Ofrecemos la segunda parte de la entrevista a Maikel Colón Pichardo, hijo de Malena y nieto de Zaida, cubano negro nacido en Guantánamo y criado en La Habana. Maikel es Licenciado en Historia por la Universidad de la Habana (2008), Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Autónoma de Barcelona (2013) y también Doctor en Filología (2021) por esta universidad catalana. Es autor del libro ¿Es fácil ser hombre y difícil ser negro? Masculinidad y estereotipos raciales en Cuba (1898-1912), por el que recibió en el 2014 el Premio “Calendario”, de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Ha sido autor de sistemáticas publicaciones en revistas científicas y blogs. Amante de los deportes, del barrio y su gente, y de sus amigos, tengo el placer de acercarme a su historia de vida.
Siendo un investigador cubano negro ¿Cómo fue el proceso de insertarte profesional y académicamente fuera de la Isla, cuál era tu percepción del asunto?
Yo en Cuba tenía varios referentes, como Roberto Zurbano, Alberto Abreu, Daysi Rubiera, Georgina Herrera por ponerte algunos ejemplos. Pero claro los conocí ya en un momento de su carrera donde se habían logrado establecer, no durante el proceso por el que tuvieron que pasar para llegar al punto en el que estaban en el momento en que llegaron a mi vida (…) Pero siendo sincero, dentro de mi círculo de amigos del mundo académico así como el de la infancia (…) ese tipo de proyecciones no la veían a su alcance. Uno de mis grandes amigos, que lo conocí en el servicio militar (…) siempre me decía: ¡los negros no solemos pensar o proyectarse como tú te estás proyectando!
¿Es decir que podrían existir intereses de salir de Cuba, de experimentar en otros contextos pero no predominaba la idea de que fuera por la vía profesional, académica?
¡Para nada! la mayoría de mis amigos del barrio, o de algunos en la universidad, la alternativa era encontrar la yuma o el yuma de su vida que lo sacara del país. Y aunque era una opción, yo tenía otro proyecto. Alguno que otro me veía como un loco: ¿pero tú crees que puedas salir de esa manera?
Cuándo me hablas de tus amigos/as ¿te refieres en personas negras, mestizas?
Sí, hablo de personas negras y mestizas.
Entonces, en la percepción o el imaginario no se veía como posibilidad lograr eso a partir del estudio.
Probablemente sí. Casi ninguno lo veía a su alcance, incluso estando dentro de ámbito universitario. Los imaginarios condicionan, y ello trae consigo la sugestión de saber que tienes méritos, para trazar tu propio proyecto.
Y quizás muchos de ellas, de ellos tienen méritos…
Si, el potencial ya te digo yo que lo tienen, pero era algo que no tenían interiorizado.
¿Notaste esa diferencia para asumir un proyecto migratorio entre personas negras o mestizas y blancas?
Sí, totalmente (…) en cierto modo algunos sí es verdad que por condiciones familiares o por redes familiares ya tenían como que el camino allanado, ya sabían que se iban a ir porque lo iban a reclamar etc., etc. Pero otros se proyectaron también a partir de sus propios proyectos, también a partir de trabajar con instituciones cubanas en este caso cuando estaban en la universidad, hay generalmente gente que se va a trabajar en el servicio diplomático que se proyecta en ese sentido, (…) hay una diferencia sustancial (…).
¿Cómo fue la experiencia de llegar a España y ser un hombre negro cubano estudiando en una de las mejores universidades de España y dentro del ranking de las mejores universidades de Europa?
“(…) yo estando en un evento en México en el 2011 me entero de que me habían aceptado en esta beca para venir a España, al mismo tiempo logro aprobar para una maestría en Flacso-Ecuador. Tuve que decidir entre venir a estudiar a España o ir a Ecuador, que realmente tiene un programa académico muy bueno, incluso mejor que el del máster de aquí en España. Ahora, las condiciones económicas de las becas eran muy diferentes, (…) en cuanto a pago de la matrícula, billete de avión, etc., y buscando ese equilibrio me decanté por la beca para estudiar en Barcelona.
¿En Cuba, no tenías algún dinero ahorrado, tu familia no pudo apoyarte económicamente?
La cuantía económica de la beca cubría casi todo, pero había trámites que tenía que pagar en Cuba, así como pagarme el vuelo y cuando llegara a España el programa de la beca (MAEC-AECID) me lo reembolsaba. Yo realmente hice un crowdfunding (…) envié un email a los amigos más cercanos que tenía, explicando que tenía la posibilidad de salir, activé una cuenta que se podía crear en Cuba, para girar dinero del exterior, y ahí cada uno aportó lo que pudo. Entre el dinero que me llegó por esa vía, y el que aportaron algunos amigos dentro de Cuba, y la venta de una computadora que me habían regalado, así como parte de mi ropa, obtuve de a poco el dinero para los trámites de visado y certificación de títulos en Cuba, además de comprar el billete de vuelo para ir a Barcelona.
