La llamada “Fiebre de Oropouche” ha seguido expandiéndose por Cuba desde su detección en Santiago el pasado mayo.
Tras la provincia oriental, donde desde hacía semanas se reportaba un creciente número de enfermos, la presencia del virus fue confirmada en municipios de Cienfuegos y Mayabeque. Y ahora llegó el turno de Villa Clara.
El gobierno de esa provincia informó en sus redes que los primeros pacientes con dicha enfermedad en la provincia se detectaron en la zona de San Juan de los Yeras, en el sureño municipio de Ranchuelo.
La noticia la confirmó el Dr. Neil Reyes Miranda, director provincial de de Higiene y Epidemiología en Villa Clara, según el cual “el sistema de vigilancia activado y el control de foco facilitó detectar la presencia del mosquito Culex quinquefasciatus, especie que en Cuba trasmite la afección viral”.
Ante la presencia de la “Fiebre de Oropouche” las autoridades sanitarias reiteraron la importancia del “saneamiento ambiental en cada comunidad, como evitar basureros y charcas donde el referido vector o el Aedes Aeyipti transmisor del dengue y de otras arbovirosis puedan reproducirse”.
También consideraron “vital” tapar “el tubo respirador de las fosas con una malla o tela de mosquitero”, pues, dijeron, “constituye el mayor criadero del Culex“.
Casos febriles en alza
Aunque oficialmente la “Fiebre de Oropouche” ha sido detectada solo en algunas provincias cubanas, por estos días son varios los territorios que reportan numerosos casos febriles, que pudieran estar relacionados con esta y otras enfermedades en alza, como el dengue.
Esta semana el Dr. Carlos Ruiz Santos, director de Higiene, Epidemiología y Microbiología en Sancti Spíritus, si bien explicó que “hasta ahora” los pacientes confirmados por el IPK son de dengue y no de Oropouche” advirtió que ello “no indica que no existan personas enfermas porque se ha reportado la presencia del vector y hay posibilidades reales de que el virus esté circulando”.
En declaraciones al periódico Escambray, el especialista dijo que “existe una situación ambiental compleja” y reconoció “un alza del número de casos febriles” —alrededor de 500 en los últimos siete días— a los cuales “se les mantiene bajo vigilancia médico-epidemiológica”.
En otras provincias como Guantánamo y La Habana también se han registrado enfermos con fiebre, dolores articulares, vómitos y otros síntomas que se presentan en esta enfermedad y también en el dengue, aunque no se ha oficializado la presencia del virus de Oropuche en ellas.
Hasta el momento, las autoridades sanitarias del país han dicho que “no se han reportado casos graves, críticos, ni fallecidos”, en los lugares en que la enfermedad ha sido confirmada.
Según la información difundida tras la detección de la Fiebre de Oropouche, su cuadro clínico es “leve” —aunque algunos reportes en las redes refieren una mayor fuerza y duración en enfermos cubanos—, y está precedido por un periodo de incubación de 5 a 7 días.
Los expertos avisan que no existe un tratamiento específico para la enfermedad, solo medidas generales para aliviar los síntomas, apunta el aviso sanitario.
Los reportes de casos de la “Fiebre de Oropouche” en Cuba ocurren en momentos en que a isla atraviesa una severa crisis económica y su población es golpeada por el déficit y encarecimiento de productos básicos, como alimentos y medicinas, por continuos apagones, y por carencias y dificultades derivadas de la crisis en las instituciones médicas.
Todo ello, unido a las afectaciones en la higiene pública por el falta de equipos y combustible, las roturas y salideros de instalaciones hidráulicas, la habitual movilidad de muchas personas en el país, y la llegada de la lluvias y la temporada veraniega, hace que las condiciones sean propicias para un incremento de la infestación de mosquitos y, en consecuencia, de las arbovirosis.