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En la recién concluida Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2025), Cuba consolidó un nuevo paso en su creciente cooperación agrícola con Rusia al oficializar un contrato de asociación destinado a reactivar la producción de arroz en la isla.
El acuerdo lo firmaron el Consorcio Ruso del Arroz y la empresa cubana Agroind S.A., y se ejecutará en áreas de la llanura sur de Sancti Spíritus, una de las zonas históricas del cultivo.
Nayibeth Bermúdez, cabeza del proyecto por la parte rusa, explicó que la iniciativa surge del interés de Moscú en apoyar la producción arrocera en Cuba.
Según publicó Cubadebate, en la isla persiste la experiencia técnica, pero faltan los recursos para reactivar tierras que fueron productivas en años anteriores.
Bermúdez calificó la colaboración como “un contrato de asociación económica internacional (…) dado el interés, muy bonito y humanitario del promotor ruso por ayudar a Cuba a alcanzar la soberanía alimentaria”.
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El proyecto muestra sus primeras concreciones: se han sembrado 600 hectáreas, que están siendo cosechadas actualmente en áreas de la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, en el municipio de La Sierpe.
Según se conoció, el grano se comercializará bajo la marca Campeche: “La intención es llegar a 10 mil hectáreas, con alto rendimiento”, aseguró Bermúdez.
El Consorcio Ruso del Arroz aporta insumos esenciales para lograr rendimientos superiores a seis toneladas por hectárea, mientras la parte cubana pone la infraestructura local, tierras y fuerza de trabajo.
La firma del acuerdo estuvo a cargo de Pavel Reyes Liubushkin, presidente del consorcio ruso, y Elizabeth Pagés Navarrete, representante de Agroind S.A.
Cooperación entre Rusia y Cuba en el sector agrícola
El ministro cubano de la Agricultura, Ydael Jesús Pérez Brito, participó en el acto de concertación del contrato y resaltó el compromiso con el que Cuba ejecutará estos proyectos, orientados a incrementar la producción nacional de alimentos en medio de la crisis alimentaria que atraviesa el país.
La alianza con Rusia forma parte de una estrategia más amplia para atraer colaboración extranjera en sectores productivos clave, en un momento en que el país busca revitalizar una agricultura estancada.
Según los firmantes y representantes involucrados, el proyecto posee “una gran perspectiva” y abre la puerta a expandir la producción en miles de hectáreas, combinando insumos rusos con la estructura productiva cubana.
Para las autoridades del sector, el acuerdo refleja una prioridad estratégica: elevar la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, en un escenario de necesidades crecientes y una fuerte crisis económica.
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