Los cubanos que se encuentran diseminados por Centroamérica y México con la intención de lograr una entrada o asilo político en Estados Unidos parecen no tener otra alternativa, a corto plazo, que buscar oportunidades en otros horizontes. Washington les ha cerrado las puertas en la frontera.
“La frontera está cerrada. No se dejará pasar a nadie”, así de diáfano se manifestó en su segunda rueda de prensa en una semana, el cubano-americano Mauricio Claver-Carone, asesor especial del presidente Donald Trump.
El funcionario volvió a comparecer ante los medios para seguir aclarando dudas sobre los acuerdos recientemente firmados entre su país, Honduras, El Salvador y Guatemala, y cómo se está desarrollando su implementación. En la rueda de prensa de la semana pasada, Claver-Carone se explayó únicamente sobre la situación de los centroamericanos retenidos en la frontera con México.
Pero este martes, dos medios de prensa del sur de Florida lograron arrancarle algo, aunque no mucho. OnCuba quiso saber cuántos cubanos se encuentran concentrados en la frontera, cuál son las oportunidades de los que permanecen en Centroamérica y cuándo serán liberados aquellos detenidos en cárceles de inmigración dentro de Estados Unidos.
El funcionario de la administración se fue por la tangente. “Hemos estado trabajando con los países amigos de Centroamérica y México por el flujo de cubanos en esos países. Nuestra prioridad hacia los cubanos que están en Centroamérica y en México es, obviamente, que ya no están perseguidos en Cuba. (Pero también), la situación política en Cuba sigue siendo de persecución política bajo normas internacionales”, afirmó el asesor especial del mandatario estadounidense.
Y en relación a los cubanos, precisó: “Estados Unidos no es el único sitio donde estarían seguros. Pensamos que estarían seguros tanto en Honduras, Guatemala, El Salvador o México, por lo cual nuestro principal interés con los cubanos es que estén seguros, que no sean perseguidos por el régimen, por la dictadura en Cuba y sentimos que en estos países de tránsito podrían pedir asilo (en Estados Unidos)”.
El asilo, un proceso que podrá tardar meses y hasta años, deberá ser pedido en las embajadas estadounidenses en esos países y por eso el acuerdo de “países seguros” se supone que garantice la permanencia de los cubanos mientras se desarrolla el proceso. No está claro, sin embargo, cuál será su futuro si Estados Unidos les niega el asilo y no les abre la frontera. ¿Podrán quedarse en esos países?
Claver-Carone tampoco abordó otra duda que navega entre los cubanos que no quieren regresar a la isla y permanecen en varios países no incluidos en el acuerdo centroamericano.
No está claro si un cubano en Brasil, Venezuela u otro país sudamericano podrá tramitar el asilo en las embajadas estadounidenses en esos países o tendrá que viajar a alguno de Centroamérica. Lo mismo sucede con aquellos que se encuentren en África, Asia o Europa.
Una fuente del Departamento de Estado fue inusualmente franca al comentar el asunto. “Lo más probable es que en una embajada que no sea centroamericana le digan que deben consultar con Washington y eso puede durar meses sino años”, dijo.
Por su lado, el canal de televisión de Miami, América TV se interesó por eventuales negociaciones con el gobierno cubano en relación al retorno de ciudadanos sujetos a un proceso de deportación. Unos 800 han sido deportados en los últimos meses. Cerca de 39,000 tienen ya órdenes de expulsión de Estados Unidos.
“Desafortunadamente, actualmente el gobierno cubano y, francamente, (también) anterior al proceso, entre comillas, de normalización, no ha querido aceptar a personas que deben ser devueltas, por las razones que sean. No hemos visto ningún cambio de actitud por parte del gobierno cubano, sea en el proceso anterior o sea en el proceso ahora en el cual obviamente, por otras razones geopolíticas, estamos endureciendo nuestra política hacia el régimen cubano”, dijo Claver-Carone.
El funcionario se refería al proceso de deshielo bilateral promovido por el presidente Barack Obama, y no respondió a otra pregunta muy precisa sobre si la falta de comunicación actual entre los dos países se debe a la iniciativa de la administración Trump de cerrar la generalidad de las operaciones de la embajada en La Habana.
La rueda de prensa dejó claro que los cubanos, si tenían esperanza de ser atendidos por el aumento de las sanciones norteamericanas contra el gobierno cubano, han sido abandonados a su suerte.
OnCuba contactó las oficinas de cuatro congresistas y senadores cubano americanos, que reciben diariamente pedidos de ayuda de familiares e electores preocupados con los suyos. Ninguno ha respondido. También contactó a cuatro organizaciones del exilio y solo dos prometieron una respuesta para “más tarde”. Al cierre, ninguna había respondido.