Con la terrible realidad de que el Covid-19 sigue su lento y aplastante caminar por Florida, las pruebas de detección se encuentran muy rezagadas,. El gobernador Ron DeSantis ha decidido autorizar que las farmacias, con personal licenciado para ejercer la medicina, también las lleven a cabo. Actualmente solo se hacen en hospitales, médicos al servicio de los bomberos y clínicas de barrio.
“Si involucramos a las farmacias en esto será mucho más fácil. La idea es que las personas que se sientan contaminadas puedan acudir rápidamente a las farmacias de sus barrios y obtener una respuesta en pocas horas”, afirmó el gobernador. Hasta el momento, en un estado con 19 millones de habitantes apenas 320,984 han sido sometidos a las pruebas: 133,500 en el sur de Florida. Solo el viernes pasado unas 21,000 se presentaron a las pruebas, el mayor número en un día desde que comenzaron a hacerse un mes atrás.
Pero algunos especialistas estiman que en el estado la cifra puede ser más alta. Muchos de los contaminados no fueron sometidos a las pruebas de detección y su fallecimiento no tiene aún una causa oficial.
Este lunes, la cifra de casos confirmados asciende a 32,138 en Florida, con 1,088 decesos. En Miami-Dade el total de casos alcanza 11,570; hubo 302 muertos. Desde el jueves hasta el domingo, los tres principales condados del sur de Florida –Miami-Dade, Broward y Palm Beach– tuvieron 604 muertos, un aumento de 33, informó el Departamento estatal de salud. Esto llevó a las autoridades a considerar la zona como el epicentro de la pandemia en Florida, principalmente el área metropolitana de Miami.
Por ello, tras varias semanas de urgir a ciudades y alcaldes empezar a crear condiciones para reabrir las actividades comerciales y laborales a inicios de mayo, DeSantis ha comenzado a reconsiderar su postura. El domingo aseguró en una visita al sur de Florida que “comenzaremos a reabrir Florida con un paso muy pequeño”.
“Estamos estudiando todo ángulo posible de esta realidad con un grupo de médicos en el marco de una discusión muy profunda y sólida. Uno de los pasos seria la reanudación de las operación quirúrgicas no urgentes, que fueron suspendidas, una vez que el 47% de las camas en los hospitales se encuentran vacías, una capacidad mucho mayor de la existente antes de la pandemia”, precisó al revelar que el número de pacientes en las unidades de cuidado intensivos ha disminuido.
De todos modos, “la primera etapa de la reapertura de actividades será un muy despacio. En este momento no tengo ninguna prisa”.
DeSantis dejó claro que negocios como bares, cines y establecimientos que quieran recibir a los clientes en su interior, aunque controlados, no serán autorizados. Sin embargo, los restaurantes — ahora solo sirven para la calle–, pudieran ser autorizados a admitir clientes, pero en ciertas cantidades y manteniéndolos a cierta distancia entre ellos. “Me han sugerido que los restaurantes sirvan comida en mesas al aire libre. Queremos quitar un poco de gente que está acudiendo a los supermercados. La realidad es que estamos mucho mejor al aire libre que en un ambiente cerrado. Es la realidad de los hechos”, puntualizó.
En relación con los eventos deportivos, el gobernador adelantó que estaba pensando permitirlos, pero a puertas cerradas, de modo que el público pueda presenciarlos por televisión. “Por ahora no habrá eventos deportivos públicos, pase lo que pase, por lo menos hasta fines de mayo. Es lo que podemos hacer por ahora, hay que ser cautelosos porque no queremos provocar una segunda ola que agrave aún más la situación”, afirmó.
El alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Giménez, que nunca se adhirió a un toque de queda pero cerró bares, restaurantes y eventos deportivos, ha dicho que también quiere volver a la normalidad, secundando a DeSantis. Pero los alcaldes de Miami-Beach, Miami, Hialeah, Doral y otras ciudades de Miami-Dade han manifestado que la actual situación sanitaria requiere extrema prudencia. En Miami-Beach las playas van a permanecer cerradas por lo menos hasta junio, junto a restaurantes y cines. Si acaso, se abrirán los parques públicos, como ya han abierto las alamedas fronterizas con las playas solamente, para que las personas puedan hacer ejercicios. El toque de queda 11 pm a 5 am sigue vigente.
Según el doctor Wael Barsoum, director del Cleveland Clinic Florida, la única instalación dedicada a recibir a pacientes de la pandemia, “sin duda alguna, es aún muy temprano en esta situación en que nos encontramos para reabrir muchas actividades públicas. Todavía no hemos ganado, no podemos cantar victoria. Los estudios clínicos avanzan y las estrategias de tratamiento evolucionan constantemente, lo que nos da grandes esperanzas para seguir adelante”.