Víctor Manuel, un hombre triste

Para mi ver a Víctor era como ver a la Gitana Tropical y ver la Gitana era ver a Víctor.

Víctor Manuel (detalle). Foto: Ernesto Fernández

A Víctor Manuel lo vi varias veces en la tienda El Arte, donde revelaban mis fotos en colores. La última vez creo que fue a mediados del 57 o 58, fui a que me revelaran unas fotos que le había tomado a Lucho Gatica. Y digo la última vez, pues después de esa foto, Miguel Quevedo, director entonces de la revista Bohemia y dueño también, de Carteles y Vanidades llamó a su oficina a Carlos Fernández para felicitarlo por su buen trabajo de director artístico en Carteles y para decirle que le aumentaba el sueldo, por extensión a mí también me dieron un poquito más, pero con la condición de que no nos esforzáramos más pues  Carteles le estaba creando problemas de circulación a Bohemia. Entonces se acabaron para mí todas las grandes fotos y me quedé de ayudante de los fotógrafos y haciendo colaboraciones que me pagaban aparte, por lo tanto no fui más al El arte a revelar nada. Vi a Víctor Manuel muchas veces en aquella tienda cambiando cuadros por materiales y otras vendiendo su pintura de una forma que hace daño decirla.

Foto: Ernesto Fernández

Ya después del triunfo de la Revolución empezamos una amistad que la vorágine de la época no permitió continuar.

Vicente Baez Mitchel, administrador del periódico y de ediciones R, me dio una lista de artistas de la plástica para hacerle fotos para el libro Pintores cubanos.  Así volvimos a vernos, muchas veces lo visité en su estudio mientras pintaba y de nuevo fui testigo del abuso de los compradores. La cerveza escaseaba mucho y solo se vendía en los restaurantes. Por suerte para él, al restaurante que estaba debajo de su estudio le habían ordenado que le sirvieran dos cervezas diarias. Recuerdo que él se asomaba a la ventana y lanzaba un cordel con una jaba y por ahí las subía. Caminamos mucho por la calle Obispo.

Foto: Ernesto Fernández

Le hice algunas fotos. siempre estaba como ido y triste. Para mi ver a Víctor era como ver a la Gitana Tropical y ver la Gitana era ver a Víctor. Y he visto la pintura muchas veces, es de los cuadros que cuelgan en más hogares cubanos. 

Foto: Ernesto Fernández
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