El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha dado pasos para poner fin a un acuerdo que permite a los peloteros cubanos firmar contratos directamente con organizaciones de las Grandes Ligas y que fue celebrado como histórico por ambas partes.
El cambio anunciado este lunes busca restablecer el requisito de que los deportistas de la Isla deben cortar los nexos con la Federación Cubana antes de llegar a las Mayores.
El Departamento del Tesoro envió el viernes una carta a los abogados de las Grandes Ligas, y les notificó que se revertía la regla fijada durante el gobierno del expresidente Barack Obama, la cual permitía que la MLB pagara a la Federación Cubana de Béisbol una tarifa de liberación, equivalente a un porcentaje de la bonificación que obtuviera cada pelotero cubano por la firma de su contrato.
La carta fue divulgada el lunes por la tarde. Ni la MLB ni la Federación Cubana habían confirmado oficialmente la suspensión.
“Las Grandes Ligas han informado de los peligros de comerciar con Cuba’’, informó a NBC News un alto funcionario del gobierno, citado a su vez por el Nuevo Herald.
Al impedir los pagos, el acuerdo sería aparentemente imposible de llevar a la práctica. Como parte del mismo, la Federación Cubana había accedido a liberar a todos los peloteros de 25 años o más, que cuenten al menos con seis años de experiencia profesional. Además, recientemente liberó a 34 jóvenes peloteros, como aficionados, para su posible contratación por clubes de las Grandes Ligas.
Sin embargo, desde el anuncio del convenio, varios políticos contrarios al acercamiento con La Habana, como el senador republicano, Marco Rubio, se opusieron al mismo y advirtieron que emprenderían acciones para revertirlo.
Incluso el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton aseguró que Cuba pretendía “utilizar sus jugadores de béisbol como peones económicos, vendiendo sus derechos a las Grandes Ligas” y se opuso a que “el Pasatiempo Nacional de Estados Unidos” sirviera para lo que calificó “el apoyo del régimen cubano a Maduro en Venezuela”.
El respaldo de La Habana a Caracas es el actual argumento de la Casa Blanca para imponer nuevas medidas contra la Isla y parece ser también un motivo declarado para este nuevo “frenazo” de la administración Trump, una noticia que ha encontrado rápido eco en medios de prensa estadounidenses.
El diario The Washington Post afirmó que estos cambios son parte de un esfuerzo más amplio para presionar a Cuba en relación con Venezuela.
El convenio entre Cuba y las Grandes Ligas se materializó después de tres años de negociación, y asegura una relación de colaboración, estable y no politizada, entre ambas partes. Busca frenar el tráfico de personas que durante varios años ha puesto en riesgo la vida de muchos peloteros cubanos, en especial jóvenes talentos, y aplica también para los jugadores de la Isla que emigraron y se hayan reinsertado en el sistema competitivo de Cuba tras su regreso.
En términos generales, sus cláusulas son similares a las establecidas por la MLB con otras ligas foráneas como la japonesa y la coreana. Según las mismas, los jugadores podían recibir el 100% del bono por firmar, mientras que los clubes de la MLB pagarían un 25% adicional a la Federación Cubana como una tarifa de liberación.
De ser finalmente revertido, todo lo anterior quedaría en letra muerta.
En una de las primeras reacciones, James Williams, presidente de Engage Cuba afirmó que la cancelación del convenio “expone a los jugadores cubanos a abusos contra los derechos humanos” y dijo que se trata de “un acto cínico, cruel y gratuito” que apunta a apaciguar a quienes se encuentran “empeñados en continuar una política fallida de aislamiento de 60 años”.
“Los jugadores cubanos y sus familias tenían motivos de esperanza en este acuerdo; que ahora se ha extinguido. Se merecen algo mejor”, agregó James, para quien “deshacer este trato no es una victoria para Estados Unidos. No es una victoria para el pueblo cubano. Es solo una victoria para los de línea dura de intereses especiales en la Florida y para los traficantes de personas y extorsionadores”.
AP / OnCuba
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