Más de 25 mil servicios de telefonía fija se mantenían interrumpidos en Cuba, según reconoció la empresa de telecomunicaciones Etecsa, que atribuyó esa situación a la “escasez de recursos” y a “actos de vandalismo”.
Entre estos últimos, directivos del monopolio estatal enumeraron cortes de fibra óptica, robos de baterías y daños a postes telefónicos, que afectan a cientos de usuarios simultáneamente, según recientes declaraciones citadas por el diario Granma.
También se reportan interrupciones por trabajos de terceros que dañan la infraestructura, al tiempo que fenómenos meteorológicos —como lluvias intensas y huracanes— y los prolongados apagones deterioran cables y equipos antiguos, lo que agrava las fallas, según los funcionarios.
Sybel Alonso Baldor, vicepresidenta de Operaciones de Red de Etecsa, explicó que la falta de equipos como centrales, gabinetes y cables, impide un mantenimiento eficiente de la red y la reposición en tiempo de los servicios afectados.
La escasez no solo impacta en la tecnología, sino también “en la operatividad de la Empresa y en su capacidad de movilidad para hacer frente a las interrupciones en los servicios”, admitió.
Por su parte, la presidenta de Etecsa, Tania Velázquez Rodríguez, añadió que estas limitaciones han dejado sin solución por más de seis meses al 24 % de los servicios interrumpidos en el país. Con ello se incumple con creces el plazo de 72 horas establecido para realizar las reparaciones.
En medio de este difícil escenario, Alonso Baldor resaltó que “la cuota básica de telefonía fija se mantiene baja, y no ha experimentado cambios en los últimos años”, lo que —al menos de momento— contrasta con el reciente tarifazo en la telefonía móvil, una impopular medida defendida por la empresa y el Gobierno como necesaria debido a su crisis financiera.
En la telefonía móvil
En el mes que transcurre, Etecsa implementó medidas que transforman el acceso a la telefonía móvil, marcadas por la dolarización y un controvertido aumento de tarifas.
Desde el pasado 30 de mayo, la compañía restringió las recargas en pesos cubanos (CUP) a un máximo de 360 CUP mensuales, lo que obliga a sus usuarios a adquirir planes de datos extra, a precios superiores a muchos salarios y pensiones estatales, o en dólares estadounidenses.
El tarifazo, que generó numerosos cuestionamientos en el país e incluso inusuales protestas y críticas de los universitarios, ha sido defendido por el mandatario Miguel Díaz-Canel y la presidenta de Etecsa como necesario para evitar un “colapso tecnológico”.
Las medidas en marcha —con mínimas e insuficientes modificaciones hechas a raíz de la controversia desatada— persiguen captar divisas, principalmente a través de recargas internacionales, afectadas por “estafas” y “plataformas fraudulentas”, según el monopolio estatal.
En contraste, han sido duramente criticadas por imponer una lógica recaudatoria por encima del beneficio social y limitar el acceso a la conectividad en la isla en un contexto de crisis económica.
Recientemente, directivos de la empresa declararon que las nuevas tarifas de paquetes de datos comenzaron a mostrarle beneficios a la entidad.
“Aunque todavía es muy corto el período de tiempo, podemos afirmar que ya van teniendo un impacto favorable en cuanto a los resultados que se esperaban”, dijo a la Agencia Cubana de Noticias el director adjunto de la Vicepresidencia Comercial, Yusmany Rojas Pérez.
Según afirmó el especialista, si la empresa consigue mantener estos nuevos ingresos se ejecutarán varias acciones en busca de una mejora de la calidad de lo servicios, otro de los aspectos amplia y reiteradamente criticados por los cubanos.
Según Rojas Pérez, los avances podrían verse en la sustitución de los respaldos energéticos que necesita la red de telefonía cubana para mantener las comunicaciones telefónicas y de internet ante los prolongados apagones que sufre el país, y que en estos momentos también dejan incomunicada a buena parte de la población.