La mano tiembla al escribirlo: Eusebio ha muerto. Otra vida que se nos va en un momento en el que más se le necesitaba, justamente después del aniversario 500 de su amadísima Habana. No se trata de inventariar sus numerosos méritos y condecoraciones — sin dudas merecidísimos— por la obra de toda una vida. Ni los Honoris Causa recibidos en La Habana, Atenas, Roma o Montevideo. Ni su condición de miembro distinguido de la Smithsonian o de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias. Ni de las órdenes que recibió en países como Polonia, Perú, Colombia, Francia y España, entre muchos otros, sino de dar cuenta del sentido último de su obra: la vocación de servicio.
Eusebio fue un centrohabanero que supo superarse a sí mismo y alumbrarse con la estrella del conocimiento, esa que también ilumina y mata. Con apenas sexto grado, pero con la mente donde no se le veía, emprendió un largo camino al hacerse cargo de la Oficina del Historiador y empezar a levantar a La Habana de sus ruinas, piedra sobre piedra, tarea que muchos consideraron imposible en su momento, aquellos años, dirá, “en que éramos tenidos por dementes: ‘Está loco, pero es trabajador’”…
Supo sensibilizar y aunar voluntades aun en tiempos del cólera. Y tuvo la sabiduría de crear estructuras para ir implementando ese propósito. “La Oficina del Historiador de la Ciudad no es más que un seudónimo de la nación y expresión de una voluntad política. Nos enorgullecemos de su nombre y declaramos que no ha sido autónomo capricho: fue preciso conjugar la capacidad con la voluntad del Estado”, dijo. Y subrayó, desde su proverbial modestia, que la obra de la OHC era “el resultado de una evolución; siempre he negado que sea la obra de un iluminado, rechazo para mí el protagonismo absoluto en estas cuestiones”.
Su obra, multifacética y profusa, también crecerá más bajo la hierba. Hombre de pensamiento profundo y preclaro. Historiador e investigador. Orador excepcional afincado en nuestra tradición patriótica del XIX. En el mundo de la preservación, Eusebio supo romper esquemas creando programas sociales en La Habana Vieja. “Comprendí”, dijo una vez, “que no era posible una ciudad habitada sin realizar un proceso de transformación y sin hacer, al mismo tiempo, un proyecto social. Así nacieron escuelas de oficios; nacieron infinitos puestos de trabajo..”.
Sus contemporáneos, incluso no cubanos, lo han subrayado. Fue “un hombre increíblemente complejo y brillante”, dijo un experto canadiense. “Sin Leal, La Habana no sería para nada lo que es hoy”, sentenció la historiadora estadounidense Nancy Stout: “Muchos cubanos harían cualquier cosa por él”. “Salvó a La Habana Vieja a través de su propia fuerza de voluntad. No habrá otro como él en mucho tiempo”, dijo un joven. Y en el pueblo llano, el apoyo fue efusivo: “Leal es la única persona a la que los cubanos erigirían un monumento mientras aún esté vivo”, dijo un poblador de La Habana Vieja.
Cubano y universal como pocos.
“Fuego soy apartado y espada puesta lejos”, escribió Miguel de Cervantes.
Ahora queda en pie lo más importante: seguir su obra y la huella de su ejemplo.
es una perdida sensible para las obras de restauracion de la habana,,,,,,,,epd
La Habana queda huérfana y Cuba esta de luto. Fui testigo de como Eusebio comenzó sus esfuerzos para rescatar el Palacio de los Capitanes Generales allá por 1971 cuando trabajaba como un obseso durante toda la semana escombreando y restaurando metro a metro el Interior del palacio, que entonces se dedicaba a oficinas, hasta convertirlo en el museo que es hoy y en el núcleo del cual se expandiría la recuperación de La Habana Vieja. Los sábados y domingos la entonces Administración Metropolitana, específicamente Levy Farah, le prestaba dos camiones para sacar los escombros de la semana y con el trabajo voluntario de los vecinos convocados por el con su prédica amorosa por la ciudad, iba construyendo, limpiando la costa de la desidia que imperaba en una Habana abandonada a su suerte. Ojalá que su ejemplo y memoria perduren como si fuera una ley superior para salvar la ciudad y el patrimonio de la nación.
Con lagrimas en mi corazon, apretada la garganta y realmente temblorosas mis manos, dejo escapar en estas letras el inmenso dolor que siento al leer esta triste noticia, fui, soy y eternamente sere un fiel seguidor de sus ideas, pertenezco a esa banda de locos que sigue creyendo que el asalto a lo posible no esta vedado para los que continuan afirmando que cuando nos lo proponemos nada nos sera negado, que Dios lo siente a su diestra y lo mantega siempre a su lado como le corresponde a los hombres grandes, a esos a los que la tierra siempre les a quedado chiquita.
Eusebio, ahora descansa, tu mision terrenal fue cumplida con creces y eso te otorga en cada uno de los corazones honestos el grado de INMORTAL, descansa en paz, que la muerte no es verdad cuando se a cumplido bien la obra de la vida.
Excelente texto. Le rinde el justo homenaje a Eusebio
En paz descanse. Hoy nos dejas, andar la Habana sin ti no sera igual, eso si al andar te recordaremos pero tambien nos cuidaremos de los derrumbes.
Me sumo desde mi alma y corazón a este dolor q siento por la partida de un hombre tan querido. Vamos a andar Eusebio por tú Habana querida, por tú catedral, por tu calle obispo. La Habana llora tú partida. Cuba entera sentirá tu partida y entre sus brazos te arropara hermano. Descansa tranquilo, que has quedado para siempre en el corazón de los buenos CUBANOS.
Cuba entera esta de luto, ha fallecido un hijo ilustre de ella, un gran cubano que como los grandes con aciertos y desaciertos, con virtudes y defectos; pero el merito de haber hecho por la Habana y por Cuba como pocos lo han hecho, supo amar a Cuba y a su Habana infinita, ojala su obra no haya sido en vano y sigan sus programas sociales, su que hacer por la conservación y restauración de los valores patrimoniales de toda la ciudad, no solamente de la habana mas antigua. Yo particularmente fui testigo de su trabajo incansable por su habana, por sus largas caminatas para saber de primera mano los problemas que existían, tanto en el trabajo diario de reconstrucción y conservación, como los problemas acuciantes que le sucedía a sus pobladores, me honra haber sido parte por un tiempo del trabajo diario de la oficina de historiador de la ciudad.
EPD 🙁
Una sensible perdida, uno de los más humildes y sabios pilares del discurso de la palabra. Mi más sentido pésame a la persona que le dio sentido a valor patrimonial de los centros históricos de las ciudades en especial La Habana y que con su elocuencia característica adornaba cada apertura, cada acto. Hasta siempre.
Se nos ha ido un patriota digno, de los que aman y construyen. Un paragidma del verbo y la obra. Cada paso que doy por las calles de mi Habana es honrar su memoria.
Hemos perdido los cubanos,, los Habaneros…a quien nacio para ser hijo y padre de esta ciudad. Un hombre honorable y de principios invaluables. No hubo nada que lo detuviera en su hacer hasta donde pudo. Descase en paz Eusebio Leal. Gracias por su huella en nuestras almas, gracias por su nobleza. Nuestro mas profundo respeto siempre!
Un gran hombre que se nos va (físicamente) en un momento particularmente complejo cuando más falta nos hace. Pero su imagen está ahí en todo lo que hizo. Decía Martí que la muerte no es cierta cuando se ha cumplido la obra de la vida. Mi más sentido pésame al pueblo cubano y a los familiares de don Eusebio Leal.