Maikel, en el tránsito por ese camino estudiantil, profesional ¿tu familia te ha apoyado, tu familia no es de las que te dicen que: ¡eso no es para ti, ese no es tu lugar! ¿cuál ha sido el papel de la familia en todos estos años?
No tengo una familia muy grande porque la mayoría de mis vínculos sanguíneos están en Guantánamo, también soy de padre ausente. Pero mi abuela y mi madre fueron un pilar importante en ese proceso.
¿Qué hace tu mamá?
Mi mamá es licenciada en educación preescolar.
¿Todavía trabaja?
Sí, trabaja en un círculo infantil. Toda su vida profesional ha trabajado como maestra de educación preescolar.
Entonces en la familia la idea ha sido: ¡Inténtalo, sigue adelante!
Mi madre y mi abuela siempre abogaron porque yo entrara a estudiar en la universidad. Nunca estuvieron muy a favor de que me dedicara al deporte, mi madre siempre decía que tenía potencialidades para hacer otra cosa que no fuera jugar baloncesto. Yo le respondía que parecía algo simple pero que para jugar baloncesto y ser un deportista profesional había que tener potencialidades, inteligencia, estrategias. Ellas no fueron muy proactivas mientras estuve en el mundo del deporte, lo fueron más ya cuando entré a la universidad. Pero tanto en el deporte como en la universidad siempre tuve apoyo de ambas. Mi tía también jugó un papel importante.
¿Cómo ha sido tu vida en España? ¿Cuáles fueron los desafíos que se te plantearon cuando llegaste?
Enriquecedor en todas las cuestiones, pero el desafío más grande fue intentar insertarme dentro del mundo académico. Es cierto que el handicap de ser negro está presente, yo he visto muy pocos profesores negros en las universidades de España que he visitado.
¿Menos que en las universidades cubanas?
Sí, mucho menos que en las universidades cubanas. En los años que yo hice el Máster vi solo uno, es verdad que sí hay profesores latinoamericanos, profesores chilenos, profesores argentinos, pero claro son profesores que los reconocen como blancos, ellos se reconocen como blanco, salvo excepciones, pero se identifican como blancos. Yo creo que ese ha sido el reto.
Mis dos primeros años aquí en Barcelona fueron con beca de estudio, solo me dedicaba a estudiar y a aprovechar ese momento para nutrirme de la bibliografía que no teníamos en Cuba. Conocer la ciudad, viajar dentro de Europa, fue como una etapa más light. Cuando ya se acabó el máster, fue otra etapa en la que perdí mi residencia de estudiante, ¿cómo iba a cambiar ese estatus para poder trabajar?, entonces fue como el segundo reto, cambiar el estatus migratorio.
En esta etapa todo lo relacionado con el mundo académico pasa a ser una especie de hobby. Yo tuve que trabajar en muchas otras cosas que eran las que me pagaban la factura. Trabajé muchos años en el aeropuerto de Barcelona.
La vida como investigador en esos 3 años entre que culminé la Maestría y comencé el Doctorado, se mantuvo activa a través de las redes de contacto que hice cuando estudiaba el máster, entonces siempre había como una ventana a un congreso, a una publicación. Además, mantuve mi vínculo académico y profesional investigadores en Cuba, con Julio César González Pagés, con Tomás Fernández Robaina, ambos forman parte de mi familia, entre muchos otros. Yo nunca renuncié, para nada, incluso salieron publicaciones, proyectos, charlas, alguna que otra clase junto a alguna amiga en la universidad que le interesaba que hablara sobre un tema de Cuba.
Después comenzaste el doctorado, que duró cinco años…
Sí efectivamente y gracias a varios apoyos, fundamentalmente el soporte de mi pareja Franchesca, pude salir adelante. Y dada la situación, mantuve el doctorado, pero tenía que trabajar al unísono, en media jornada de trabajo. Fue un doble reto, porque además mi tutora era profesora del departamento de filología española de la Universidad Autónoma de Barcelona, la profesora Beatriz Ferrús, a la cual le estoy muy agradecido. Y ese fue otro reto, asumir el tener que desarrollar el doctorado en filología.
¿Tuviste que moverte del área de historia hacia la filología?
Exacto, pero afortunadamente gracias a Beatriz, y a una de mis grandes amigas Fernanda Bustamante, también profesora en el ámbito de la filología, ese tránsito fue mucho más fácil. Fue un proceso de mucho aprendizaje.
Yo creo que en todo lo que me cuentas hay una pedagogía del cómo hacer y de cómo ser un hombre negro que asume su identidad, que se esfuerza en seguir adelante, mantener sus proyectos, para luchar y resistir en diferentes contextos. ¿Qué crees que necesita una persona negra cubana que se desenvuelve en el mundo académico para insertarse en ese mundo fuera de Cuba?
