económico en el primer trimestre del año y el último de 2018.
Se calcula que durante las cinco semanas el crecimiento económico sufrió un retroceso de 0,3% y de los 11,000 millones de pérdidas por los menos 3,000 millones no serán recuperados nunca cuando los salarios de los 800,000 trabajadores federales sean pagados retroactivamente y ese dinero comience a ser gastado y vaya ingresando a la economía.
Pero hay contratistas que nunca serán pagados aunque hayan trabajado, porque su paga se encuentran generalmente incluida en partidas de gastos discrecionales y no en presupuestos asignados, que no se pueden alterar, como es el caso de los empleados federales.
“Se debe subrayar que este impacto en la economía en su conjunto es particularmente significativo en los pequeños negocios y en los trabajadores. (Pero) entre los más perjudicados y que sufren el mayor impacto negativo se encuentran los trabajadores federales que vieron el pago de sus sueldos retrasados y parte del sector privado que perdieron negocios. Algunos de estos negocios privados jamás se recuperaran de las pérdidas”, afirma el estudio publicado el lunes por la tarde.
Hay más, “todas las consecuencias y estimados (de recuperación) están sujetos a una incertidumbre considerable. CBO, en particular, no tiene una certeza absoluta de la cantidad de gastos discrecionales que fueron afectados por el cierre parcial, así como los empleados y contratistas federales afectados pudieron ajustar sus gastos para enfrentar el retraso en los pagos, además de cómo también las agencias (federales) van a ajustar sus gastos en mercancías y servicios una vez que el dinero se encuentra de nuevo disponible”.
Esto significa que la cifra de 11.000 millones en sí todavía es provisional y pudiera incrementarse, en la medida en que los hábitos de consumo se puedan alterar en los próximos meses. Según The New York Times los empleados federales temen que Trump insista en un segundo cierre parcial del Gobierno dentro de tres semanas si los demócratas no aprueban los 5,100 millones para el muro en la frontera con México, como el presidente ha amenazado.
El problema es que si el Gobierno vuelve a cerrar a partir del 15 de febrero, los empleados federales podrán haber recibido todos los sueldos en atraso pero no habrán cobrado el mes de febrero entero. En algunos casos la incertidumbre tiene su arraigo porque cuando anunció la apertura del Gobierno, Trump dijo que los empleados serían pagados “de inmediato o lo más pronto posible”.
Ese “lo más pronto posible” es lo que la gente teme.