Última actualización: 17 de enero 2023
La frontera sur de Estados Unidos fue cerrada este jueves al final de la mañana cuando, en un discurso a la nación, el presidente Biden presentó su nueva política para regular el ingreso de cubanos, nicaragüenses y haitianos.
El plan es el mismo que ya se aplicó a los venezolanos, y que ha frenado el 90 % del arribo de migrantes del país sudamericano desde mediados de octubre.
Quienes deseen irse a Estados Unidos deben disponer de un patrocinador que se responsabilice por ellos durante la estancia en el país, evidenciar antecedentes penales limpios y someterse a una verificación.
Simultáneamente, el programa permitirá que hasta 30 mil personas de esos países entren por vía aérea cada mes, aseguró Biden.
La frontera sur de Estados Unidos estaría vedada a los cubanos próximamente
El plan forma parte de un esfuerzo más amplio para disuadir a un número récord de inmigrantes que cruzan la frontera, y va enfilado a hacerle frente a uno de los mayores retos políticos y humanitarios que ha asediado a Biden desde que asumió el cargo en enero de 2021.
“Este nuevo proceso es ordenado, seguro y humano“, dijo. Y agregó un mensaje alto y claro a los posibles inmigrantes de Cuba, Nicaragua y Haití: “No se presenten en la frontera“.
“Estas acciones por sí solas no van a arreglar todo nuestro sistema de inmigración“, dijo, pero podrían “ayudar mucho“.
Quienes estén en Estados Unidos y hayan ingresado clandestinamente serán expulsados rápidamente a México. El presidente Manuel López Obrador manifestó su disposición a recibir hasta 30 mil migrantes de los cuatro países, una postura única en la política exterior mexicana, cuyos mandatarios históricamente han visto los problemas de la frontera como un asunto estadounidense.
“Reforzar“ la frontera con México será un tema central en la reunión de la próxima semana con su homólogo mexicano.
“Hoy mi administración está tomando varias medidas para endurecer la aplicación de la ley en los casos de quienes intentan venir sin derecho legal a quedarse“, dijo Biden desde la Casa Blanca.
En los últimos tiempos miles de personas han venido emigrando informalmente de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela. Actualmente estos países representan la mayoría de las personas que viajan a México para tratar de comenzar una nueva vida e intentar cruzar al otro lado. Pero, apuntó Biden, en lugar de un proceso seguro y ordenado en la frontera, tenemos “un sistema fragmentado que, simplemente, no funciona como debería“.
Reconoció: “no tenemos suficientes funcionarios o personal de asilo para determinar si las personas califican. Hay un estándar que tenemos que cumplir. No tenemos suficientes jueces de inmigración para determinar los reclamos de los inmigrantes“.
Y dejó claro un punto: “A partir de hoy, si no presenta la solicitud a través del proceso legal, nadie será elegible para este nuevo programa”.
Y dijo más: “si su solicitud es denegada o si intenta cruzar ilegalmente a los Estados Unidos, no se le permitirá ingresar”.
Horas después, el secretario de Seguridad Nacional, el cubanoamericano Alejandro Mayorkas, ractificó lo anunciado por Biden. Dijo: “déjenme ser claro: Título 42 o no, la frontera no está abierta. Continuaremos haciendo cumplir plenamente nuestras leyes de inmigración de manera segura, ordenada y humana. Las personas sin una base legal para permanecer en Estados Unidos estarán sujetas a una pronta expulsión“.
Grupos de derechos de los migrantes y algunos demócratas han criticado a Biden por las expulsiones que, alegan, contradicen su promesa de campaña de 2020, en particular enviarlos a México, lo cual los expone a riesgos como secuestro y agresión.