A Héctor Zumbado lo conocí por pura casualidad cuando una amiga me prestó hace algunos años dos de sus libros editados en décadas pasadas para que descubriera la vigencia del notable humorista. Leer sus textos escritos hace más de treinta años nos sitúa todavía hoy en la Cuba del peloteo, las incomodidades con la burocracia, el mal gusto y tanto más que pueda aparecer en la sociedad cubana.
Yo nací en 1984 y no tuve la oportunidad de leer sus Riflexiones (según él, venía a ser algo así como “tirar a dar” pero sonriendo) en Juventud Rebelde, donde fustigaba la burocracia o la chapucería. Después supe que el Amor a primer añejo que musicalizara genialmente Virulo era un texto suyo, y que El tipo que creía en el sol que magistralmente nos regalara otro inmenso del humorismo cubano, Carlos Ruiz de la Tejera, también lo había escrito él.
Tanta ha sido su grandeza dentro del humorismo cubano que fue el primero en recibir el Premio Nacional del Humor en el año 2000, antecediendo a dos gigantes como Alberto Luberta y Enrique Núñez Rodríguez, que lo compartirían un año después.
Por suerte pude redescubrirlo casi en su totalidad en la antología realizada por Antonio Berazaín, Un zoom a Zumbado, y también en ¡Aquí está Zumbado!, una selección de la obra del humorista corregida y editada por Ana María Muñoz Bachs y publicada bajo el sello de la Editorial Letras Cubanas. Ambas obras salieron a la luz en 2012 para homenajear al prolífico creador en su ochenta cumpleaños.
Tras partir, con 84 años, la obra de Zumbado queda sobre todo en términos de vocabulario, porque el maestro hizo aportes riquísimos a nuestra lengua.
Veamos, por ejemplo, el término de “prestiverbización”, también conocida como “vaselina verbal” o actitudes esquivas de los funcionarios. Sí, porque, según él, la vaselina es eso mismo: magia blanca, escamoteo, ilusionismo. El receptor de la vaselina intuye, siente, percibe, descubre, deduce, concluye y sabe, a ciencia cierta, que lo han vaselinado.
Por ahí andan también las Burocratiadas: “Juegos para desarrollar el deporte del burocratismo. De este se derivan los atletócratas que pueden competir en el tiro al cesto enviando con una mano cartas, informes, expedientes y otros documentos valiosos totalmente arrugados, mientras con la otra mano archivan, con mucho cuidado y en perfecto orden, actas, memos y circulares de absoluta inutilidad”. Es suyo también el término “guaguabol”, que es el deporte que se practica al montar en una guagua. Sin comentarios.
¿Y qué me dicen de la curdonaútica?
La parte, no de la Física, sino de las Ciencias Sociales que se ocupa de otro tipo de navegación, la cual es tan emocionante y arriesgada como las otras dos (cosmonáutica y aeronáutica). Los curdonautas vuelan, atraviesan, se deslizan, flotan, brincotean, y a veces surcan por esos espacios llamados bares, pilotos, roneras, tromponeras, cabarets, clubes nocturnos, kioscos y tiros de laguer o tiritos como también se les llama cariñosamente.
Suya también es la Harakrítica:
Una especie de síntesis folclórica del harakiri y la autocrítica. Es producto y resultado de Toshiro Mifune, la lectura superficial del marxismo y el instinto de conservación. Tiene un doble filo peligroso: el Haraplanche o Haratruene.
A su haber se cuenta una obra cargada de intertextualidad como el Discurso sobre el Fomento de la Churricultura en La Habana, haciendo alusión al Discurso sobre la Agricultura en La Habana y medios para fomentarla pronunciado por Francisco de Arango y Parreño a finales del siglo XVIII. O la de un texto referido a las erratas aparecidas en un libro de Argelio Santiesteban donde le plantea que puede mejorar el record de estas si pide que se imprima una hoja adjunta al libro que saldría bajo el sugestivo título de Fo de erratas.
Su definición de “narrafismo” puede resultar desconocida, pero está muy en boga. Es aquella de narración deportiva cargada de eufemismos, que produce un nuevo estilo narrativo. Y decía Zumbado que “el narrafismo es así, suave y cortés, sutil como el pétalo de rosa, aséptico como un guante blanco. El buen narrafista prefiere ser discreto y por eso no opina demasiado. Le gusta quedar bien”.
Zumbado aportó muchos términos como cagástrofe, sinflictivo, esnoboide, troqregramas, burocólogo… siempre con el fin de fustigar lo mal hecho. Es por eso que le zumba la muerte de Zumbado, porque siguen haciendo falta muchas riflexiones que denuncien la desidia en esta vida nuestra.
Este sí que era un fuera de serie. Las mejores cosas que he leído de humor en Cuba son de este hombre. Sus RIFLEXIONES eran sencillamente una joyita. Creo que no se le ha dado el lugar que realmente ocupa, ni su obra ha sido difundida lo suficiente. Ojalá remedien eso, porque a Zumbado si le zumba.
Día triste para la cultura cubana, ha muerto un grande. Además de lo q se nos dice en el artículo, con sus libros uno se divertía pero también aprendíamos muchísimo
conoci a zumbado en los 90, y me enseno una frase que decia asi ! gorbachov, perestroika, union sovietica, good bye!
Tuve la suerte de conocer a Zumbado , era un casi adolecente pero tuve la suerte ver algunas de las picardias de las que era capaz, el humor era su estilo de vida no era una profesion. Zumbado ya habia muerto para quienes disfrutaban de sus creaciones, la inmensa mayoria de los jovenes no supieron y muchos no saben quien es. Una lastima y un poco de bronca da que ahora se publique su muerte aunque por ahí sirve para quien no lo leyó, se interese lo busque, lo lea.
Yo sí pude leer todos sus libros a medida que fueron saliendo, solo me perdí el de Marchen soldados, o algo así, leí todas sus Riflexiones cada domingo en Juventud Rebelde y después en formato de libro. Durante muchos años su esencia quedó en el anonimato. Me he quedado con una de sus palabras y que uso mucho: Cagastrófico.
Cuba ha perdido fisicamente un patriota bueno, que deja una obra irrepetible, no era un critico de pacotilla buscador de fama y fanfarria en el seno de la farandula, era un cubano de a pie, de barrio, que tuvo el valor de decir verdades de los 70, los 80 y los 90 que lamentablemente aun nos afectan hoy. Zumbado es irrepetible, lo lei mucho y me rei mucho con él, practico el sentido correcto del humor, el latigo con cascabeles en la punta. Adelante , hace falta mas zumbaditos…
Se ha ido uno de los grandes. Mis condolencias para su familia y para ese otro grande, que sé debe estar dolido: Alejandro García (Virulo). Limonada, Riflexiones, obras geniales de este escritor que tuvo sus inicios en la publicidad… ya no habrá quien escriba de las croquetas duras como el acero y de las proezas (casi los doce trabajo de Hércules) para comprar cigarros…
De este señor lei solo limonadas,muy refrescante el libro ,tambien es el autor de ese pasaje tan comico que el maestro de la tejera hizo um clasico La guagua.,dicen q una vez lo asaltaron y lo dejaron muy lesionado,y q fue el resultado de una venganza d alguien ,nunca se puso quienes fueron lo Hp q lo hicieron