Los visitantes de Canadá, principal mercado emisor de turistas a Cuba, regresarán al balneario de Varadero luego de meses alejados por la pandemia de la COVID-19, según anunció este jueves el ministerio de ese sector en la Isla.
Los canadienses comenzarán a llegar a Varadero a través del turoperador Air Canada Vacations, el mismo que ya inició sus operaciones en septiembre pasado en el polo turístico de Jardines del Rey, en la cayería norte del centro de Cuba.
Así lo confirmó el Ministerio de Turismo cubano (Mintur) en una nota divulgada en la prensa oficial, en la que detalla que por el momento los vuelos desde el país norteño al célebre balneario tendrán una frecuencia semanal desde Montreal y Toronto, los viernes y sábados respectivamente.
En su comunicación, el Mintur asegura que Canadá y, en particular, Air Canada Vacations, siguen apostando por Cuba como “un destino de Paz, Salud y Seguridad”. Además, adelanta que continúa realizando estrategias conjuntas con el turoperador canadiense “para alcanzar nuevas operaciones al destino en esta temporada alta 2020 -2021”.
Considerado el principal destino de sol y playa de Cuba y uno de los más reputados del mundo, Varadero reabrió oficialmente sus puertas al turismo internacional el pasado octubre, luego de siete meses cerrado por causa del coronavirus. En este tiempo, no obstante, sí brindó servicios para el mercado interno cuando las condiciones epidemiológicas lo permitieron.
Viajeros de países como el Reino Unido y Alemania ya han comenzado a llegar a sus instalaciones, en vuelos gestionados por el grupo turístico anglo-alemán TUI y la aerolínea germana Condor, y se espera que las reservas continúen en ascenso a medida que avanza la temporada alta.
El turismo, una de las principales fuentes de ingreso de Cuba, ha sido fuertemente golpeado por la pandemia, por lo que las autoridades de la Isla intentan aprovechar la entrada de gran parte del país en la etapa recuperativa para potenciar sus operaciones internacionales. Para ello, han puesto en marcha un protocolo que incluye una declaración de salud obligatoria por parte de los viajeros, la realización de la prueba de PCR a la llegada al aeropuerto y una vigilancia estricta en las instalaciones turísticas.