El presidente cubano Miguel Díaz-Canel aseguró este sábado ante la Asamblea Nacional que, aunque existe mucho por resolver en la Isla, “lo más apremiante es el ordenamiento monetario”.
“Nadie puede calcular, ni el más sabio de los sabios, el elevado costo que ha significado para el sector estatal la dualidad monetaria”, dijo el mandatario ante los diputados reunidos en la última sesión parlamentaria del año, en la que fue apropado el presupuesto y el plan económico de 2020 y fue desigando el hasta hoy titular de Turismo, Manuel Marrero, como Primer Ministro de Cuba.
En su discurso ante la Asamblea, Díaz-Canel informó que el ordenamiento monetario está “en una fase avanzada estudio y aprobación, de validación de cada tema, elaboración de las normas jurídicas, los procesos de capacitación, aseguramiento político y de comunicación social”, según la reseña publicada por el sitio oficial Cubadebate.
Además, se refirió a la complejidad de “aspectos estrechamente relacionados a la dualidad monetaria, que serán aplicados con la secuencia prevista”.
“Este no es un canje de monedas, se garantizarán los depósitos bancarios, en divisas extranjeras, el peso convertible y el dinero en manos de la población”, explicó el presidente.
Con estas declaraciones, Díaz-Canel pone nuevamente el tema de la unificación monetaria en la mira como una prioridad gubernamental, luego de que el ministro de Economía, Alejandro Gil, rebajara días atrás la presión sobre el tema en medio de crecientes rumores de una medida inminente en esa dirección.
En entrevista con la agencia francesa de prensa AFP, Gil aseguró que la unificación monetaria no se haría “contrarreloj” sino “cuando estén creadas las condiciones”, aunque reconoció que “la moneda futura de la economía cubana es el CUP” y que “se han venido dando pasos en ese sentido”.
El titular también afirmó que llegado el momento “no se va a afectar a la población y se tomarán las condiciones para minimizar los efectos”, pero dijo que aún no existe una definición acerca de cómo manejar las diferentes tasas de cambio existentes en la Isla, entre el llamado peso cubano (CUP), el peso convertible (CUC) y las divisas internacionales.
“Tenemos muchas distorsiones a la hora de medir el desempeño”, aseveró al respecto a la AFP.
Ministro de Economía: “la unificación monetaria se hará cuando estén creadas las condiciones”
Con el cinturón apretado
Al hablar sobre el año que termina, el mandatario reconoció que fue un período “duro” en el que a pesar del “complejo escenario”, signado por las sanciones de Estados Unidos, no fue necesario acudir a “fórmulas neoliberales” ni a los “incómodos apagones” y en el que se logró un crecimiento del PIB estimado del 0,5%.
“Todo el país se apretó el cinturón”, refirió Díaz-Canel, quien dijo que las medidas de Washigton contra la Isla “se dirigen sabotear el comercio exterior de Cuba, pagos y créditos, así como buscan interrumpir el comercio nacional”, a pesar de lo cual el país no ha sucumbido económicamente.
El mandatario llamó a potenciar el ahorro y a no olvidar las medidas adoptadas durante la “coyuntura energética” de la segunda mitad de 2019. También exhortó a los cubanos a combatir las indisciplinas sociales, a “que se generalice la denuncia” y a “fortalecernos ideológicamente”.
Aseveró que Cuba sostiene sus relaciones formales con EE.UU. “procurando sostener los vínculos familiares de millones de ciudadanos y la comunicación entre ambos países”, pero aseguró que La Habana “adoptará todas las medidas para frenar las acciones intervencionistas y salvaguardar la seguridad nacional, su soberanía e idiosincrasia”.
Además, reafirmó el apoyo a Venezuela y Nicaragua, sus aliados tradicionales en la región, así como al expresidente boliviano Evo Morales –al que su gobierno considera víctima de un golpe de Estado– y al brasileño Lula Da Silva. A la vez, mostró su simpatía hacia los nuevos gobiernos de izquierda en México y Argentina.
Sobre la actividad legislativa de la Asamblea, afirmó que las seis leyes aprobadas en los últimos meses resultan “de vital importancia para el ejercicio del gobierno” y dijo que el Parlamento debía prepararse para legislar, “por su alta sensibilidad”, sobre algunos temas como “la violencia de género, el racismo, el maltrato animal y la diversidad sexual”.
Finalmente, Díaz-Canel llamó a los cubanos a festejar el fin de año y convocó a que todas las plazas “se llenen de música y alegría”. “Hay suficientes razones para celebrar –dijo–. En el año 61 de la Revolución, nos tiraron a matar y estamos vivos”.
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