La remontada de la pandemia de la Covid-19 en Florida parece ser el cuento de nunca acabar. Este miércoles se llegó a la cifra más alta en términos absolutos: 5,508 nuevos casos, 2,222 más que el día anterior, con lo cual el estado eleva el guarismo a 109,014.
“Esta realidad apunta hacia dos alternativas. O el coronavirus está llegando a su segunda ola y la reapertura económica y social ha contribuido a ello. O las autoridades políticas no tienen ninguna fuerza para proteger a la población de una enfermedad casi desconocida y muy, pero muy seria”, así de diáfano le dice a OnCuba el epidemiólogo Jesús de Armas.
Cuando habla de fuerza para imponer el cumplimiento de las medidas de protección, de Armas se refiere al hecho de que la policía no logra controlar las actividades de los más jóvenes en las calles. Aunque el uso de la máscara es obligatorio, todavía muchos jóvenes no la llevan ni en las calles abarrotadas, como sucede en Miami Beach. El alcalde del condado, Carlos Giménez, advirtió el martes por la noche de que iba a ser muy duro, pero no se refirió a una medida particularmente disuasoria, como hicieron las autoridades del condado Broward, al norte de Miami, que hoy miércoles anunciaron multas de 15,000 dólares a quien sea atrapado en la calle sin máscara puesta.
El nuevo récord de casos en Florida, en general, ocurre paralelamente al del condado Miami-Dade, que tiene sus cifras particulares. Esto es, 957 casos nuevos, 374 más que el martes, un tercio superior, para un total de 27,779 desde inicios de marzo.
Lo anterior se debe también al incremento de las pruebas de detección, que arrojaron un aumento del 25% de enfermos, 15% más de lo admitido por el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para mantener el confinamiento en las casas y el cierre de las actividades comerciales.
Pero a cinco meses de las elecciones, los políticos se resisten a volver a los encierros porque al menos en el condado Miami-Dade los comicios este año se caracterizan por un movimiento total de las responsabilidades. Por ejemplo, el alcalde Giménez concluye su término y aspira a congresista federal. Por lo menos tres concejales van a competir por la alcaldía. Igual número de candidatos quieren ser electos para esos puestos y hasta en la junta escolar habrá dos elecciones.
“Es absolutamente chocante que para hacer política de todas formas a los políticos no les importe la salud pública”, enfatiza De Armas.
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