Probablemente es un conjunto de cosas, pero es muy importante mantener el interés por el trabajo y seguir aprendiendo de eso. Por supuesto, también cuenta el apoyo de mucha gente, que he conocido en esta etapa de mi vida. Seguir interactuando, generando conocimiento, compartiendo conocimientos sobre esa temática. Luego por otro lado también vas madurando, y vas asumiendo más tu identidad como negro. Porque aquí en España casi siempre te asumen como cubano, y sí, soy cubano, pero hay otras dinámicas dentro del mundo cubano que te indican que eres cubano y también eres negro. Lo que pasa es que la experiencia en ese sentido en España siempre tiene sus matices porque los españoles, al menos los del entorno donde he interactuado, identifican como negros a los/las africanos/as. Yo soy cubano, ciertamente soy negro, pero soy cubano, y eso lo notas cuando vas a hacer un trámite administrativo, puedo parecer un africano, según mi físico, o quizás un dominicano, luego cuando dices que eres cubano como que el chip cambia…
¿Cambia el chip favorablemente?
Sí, favorablemente, en el contexto europeo una vez que eres negro, pero identifican que no eres africano, el chip cambia favorablemente. Desafortunadamente, es una realidad que he percibido.
¿Para ti ha sido importante mantener tu perspectiva racial, tu identificación racial?
Sí, en todo este proceso que te he contado tan rápidamente, justamente esa perspectiva fue la que me ayudó realmente a empoderarme, a auto reafirmarme cada vez más. Un proceso que ya venía viviendo y reafirmando desde Cuba.
¿Pero si puede resultar negativo en España que te reconozcan como persona de origen africano porque tú mantienes la idea de auto afirmarte como negro?
Yo creo que eso también tiene que ver con esa validación de tu identidad, el hecho de que de una manera u otra en diferentes circunstancias la gente solo te asume como cubano, yo siempre digo: ¡Bueno eso es un problema tuyo, yo soy cubano y soy negro, y no tengo ningún problema con eso!
¿Al reconocerte como negro entre cubanos blancos en España eso causa algún tipo de molestia, algún tipo de incomodidad?
Tampoco es que en mi entorno haya muchos cubanos, y los pocos cubanos que hay en mi entorno son negros igual que yo….
¿Pero hay consenso entre esos cubanos de asumirse como negros?
En algunos casos sí, digamos que entre los amigos más cercanos que he hecho aquí en la emigración. En otros no, en otros casos nos identificamos por el hecho de que somos cubanos, etc. Sin embargo, he conocido cubanos que cuando conocen mi faceta como estudioso de estos temas me han confesado que en Cuba nunca se asumieron ni como negros, ni como mestizos porque a simple vista se asumían como blancos.
¿Cuáles son tus proyectos, a corto y mediano plazo?
Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto web, como editor, que no está directamente relacionado con el mundo académico, pero paga las facturas, y es un trabajo del que aprendes pues la función de editor es bastante compleja. Trabajo también en mi segundo libro, que forma parte de mi tesis doctoral, es el proyecto académico más inmediato que tengo ahora. Estoy también vinculado a dos proyectos de publicación con la editorial Hypermedia, las dos propuestas están vinculadas con los resultados de mi tesis doctoral.
Yo tomé como base de mi investigación la obra del escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez, trabajé también el tema de las masculinidades y hago hincapié en esa diferenciación a la hora de pensar un hombre negro y un hombre mulato, cuáles son las diferencias y los matices que se dan dentro de la dinámica de la sociedad cubana.
¿Es importante estudiar para una persona negra, es importante no dejar de persistir en esos caminos profesionales, académicos?
Yo pienso que sí, siempre y cuando te interese, debes tener interés en ello, más allá de capacidades y el tema de si puedes o no puedes, si te interesa y tú sientes que puedes, por supuesto que tienes que hacerlo, no debes tener ninguna limitación al respecto. Pero yo creo también que si tú como negro, más allá del estereotipo, quieres ser deportista, pelotero, y es algo que te gusta pues sé pelotero. Tú tienes que ser lo que tú quieras hacer y no tiene que existir ni por parte de la sociedad ni por parte de personas en concreto que tengan que condicionarte en que seas una cosa u otra, debes luchar por hacer lo que te motive.
Creo que eres un ejemplo, no solo para las personas que nos identificamos como negras en Cuba, sino para cualquier cubano o cubana de esos guerreros/as cotidianos que tenemos en nuestros barrios, en nuestras calles. Deseo agradecerte que nos hayas contado un poco de tu historia de vida.
Gracias por pensar en mí Maikel, por la invitación y ojalá mi experiencia de vida les sirva a muchos otros jóvenes cubanos negros que están en Cuba, viviendo situaciones probablemente más complejas de las que yo viví. Que les sirva para plantearse un proyecto bien como académico, como pelotero, como contador, en lo que sientan que tienes deseos, voluntades y tienen la capacidad para hacerlo, pues que lo lleven adelante.