La Empresa de Ómnibus Nacionales (EON) de Cuba cerró el 2024 con menos guaguas funcionando, pero aumentó significativamente el número de viajes y pasajeros transportados.
El motivo de esta aparente contradicción, en medio de la severa crisis que golpea a la isla y, en especial, al transporte, es la inclusión en las estadísticas de los ómnibus arrendados a particulares y de “recorridos locales en apoyo al transporte público”, explicó el ministro del sector.
De acuerdo con Eduardo Rodríguez Dávila, a lo largo del pasado año la EON movió 8 870 473 personas, “lo cual representa un aumento de 1 729 655 pasajeros en comparación con el año 2023”.
Además, el número de viajes superó los 198 mil, casi 30 mil más que el año precedente.
“Este crecimiento se debió, en parte, a la inclusión de transportaciones realizadas por medios arrendados y de recorridos locales en apoyo al transporte público, no en un aumento de la transportación de pasajeros interprovinciales, la razón de ser fundamental de esta empresa”, reconoció el titular.
En su análisis sobre el tema, Rodríguez Dávila admitió igualmente que “este crecimiento no mitiga los profundos problemas estructurales y operativos que enfrenta la entidad”.
“La reducción en la disponibilidad de combustible y las dificultades para importar piezas de repuesto, provocadas por las tensiones financieras, unido a problemas organizativos y de disciplina, son solo algunos de los factores que han afectado negativamente la calidad del servicio y la eficiencia operativa”, señaló.
Un rosario de problemas
El arrendamiento de ómnibus y otros medios a privados ha sido una solución del Ministerio de Transporte para poner a funcionar medios que de otra forma se mantendrían paralizados.
Los particulares corren a cargo de su puesta en marcha y sus reparaciones, si bien las condiciones de estos vehículos son desiguales y no siempre óptimas, y los precios de sus viajes resultan inalcanzables para una buena parte de los cubanos.
No obstante, autoridades, transportistas y los propios viajeros reconocen que al menos alivian el muy difícil escenario de la transportación nacional en la isla. La propia EON cerró el 2024 con una disponibilidad técnica de un 19 % inferior a la del año previo, confirmó el ministro.
Según los datos compartidos por Rodríguez Dávila, de un parque total de 588 ómnibus, 240 permanecieron “paralizados” el pasado año. En ese período se registraron 1 453 roturas, 553 más que en 2023, “con un índice de 49.7 por cada 10 mil kilómetros recorridos”.
Entre los principales problemas sufridos por la empresa en 2024, el ministro enumeró una “insuficiente” asignación y disponibilidad física del combustible; déficit de lubricantes y una “compleja situación financiera debido a la necesidad de amortizar créditos de años anteriores, entre otras causas”.
También se identificaron “deficiencias en la información y comunicación a los pasajeros en caso de atrasos y roturas”, al tiempo que “dificultades para la importación de piezas y accesorios han incrementado la paralización del parque productivo y deteriorado la calidad del servicio”.
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En la actualidad, añade el titular, se cubren el 74 % de las rutas que existían en 2019, antes de la COVID-19 y la agudización de la crisis económica, al tiempo que se realizan 150 salidas diarias, las que representan apenas el 36 % de las que hacían en aquel momento.
Ante este complejo escenario, el ministro consideró que el reto de EON es “revertir estos indicadores desfavorables, aumentar la cantidad de pasajeros en viajes interprovinciales y mejorar el estado técnico de los ómnibus”.
La realidad, sin embargo, es que en medio de la actual crisis en Cuba cumplir con esos propósitos se antoja más que difícil, y, al menos por ahora, el transporte por ómnibus a lo largo de la isla sigue alejado de la situación que presentaba antes de la pandemia.