Más de 45 países han solicitado a Cuba el Interferón Alfa 2b Humano Recombinante para combatir la pandemia de la COVID-19. Este medicamento cubano fue incluido por las autoridades médicas chinas en el protocolo para el tratamiento de los enfermos y ha probado su éxito por su capacidad antiviral, por lo que es utilizado tanto de forma preventiva como en etapas tempranas de la infección.
Las solicitudes provienen de “diversas zonas geográficas del planeta a fin de incorporarlo a sus arsenales terapéuticos contra la peligrosa enfermedad, dado los resultados favorables de su empleo observados en China, Cuba y otras naciones”, señala el diario oficial Granma, que, sin embargo, no precisa qué países en específico han realizado el pedido.
El empleo del medicamento cubano frente al nuevo coronavirus en la nación asiática, origen del brote a nivel global, se debe a que “de manera general estos virus disminuyen la producción natural de interferón en el organismo humano y el fármaco cubano es capaz de suplir la deficiencia, fortaleciendo el sistema inmunológico de los pacientes aquejados por la dolencia respiratoria”, explica la publicación.
El mismo se produce actualmente en China, a partir de la creación de la empresa mixta chino cubana Chang Heber, con sede en la ciudad de Changchun, en la cual existe una planta que desde hace varios años “fabrica un amplio surtido de productos biotecnológicos creados en La Habana, incluido el Interferón Alfa 2b Humano Recombinante”.
Este producto, reconocido en la Isla por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y el de Salud, comenzó a producirse en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana en la segunda mitad de los años 80 del pasado siglo. En Cuba se emplea desde hace más de tres décadas en la terapia de enfermedades virales como las Hepatitis b y c, Herpes zóster y el VIH/SIDA, y ahora se amplica también en el tratamiento de la COVID-19.
Según recientes declaraciones de directivos de la industria farmacéutica cubana, la Isla cuenta con este medicamento “para el tratamiento de miles de personas”.
Eduardo Martínez, presidente del Grupo Empresarial BioCubaFarma, declaró que del Interferón Alfa 2b Humano Recombinante existen “todas las capacidades” para suministrar al sistema nacional de Salud y a otras naciones, al tiempo que Eulogio Pimentel, director del CIGB confirmó que la institución cuenta con un inventario de producto terminado “para los casos que estimamos puedan aparecer en Cuba para un horizonte entre 3 y 6 meses”, aunque no ofreció una cifra concreta al respecto.
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